Política
Pedro Sánchez "refuerza" la oposición real en Andalucía
El presidente reconoce aún más a María Jesús Montero, «la ministra que más castiga a Andalucía», según la Junta, y sinónimo de «subida de impuestos», para el PP
El ascenso como vicepresidenta primera de María Jesús Montero ratifica el poder de la sevillana en el PSOE de Pedro Sánchez y la refuerza. aún más, como oposición real a Juanma Moreno en Andalucía, con Juan Espadas ocupado en la portavocía en el Senado de los socialistas. Montero adquiere la relevancia que tuviera, al menos en la suma de cargos, Alfonso Guerra en la época de Felipe González: vicepresidenta y número dos del partido. Como en aquellos tiempos y como rezaba una máxima que Guerra asegura apócrifa, «quien se mueve, no sale en la foto».
Espadas aseguró que el nombramiento de Montero es un «orgullo» para Andalucía. El principal escollo para que la ahora vicepresidenta primera sea también nominalmente la oposición a Moreno en la comunidad es que ella no quiere. La Junta de Andalucía denunció el «continuismo» del Gobierno central que «más castiga» a Andalucía. El PP ve una «pésima noticia» el ascenso de Montero porque es sinónimo de más impuestos.
El consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz, subrayó que la también vicesecretaria general del PSOE y diputada por Sevilla es «la ministra que más está castigando a Andalucía» al frente de la cartera de Hacienda que asumió por primera vez en junio de 2018. El consejero de Presidencia recalcó que Montero «no defiende lo que defendía aquí» en Andalucía cuando era consejera de Hacienda en la Junta y «defendía 4.000 millones de euros para compensar de la infrafinanciación a Andalucía», algo que «ahora rechaza» la ministra, que «ha abandonado la piel andaluza y se ha dedicado a defender a Bildu y los pactos» del PSOE con dicha formación, o «a defender la amnistía» a encausados por el proceso independentista catalán y «los privilegios» a otras comunidades, según Sanz.
El vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local y Análisis Electoral del PP, Elías Bendodo, aseguró desde Málaga que el mensaje que Pedro Sánchez ha querido mandar con el nombramiento de Montero es «la subida de impuestos». «A María Jesús Montero en el PP de Andalucía la conocemos muy bien, dejó la sanidad temblando, temblando porque fue consejera de Salud y María Jesús Montero cuando accede a un cargo lo primero que hay que hacer es echarse la mano al bolsillo porque ella es sinónimo permanente de subida de impuestos a todos, a los andaluces en su momento y al conjunto de los españoles», subrayó Bendodo.
En la línea de Espadas, el delegado del Gobierno, Pedro Fernández, valoró como un «merecido reconocimiento» a Montero su ascenso. «Creo que el presidente del Gobierno acierta plenamente, una mujer con una trayectoria, con una valía, con una gran solvencia demostrada a lo largo de toda la trayectoria política y a lo largo de la trayectoria del Gobierno», destacó también el secretario general del PSOE de Sevilla y presidente de la Diputación hispalense, Javier Fernández.
Montero, de perfil político y técnico y convencida del «sanchismo», se fajó en la campaña de las andaluzas, en la que se aventuraba un descalabro total de los socialistas tras la mayoría absoluta de Moreno en las autonómicas. El PSOE perdió pero salvó los muebles y con el éxito en Cataluña, Pedro Sánchez, perdiendo, pudo revalidar su puesto en La Moncloa tras los pactos con los independentistas. El nombre de Montero, en vista de los resultados de Espadas y su nombramiento como portavoz en el Senado, está en las quinielas como futura adversaria de Juanma Moreno en Andalucía. De hecho, ejerce la oposición de facto al PP-A, más aún tras el acuerdo por Doñana con la también vicepresidenta Teresa Ribera. La ahora vicepresidenta primera, que adquiere aún más fuerza con la salida de Nadia Calviño al Banco Europeo de Inversiones, fue la única consejera andaluza que ejerció bajo tres presidentes: Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz. Es madre de dos hijas y estuvo vinculada a movimientos católicos de base, formando parte del Consejo de la Juventud de Andalucía hasta que se licenció en 1990. En más de una intervención ha confesado sus inicios marxistas, moderados con el tiempo. La «muy vitalista» o «incansable» Chusa (para los cercanos) Montero es trianera, como Susana Díaz. También fue el mirlo blanco de la sucesión frustrada de la que fuera máxima adversaria de Pedro Sánchez. Susana Díaz, por su parte, ayer volvió a ejercer como verso libre del partido y saliéndose del argumentario señaló que no ve «oportuno» el momento para la subida de sueldo de Juanma Moreno aunque entiende que no cobraba lo que debía.
Montero llegó al Gobierno andaluz como viceconsejera en 2002, en el equipo de Francisco Vallejo. En 2004 pasó a ser la primera mujer que ocupaba la máxima responsabilidad en la consejería con más presupuesto de la Junta. En 2012 asumió también Bienestar Social. Desde 2013 fue consejera de Hacienda y Administración Pública, hasta que tiró de ella Pedro Sánchez. El resto es historia. La tarea más inmediata de la que tiene que encargarse María Jesús Montero será la elaboración y presentación del límite de gasto no financiero (techo de gasto), previo al proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2024, teniendo en cuenta que Bruselas prevé reactivar las reglas fiscales este próximo año, tras la parálisis por el impacto económico de la pandemia, la guerra en Ucrania y la escalada de precios, especialmente energéticos.
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