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Entrevista

María del Carmen Castillo, consejera de Desarrollo Educativo y FP: «Nuestros niños no quieren ser electricistas ni soldadores»

Apuesta por «reordenar» la formación profesional, poner ciclos donde hay empresas y no por criterio territorial y adelantar la orientación de la mano de las familias

María del Carmen Castillo, consejera de Desarrollo Educativo y FP Kiko Hurtado

El curso escolar 2025-2026 ha arrancado en Andalucía con 1.796.749 estudiantes de enseñanzas no universitarias distribuidos en 7.243 centros educativos públicos, concertados y privados, atendidos por más de 130.800 docentes.

Andalucía tiene la mayor plantilla docente de su historia. ¿Tiene el mejor sistema educativo?

Eso es venirse arriba... En Andalucía, la educación está muy buenas manos, con unos profesionales fantásticos. Ahora bien, el sistema educativo no es solo el número de profesores o el de alumnos, también es el respeto de la sociedad por el propio sistema y la confianza de las familias. Tenemos que trasladar los mejores resultados, pero en educación estos son muy relativos: si todos los niños tienen un 10, ¿es un buen resultado?. Si tienen más de 5, ¿es un buen resultado?¿Qué entendemos por resultado? El sistema educativo es un conjunto que va desde el primer niño hasta los equipos directivos y los profesores y en él intervienen muchas variables, algunas de ellas intangibles. Nosotros hablamos de un sistema educativo entregado a la mejora de los andaluces, y ahí sí estamos en el mejor sistema educativo.

¿Si tuviera una varita mágica para mejorar tres aspectos del sistema cuáles elegiría?

El primero ni siquiera depende de mí y es la formación inicial del profesorado. Tanto el profesorado de Educación Primaria como el de Secundaria necesita mejorar la formación inicial y no porque ellos no hagan ese esfuerzo, sino porque nuestra formación inicial no responde a la realidad de nuestros centros. Se lleva desde el año 2006 hablando de cambiar los planes de estudio y eso desde luego lo cambiaría. Y todo lo que va detrás, como la formación permanente y el sistema de acceso del profesorado a la función pública es mejorable y requiere sentarnos con el Ministerio que es el competente para darle una vuelta.

La segunda cosa que si yo pudiera cambiaría es evitar la tentación de llevar al sistema educativo todos los problemas de la sociedad. Cada vez que hay un problema se dice que eso es porque no se lo enseñan en la escuela y la escuela no puede ser responsable de todo. Esto es una responsabilidad compartida: del profesor para trabajar con su aula; del alumno porque el conocimiento no llega por ósmosis; y de la sociedad que tiene que apoyar y no recargar sobre el profesorado y sobre los centros educativos la responsabilidad de todas las cosas que ocurren fuera.

Y la tercera cosa que me encantaría cambiar sería poder contar con todos los recursos para atender toda la diversidad que tenemos en el alumnado, no solo el de necesidades educativas especiales, sino necesidades específicas de apoyo educativo, el de formación profesional para que la orientación sea más clara y para que el alumno de bachillerato tenga claro qué es lo que puede hacer y lo que no. Darle realmente a cada alumno lo que necesita sería para mí... No sé si hay varita mágica para eso, pero yo lo intento.

Para eso sería necesario un gran acuerdo nacional por la educación entre los dos grandes partidos, PP y PSOE, del que siempre se habla pero que salvo en la época de Ángel Gabilondo nunca ha estado cerca.

Javier Imbroda decía, refiriéndose a su época de seleccionador, que si uno tiene que llevar a 20 jugadores, cualquier entrenador tendría claro 10 o 12 que irían siempre y ocho dependerían del entrenador concreto o del sistema de juego. Ese ejemplo lo llevaba al sistema educativo y decía que siempre habrá cosas en la que nos pondremos de acuerdo. Es verdad que hemos convenido desde 1990 que el sistema se estructura en Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria y Bachillerato, pero a lo mejor hay que darle una vuelta, por ejemplo, a cómo se estructura la educación primaria. Igual no tiene que haber tantos especialistas en los primeros años que suponen muchos profesores para un niño de 6 años. A lo mejor, la Secundaria Obligatoria tiene que estructurarse de una manera que permita atender más a la diversidad entre los 13 y 15 años y el Bachillerato debe ser menos propedéutico. Podemos llegar a acuerdos interesantes, pero eso es lo que no hace el Gobierno de España. Yo, de verdad ,le habré escrito cinco cartas a la ministra porque todas las conferencias sectoriales son por correo electrónico para el reparto de fondos europeos. La ministra no nos lleva a debatir sobre la educación, sobre lo que hay que cambiar y sobre lo que ellos mismos pusieron cuando ellos aprobaron la Lomloe. Decían que en un año iban a cambiar la formación inicial permanente y la selección de profesorado, pues han pasado cinco años y no han hecho nada.

Pedro Sánchez ha anunciado ahora una ley para reducir horas lectivas del profesorado y las ratios. ¿Qué le parece?

Creo que esta medida que ha adoptado el presidente del Gobierno ha sido para responder a la amenaza latente de las organizaciones sindicales. Al presidente no le han contado lo que pasa en los centros educativos: ningún profesor está 23 horas en un aula, entre otras cosas porque ningún alumno de primaria está 23 horas en un aula. En todas las comunidades autónomas los niños tienen 25 horas lectivas, de esas, 22 y media están dentro del aula y dos horas y media son de recreo. En el caso de Secundaria la norma te permite entre 18 y 21 horas. La mayoría de las comunidades autónomas estamos a 18 horas. En educación el problema gordo que tenemos es que el Ministerio da las ideas y las pagamos las comunidades autónomas. Y eso cuesta mucho dinero. Me parece osado que el presidente del gobierno salga diciendo que ahora vamos a arreglar las cosas sin saber cómo están.

"La ley de bioclimatización tuvo todo el apoyo del Parlamento pero choca un poco con la realidad"

En Andalucía el curso acabó con calor en las aulas y este año ha empezado con altas temperaturas. ¿Está satisfecha con el ritmo de los proyectos de bioclimatización en los centros?

Pues no. La ley de bioclimatización tuvo todo el apoyo del Parlamento pero choca un poco con la realidad de poner en marcha sistemas de refrigeración y de energía sostenible que primero no soportan todos los centros porque no todos tienen la instalación adecuada y que después tienen un coste altísimo. Hemos hecho una primera inversión de 170 millones de euros y ha llegado a 450 centros y tenemos 4.000. Vamos a hacer una nueva inversión de otros 30 millones de euros que calculamos que va a llegar otros 80. El esfuerzo se ha hecho en las provincias y en las zonas climáticas que tienen más temperatura pero hemos detectado que ese cambio climático se va acelerando. Vamos a trabajar con medidas que sean más inmediatas y coherentes con cada uno de los centros porque quien mejor los conoce es su director o su directora, su equipo directivo y su comunidad educativa. Por eso vamos a trasladar 55 millones de euros a los centros educativos de infantil, primaria y secundaria para que adopten medidas de confort climático, en torno a 15.000 o 20.000 euros por centro. Tenemos un 40% de centros que, con el apoyo de las entidades locales o de las familias, ya habían adoptado medidas pero tenemos que darle un empujón. Para abril y mayo del año que viene ya deben estar puestas, porque las transferencias se harán en octubre.

Otra protesta recurrente, en este caso del profesorado, es el tema del exceso de papeleo que deben rellenar. ¿Qué medidas se están implantando?

Burocracia se supone que es todo aquello que estamos haciendo y no tiene sentido, pero todo lo que hacemos, aunque sean papeles y tiene sentido, hay que hacerlo. Pongo un ejemplo: si tomamos la decisión de promoción del alumno y lo hacemos de manera colegiada, todos los profesores de un grupo tendremos que levantar un acta porque tenemos que firmar todos que ese alumno promociona de curso. Nosotros facilitamos modelos digitalizados de acta, pero hay que rellenarla. También hay que hacer programaciones y hacer un plan de intervención para mi grupo de alumnos...

¿Entiende que hay poco margen entonces?

No, no.. Sí se puede facilitar ese trabajo: se pueden evitar reuniones o si un alumno tiene dificultades en Lengua, Matemáticas, Inglés e Historia, que no haya que hacer cuatro programas de refuerzo y que el mismo programa de refuerzo intervenga en las dificultades... Estamos trabajando en un decreto, y hemos llegado a un acuerdo con las organizaciones sindicales, para ir cambiando todas esas cosas. También es verdad que la Lomloe ha complicado mucho los procesos de evaluación.

"Hemos detectado que las personas que se están presentando a las especialidades de matemáticas o de informática no son matemáticos e informáticos"

En el sistema sanitario siempre se dice que faltan médicos. ¿Faltan profesores de matemáticas en educación?

Sí, hemos detectado que las personas que se están presentando a las especialidades de matemáticas o de informática no son matemáticos e informáticos, han estudiado otros grados universitarios, tienen su máster de secundaria y se pueden presentar, pero no son matemáticos. El desarrollo de la inteligencia artificial y de todo lo que son los procesos de digitalización ha hecho que las empresas privadas requieran a esos profesionales y nosotros no somos competitivos. No quiero decir que nuestro salario no lo sea en comparación con el salario medio de Andalucía, que es muy competitivo tanto en Primaria como en Secundaria, pero si te comparas con esas grandes tecnológicas no somos atractivos desde ese punto de vista. De todas maneras, yo tengo confianza porque en la educación también hay una parte importante de vocación. Todo los trabajos del mundo requieren vocación, pero hay dos, el sanitario y el docente, que requieren un plus porque estamos trabajando con personas y las personas necesitan empatía.

Ha comentado que hay muchos problemas en la sociedad de los que se responsabiliza a la escuela. Hay un debate sobre los dispositivos tecnológicos, como si en la escuela se hiciera mal uso de ellos. ¿Qué le parece?

Es un caso paradigmático. ¿Estamos teniendo un problema como sociedad y es que nuestros niños y adolescentes hacen a lo mejor un mal uso de los smartphones? Probablemente, pero no en los centros educativos donde se ha hecho un esfuerzo altísimo. En digitalización se han invertido 400 millones de euros y el 90% de nuestros profesores se ha acreditado en competencia digital. Esa acreditación supone que nuestros profesores están cualificados, no solo para manejar esa tecnología dentro del aula, sino para trabajar con nuestros alumnos con la tecnología en condiciones de seguridad. En nuestros centros educativos no se permite entrar en según qué páginas ni se utiliza Facebook, Instagram o Tik Tok, ni estamos jugando con los móviles. Muchas veces se pide que se prohíban los móviles en el colegio y yo digo que se prohibirán en todos los sitios, porque los niños están cinco en el colegio y 19 con sus familias. Aquí no te puedes presentar a una oposición si no lo haces online. Entonces, si a ti nadie te ha enseñado cómo funcionan esos procesos, difícilmente puedes participar en la sociedad del siglo XXI, que es una sociedad tecnológica. Eso es lo que hacemos en los centros.

Ha responsabilizado, especialmente a Yolanda Díaz, de la ausencia de auxiliares de conversación en los centros. Denuncia un trato discriminatorio en Andalucía. ¿Se plantean tomar alguna medida judicial?

La filosofía que hay detrás es muy clara: hay que meter gente en la Seguridad Social. Si a los auxiliares de conversación hay que darlos de alta, hay que decirlo cuando te adhieres al programa que organiza el Ministerio de Educación con el Ministerio de Asuntos Exteriores. Lo que no puede ser es que durante 20 años hayan sido estudiantes extranjeros becados y que este año, un inspector de trabajo inicie una denuncia de oficio y se nos sancione con cuatro millones –cinco en total– porque nos traemos a trabajadores extranjeros. ¡Si no los traigo yo, es el Ministerio de Asuntos Exteriores con acuerdo con terceros países! Y es de juzgado de guardia que el inspector de trabajo nos levanta acta a nosotros y no al Ministerio cuando en el mismo centro hay uno becado por la Junta y otro becado por el Ministerio. Las reglas del juego son iguales para todos.

Carmen Castillo, en la sede de la ConsejeríaKiko Hurtado

¿Van a ir a los juzgados más allá de la denuncia política?

Hemos alegado al acta de la inspección y a la propuesta de sanción. Si nos confirman la sanción, recurriremos, eso lo tenemos más claro que el agua porque son 5 millones de euros que son de los andaluces.

El primer Gobierno de Juanma Moreno prometió la gratuidad completa de la educación infantil de 0 a 3 años. ¿Cuándo se va a cumplir?

El decreto que regula la educación infantil –Decreto 76/2025, de 5 de marzo– establece un plazo de seis años máximo para llevar la gratuidad a todo el ciclo. Primero hay que tener en cuenta la financiación, no sabíamos el efecto llamada. ¿Cuántos niños iban a ir? Estamos testando este curso, el modelo y tenemos un acuerdo con la mesa de la educación infantil para hacerle un seguimiento del grado de escolarización del número de niños que se han incorporado y de cómo está funcionando.

¿Cómo definiría usted la enseñanza privada y qué papel cree que juega en Andalucía? ¿Cree, como decía Pablo Iglesias, que es un lugar para que la familia de los ricos llevan a sus hijos y no se relacionen con inmigrantes o como dicen ahora desde Podemos, que son centros para proteger socialmente a los niños?

No sigo a Pablo Iglesias, no sé qué justificación ha dado. Yo soy muy respetuosa porque más allá de la idea que tengamos, luego las personas tienen problemas concretos que tienen que solucionar. Cuando alguien me pregunta que dónde escolariza al niño, yo le digo que donde le venga mejor porque creo que en todas las escuelas aprenden los niños. Yo llevé a mis niños cuando trabajaba en la delegación de Educación al colegio público que estaba al lado. Considero que la enseñanza pública en Andalucía es muy buena pero la privada es otra opción de enseñanza que tienen los ciudadanos y hay familias que hacen un esfuerzo porque entienden que quieren un modelo concreto de educación que a lo mejor no tienen en el centro público.

Hay personas en el Gobierno andaluz que señalan que el futuro económico de Andalucía pasa por la formación profesional porque garantiza la empleabilidad y el empleo es la mejor política social. ¿Se hacen todos los esfuerzos necesarios?

Se ha hecho un esfuerzo pero hay que empezar a reconducirlo. Hemos subido la oferta de Formación Profesional en 48.000 plazas en los últimos seis años y tenemos casi 170.000 plazas de nuevo ingreso entre ciclos formativos y cursos de especialización. Contamos con 3.773 ofertas diferentes y de las 222 del catálogo de cualificaciones nacionales ofertamos 197. Hay muchísima variedad para que uno estudie lo que le apetezca y está repartida en las provincias. Ahora bien, ¿qué es lo que pasa? Que tenemos que ser realistas. El modelo dual nos lleva a poner esa oferta de Formación Profesional donde hay empresas porque si no los alumnos no pueden hacer prácticas. Hasta ahora se utilizaba un criterio territorial, que hubiera ciclos en todos los sitios. Ahora necesitamos que haya una correspondencia entre la oferta del sistema educativo y la oferta del sector empresarial. Hay que reordenar la formación profesional. Si yo pongo un ciclo donde no hay empresas, lo que estoy es engañando.

Eso, por un lado. Pero es que tenemos ciclos que tendrían una alta inserción laboral, pero no tenemos demanda de plazas y eso sí que es duro. Te dicen que necesitan personal en sectores como el naval, en la electrónica, la electricidad o la construcción de edificios, todos muy emergentes y potentes desde el punto de vista de desarrollo económico, pero es que nuestros niños no quieren ser electricistas ni quieren ser soldadores. No ven lo importante que es formarse en cosas que son interesantes. También contamos con ciclos muy potentes en la hostelería pero no hay una respuesta real del mercado porque hay que pagar los sueldos correspondientes y contratos estables. Nuestro niños buscan salidas profesionales que les permitan estabilizarse y esos sectores emergentes muchas veces no se la dan y, sobre todo, no les parece atractivo el trabajo. El trabajo de albañilería o el de hostelería son duros y como sociedad a lo mejor no hemos trasladado la imagen adecuada a nuestros niños y jóvenes del esfuerzo. Muchas veces vemos que hay ciclos formativos que los alumnos eligen porque creen que son más fáciles, pero no lo son. El reto de la formación profesional es casar esa oferta de trabajo de la empresa con la oferta que tenemos desde la Administración educativa, pero también la tercera pata son los alumnos y sus familias.

¿Todavía hay la mentalidad de que la Formación Profesional es una segunda división?

Es algo muy de España el querer que el niño llegue a la universidad y que haga un grado universitario y ahora nos hemos encontrado a muchos niños de formación profesional que han intentado grado universitario y no han encontrado lo que estaban buscando. Además, hay que recordar que el sistema es absolutamente permeable. Animo a las familias a que miren y hay que empezar a adelantar la orientación. Creo que con 12, 13 o 14 años nuestros niños no saben lo que quieren hacer pero tienen referencias a su alrededor y tenemos que mostrarles también la formación profesional. Yo animo a las empresas a ir a los centros educativos a enseñarle a los alumnos que el trabajo en determinados sectores es interesante y que además tiene perspectiva a lo largo del tiempo de promoción profesional y de mejores condiciones.

"Lo que de verdad me parece a mí más exitoso de la gestión de Juanma Moreno es que ha generado la sensación de orgullo andaluz"

Dentro de poco habrá elecciones autonómicas. ¿Por qué considera que Juanma Moreno debe seguir presidiendo la Junta de Andalucía? Si lo logra, ¿le gustaría continuar en el Gobierno?

Creo que Juanma Moreno ha demostrado desde el año 2019 que es un presidente que se preocupa por los intereses de los andaluces, que entiende cómo son y ha sido capaz de conectar con lo que a los andaluces nos gustaría ser. Lo que de verdad me parece a mí más exitoso de su gestión es que ha generado la sensación de orgullo andaluz, es decir, la sensación de que tenemos de que Andalucía ya no es la última en todo, de que no necesitamos subvenciones, sino financiación justa, de que no necesitamos que nos cuiden, sino que nos dejen ejercer bien nuestras competencias. Eso es importante y creo que necesita más tiempo para seguir desarrollando ese proyecto. En cuanto a mí, yo lo digo siempre: esto es un regalo, es una oportunidad, tengo un gran equipo en la Consejería y estoy a su disposición.