Curiosidades

Ésta es la fiesta más antigua de Sevilla y no es la Feria de Abril

Tiene más de 700 años y arrancó con los primeros cultos a Santa Ana

SEVILLA, 22/07/2024.- Un momento de la tradicional cucaña en el río Guadalquivir, una de las actividades de la "Velá de Santiago y Santa Ana", que se celebran en el sevillano barrio de Triana, este lunes. EFE/ Raúl Caro
Cucaña durante la "Velá de Santiago y Santa Ana" en TrianaRaúl CaroAgencia EFE

Podría pensarse que es la Feria de Abril, pero no es así. La fiesta más antigua de Sevilla se celebra estos días, en los llamados "días señalaítos", tiene más de 700 años y arrancó con los primeros cultos a Santa Ana. En la actualidad, es una de las citas señeras del barrio de Triana.

Según recoge el Ayuntamiento de Sevilla, "en el siglo XIII, cuando el rey Alfonso X tuvo una enfermedad ocular, se encomendó a la virgen, realizando la promesa de que si se curaba, levantaría un templo en honor a Santa Ana. El rey cumplió con lo prometido y las obras se iniciaron en 1266. Ya construido, toda Triana acudía al templo la víspera de su efeméride. Y así comenzó la tradicional velá de Santiago y Santa Ana".

La fiesta, entonces y ahora, se vive en el templo, en las zonas cercanas y en el río. "El Guadalquivir fue y sigue siendo el escenario donde se desarrollan las principales actividades de la Velá, que han ido transformándose a lo largo del tiempo", señala el Consistorio.

Es típico el exorno en la calle Betis y en el Puente de Triana, con farolillos y son clásicos también los puestos de avellana y el juego de la cucaña en el Guadalquivir.

"La cucaña es una de las actividades tradicionales de la Velá más famosa. Este antiguo juego tiene lugar sobre el río, donde trianeros de distintas edades (especialmente los más jóvenes) recorren un poste engrasado, situado sobre el río, para alcanzar una bandera que se encuentra al final. Habilidad, diversión y caídas muy frescas pasan por los casi 5 metros de cucaña", recoge el Consistorio en su reseña.

Las avellanas verdes son típicas de la velá, con un sabor más amargo, así como el 'pescaíto' frito y las sardinas asadas.