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Así es el cáncer contra el que lucha Manu Sánchez
Se trata del tumor más frecuente en hombres de entre los 15 y los 35 años
El cáncer de testículo o cáncer testicular (CT) es el tumor más frecuente en hombres entre los 15 y los 35 años, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Sin embargo, esta entidad mantiene que, tras este pico de incidencia, se convierte "en una rareza" y, en general sólo supone el 1% del total de los tumores diagnosticados en varones. El humorista Manu Sánchez señaló esta semana que padece la enfermedad y que "tiene miedo" pero tiene "muchas cosas más fuertes que el miedo" como la ciencia o la familia.
De hecho, apunta que en España, al año se diagnostican aproximadamente 1.300 casos nuevos. "Su frecuencia varia en los diferentes países por motivos que desconocemos. Además, desde los años 90 el número de casos diagnosticados va en aumento por causas que se desconocen aunque la mortalidad ha descendido, reflejando las mejoras en el tratamiento de estos pacientes", agrega la sociedad científica.
Afortunadamente, eso sí, la SEOM celebra que "la gran mayoría de los pacientes se curan", incluso en aquellos casos en los que la enfermedad se presenta inicialmente ya muy avanzada. "Esto es posible fundamentalmente gracias a los esquemas de quimioterapia basados en un fármaco que se llama 'cisplatino', y que se comenzaron a desarrollar durante la década de los 70 del siglo pasado. Hasta entonces esta enfermedad era incurable en su forma extendida", remarca.
"La supervivencia global a los 5 años es del 97%", aseguró en una entrevista con Infosalus, el doctor Alberto Pérez-Lanzac, especialista de la Unidad de Andrología y Urología del Hospital Ruber Internacional (Madrid), quien nos explica que las causas de su mayor incidencia no han podido ser identificadas con claridad aún, aunque probablemente apunta a una mayor conciencia de salud del varón y al aumento en las pruebas de imagen en la población general, como la ecografía, algo que a su juicio puede tener un efecto en su detección.
Sobre por qué se da con más frecuencia en varones jóvenes, el experto de Quirónsalud mantiene que los principales factores de riesgo para padecerlo son la criptorquidia (un defecto en el descenso de los testículos), tratamientos con estrógenos durante el embarazo, microcalcificaciones testiculares, el síndrome de Klinefleter, la disginesia gonadal, tumores en el testículo contralateral, o antecedentes familiares de CT, y recientemente el peso.
"En España la tasa de supervivencia es muy alta siendo del 95%. En torno al 96% de los pacientes con CT sobreviven más de 5 años. Al año se diagnostican unos 1.000-1.100 nuevos casos, siendo la mortalidad estimada en torno al 0,05%", precisa este urólogo. Entre los síntomas de cáncer testicular, el doctor apunta a que la forma más frecuente de presentación es como una masa testicular unilateral asintomática.
"La gran mayoría de los tumores germinales del varón se diagnostican porque el paciente se palpa un bulto en el testículo, que con frecuencia no duele. En los casos en los que existe dolor, suele aparecer progresivamente, aunque puede hacerlo de forma repentina si el tumor se complica con una infección (orquiepididimitis) o si sangra.
En general, los pacientes describen más una sensación de peso en el área genital o simplemente un aumento de tamaño del testículo", detalla por su parte la SEOM. Así, y una vez detectado un probable caso de cáncer de testículo, además de preguntar por los síntomas y explorar al paciente, se completa el estudio con las siguientes pruebas complementarias, según avanza el doctor Pérez-Lanzac: "El diagnóstico se realiza en base a los hallazgos en la analítica, en la que se miden marcadores testiculares, así como en las pruebas de imagen como la ecografía.
Los marcadores testiculares que se miden son alfa-fetoproteína, Beta-HCG y LDH. Para evaluar la afectación linfática y metastásica se debe de realizar una tomografía computerizada de abdomen, de pelvis y de tórax. La resonancia nuclear multiparamétrica es útil cuando la tomografía no es concluyente". En cuanto al tratamiento, la SEOM advierte de que si bien estos tumores tienen "muy buen pronóstico en manos experimentadas", se trata de neoplasias de "muy rápido crecimiento", que suponen "una agresión muy importante para el organismo", y que suelen afectar a pacientes muy jóvenes. "Es por ello que la principal recomendación internacional es que estos enfermos sean derivados rápidamente a centros especializados con profesionales habituados a su manejo", agrega.
Hay que tener en cuenta en su opinión también que, una vez curados, estos pacientes se habrán visto sometidos a tratamientos que merman su capacidad reproductiva, y que impactan en su esfera sexual y de la autoimagen, por lo que defiende que se deben prever estos detalles desde el principio, implicar a sus parejas si las hay, preservar esperma si procediera, y aconsejar adecuadamente en el momento oportuno. En este sentido, el experto de la Unidad de Andrología y Urología del Hospital Ruber Internacional (Madrid) apunta que el cáncer testicular implica en primer lugar quitar el testículo mediante una intervención quirúrgica llamada 'orquiectomía'. "Éste es uno de los pocos tumores en los que, incluso si la enfermedad se ha extendido a otros órganos se debe quitar el tumor original", apostilla en este sentido la SEOM. Eso sí, el doctor Pérez-Lanzac precisa que solo en casos seleccionados se puede realizar una cirugía de preservación testicular extirpando solo el tumor. "Si existen factores de riesgo se debe ofrecer al paciente la biopsia del testículo contralateral. Una vez quitado según la estirpe tumoral se completará el tratamiento con vigilancia, radioterapia, quimioterapia o linfadenectomía retroperitoneal", añade.
Otro de los problemas a los que se enfrentan los supervivientes a CT es que tienen un mayor riesgo de problemas de erección y falta de deseo sexual aunque en casi un 90% de los mismos se resuelven satisfactoriamente con tratamiento oral. "Es muy importante la autoexploración periódica de los genitales en busca de masas, especialmente en varones jóvenes con factores de riesgo y con antecedentes familiares de CT", agrega el urólogo. En este sentido, la American Cancer Society, ahonda en que el cáncer testicular y su tratamiento pueden afectar a los niveles hormonales y a la capacidad de engendrar hijos de los hombres tras el tratamiento. De ahí que, por ejemplo, el especialista de la Unidad de Andrología y Urología del Hospital Ruber Internacional aconseje en casos de pacientes con tumores bilaterales o con un solo testículo discutir con el enfermo preservación seminal en banco previamente al tratamiento.
"La mayoría de los niños y los hombres padece cáncer solo en un testículo. Por lo general, el testículo remanente puede producir suficiente testosterona (la principal hormona masculina) para mantenerle saludable. Si es necesario extirpar el otro testículo debido a que el cáncer está en ambos testículos o si se origina un nuevo cáncer en el otro testículo, será necesario que reciba alguna forma de testosterona para el resto de su vida (gel, parche en la piel o mediante inyecciones)", detalla la sociedad científica norteamericana. Advierte asimismo de que la infertilidad también puede ser un problema más adelante en la vida de los niños que han tenido cáncer de testículo. Ahora bien, mantiene que en algunos casos, si queda un testículo, la fertilidad retorna después de que un cáncer testicular haya sido tratado. "Típicamente, por ejemplo, la fertilidad retorna aproximadamente 2 años después de terminar la quimioterapia. Incluso cuando el conteo de espermatozoides es muy bajo, los hombres cuentan con varias opciones para la procreación. Asegúrese de hablar sobre sus inquietudes de fertilidad con su médico antes de que inicie el tratamiento", sentencia la American Cancer Society.
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