Mitin en La Rinconada
"Siéntase orgulloso de ser del PSOE": «¿Queréis que Pedro Sánchez siga siendo presidente?»
Los socialistas andaluces se entregan a su líder nacional y arremeten contra Felipe González y Alfonso Guerra por falta de lealtad
Iñaki Gabilondo dejó su impronta como director de Radio Sevilla en la Transición con un lema que acompañaría incluso al autonomismo: «Siéntase orgulloso de ser andaluz». En aquellos años, el PSOE de Andalucía, entonces vértice del partido con Felipe González y Alfonso Guerra, enarboló la bandera de la «nacionalidad histórica» y ese sentimiento, más una exitosa campaña sociocultural –los libros de historia aún no han recogido cuánto le debe el Estatuto a la capacidad y la rabia incendiaria de los bailes con la falda recogida de María Jiménez–sacó a los andaluces a la calle colocando a Andalucía «como la que más» tras el 28-F. Ahora que la Transición es un retrato en sepia con píxeles muertos, el PSOE celebró un mitin de autoayuda para fijar la brújula de la militancia de cara al porvenir. Del «Siéntase orgulloso de ser andaluz» se pasó directamente al «siéntase orgulloso de ser del PSOE». Porque los padres putativos de la democracia española –los propios Felipe y Guerra– han puesto los focos sobre las líneas rojas y porque vienen curvas de cara a la negociación de la investidura con los independentistas. Donde en el ambiente flota como trampantojo las palabras «amnistía» o «referéndum», en el atril se pronuncia el sortilegio de los significantes «convivencia, respeto a la diversidad y agenda social». Más de 3.000 personas se juntaron en el recinto de «El abrazo» de La Rinconada, fortín socialista más allá de Dos Hermanas, y ahí los socialistas ejercitaron la autocomplacencia dialéctica y la unión tribal contra un enemigo común bajo la máxima de proteger al líder. El alcalde de La Rinconada y secretario general del PSOE hispalense –también presidente de la Diputación de Sevilla–, Javier Fernández, lo resumió de entrada para que nadie se llevara a engaño: «Este mitin lo podemos resolver en una hora o en un minuto: ¿Queréis que Pedro Sánchez siga siendo presidente del Gobierno de España?». Ergo, en el preaniversario de la muerte de Silvio: «Avanti con la guaracha».
Levantadas las cartas, el socialismo andaluz abrazó y danzó en torno al tótem. Se colocó a Luis Yáñez, convertido en hijo pródigo de la «foto de la tortilla», en lugar de honor y se le aplaudió en pie en el contexto de los mensajes a los ídolos caídos, Felipe y Guerra. Pedro Sánchez aseguró que está «con más fuerzas que nunca», lo que en un experto en resurrecciones políticas eleva el concepto resistencia a cotas de maratones en hipoxia o escenas de «Los inmortales». «Ser socialista es ser controvertido, claro que sí, pero ser socialista es ser leal y ser considerado con el secretario general, no hay militantes A ni militantes B», dijo Fernández y esta vez todo el mundo sabía quién era el «señor X». «Hay que hacerlo, presidente, hay que hacerlo por España porque España es nuestra también. No vamos a permitir que nos quiten ni la bandera ni el himno. No es que sea un derecho, es su obligación, crear un clima de convivencia y de concordia en el país», defendió. Pedro Sánchez agradeció el apoyo del PSOE-A, donde hay 45.000 militantes, y señaló a Espadas que va a venir más en la pugna por la Junta. La consigna se marcó en el mitin: «No vamos a consentir ataques al presidente del Gobierno, lo vamos a blindar», dijo la ministra Montero. «Esta no es la Andalucía de la charanga y la pandereta que pregona todo el tiempo en subvenciones a José Manuel Soto», dijo también la ministra.
Espadas, al que cantaron cumpleaños feliz, también hizo de acólito sanchista y proclamó que «unos se reúnen en el barrio de Salamanca para insultar y otros en La Rinconada para abrazar». El líder del PSOE andaluz, que otrora firmaba en el ayuntamiento mociones contra las exigencias independentistas, también «abrazó» al diputado de Valladolid Óscar Puente tras ser increpado en tren. Espadas arremetió contra Juanma Moreno por incitar «al transfuguismo». «El PSOE va a conseguir una vez que seamos un país unido, que respete la diversidad, pero que garantice la igualdad de todos los territorios», proclamó. La semana que viene Sánchez tiene otro acto previsto en Granada. Como se atribuyó a Guerra en su día, aunque negó que lo dijera como otras máxima: «Quien se mueve no sale en la foto». En el PSOE-A no es que no se mueva ni dios sino que se movieron Felipe y Guerra y para la oficialidad del partido son parias. La «finezza» en España es un homenaje a los hermanos Calatrava en tanto se dibuja como hoja de ruta la disyuntiva «Referéndum» o «amnistía» como mal menor con el PSOE-A, otrora sostén de la igualdad, a lo López Vázquez. «Un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo». «Llevamos 40 años rompiendo su España. La de las desigualdades», dijo también Fernández. «La derecha necesita un baño democrático».
Camisetas a seis euros y expulsión de disidentes
Los puestos de los mítines del PSOE andaluz, con ambiente aún de campaña, vendían la mercadotecnia del partido: camisetas a seis euros con el 23 y el nombre de Sánchez y el osito con la camiseta del partido al que ahora muchos bautizan con ironía el «perroxanchéz». A la entrada del mitin, cuatro o cinco ciudadanos con banderas de España increpaban a los asistentes: «Quién os paga, sinvergüenzas», señalaban retando a la salida a los que plantaban cara. Fueron expulsados. Ambiente festivo en La Rinconada a la espera de la investidura: «Estamos contigo, Pedro Sánchez».
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