Animales
Polémica en Eslovaquia: permiten a los restaurantes servir carne de oso
El Gobierno ha autorizado la caza de 350 ejemplares
La población de osos pardos en Eslovaquia ronda los 1.200 ejemplares. La sobrepoblación combinada con la pérdida de sus espacios naturales les empuja cada vez más a menudo a acudir a zonas urbanas para buscar comida, lo que se ha convertido en un problema en algunas poblaciones.
Los ataques, algunos mortales, de osos salvajes a humanos han aumentado en los último tiempos. Ante esta situación, el pasado mes de abril se declaró el estado de emergencia en todo el territorio eslovaco después de que un oso atacara a un hombre de 59 años y lo matara. Tras esta agresión, el Gobierno eslovaco ha decidido autorizar la caza de 350 osos pardos, pese a las protestas de las organizaciones ecologistas y los defensores de los animales.
Las autoridades argumentan que la población de osos ha aumentado significativamente y suponen un peligro para la población.
Además de la caza, el Gobierno eslovaco ha anunciado que pondrá a disposición de restaurantes la carne de eso osos abatidos de forma regulada por el Ministerio de Medio Ambiente, informa Efe.
"Desde ahora, si se eliminan individuos problemáticos, y son apropiados y utilizables para el consumo, serán ofrecidos a establecimientos de restauración", anunció el secretario de Estado de Medio Ambiente, Filip Kuffa, en la red social Facebook.
"Entregaremos todo ejemplar capturado que cumpla las condiciones para el consumo. ¿Por qué? Porque la carne de oso es comestible", escribió Kuffa.
Para poder comerciar con la carne de oso pardo, un animal protegido en Europa al ser considerado como especie amenazada, será necesario lograr una certificado de excepción.
"Quien quiera venderla (carne de oso pardo) u ofrecer platos preparados a partir de ella deberá obtener el llamado certificado CITES", precisó Kuffa, lo que será garantía de que la carne fue cazada legalmente y está libre de enfermedades como la triquinosis.
El Ministerio de Medio Ambiente también solicitará ese certificado, lo que le permitirá ofrecer al mercado gastronómico todos los osos que cacen como parte de las medidas para mantener controlada la población.
Así se come la carne de oso
De un oso de 160 kilos se pueden aprovechar aproximadamente 80 de carne, siendo los muslos y hombros aptos para el consumo, mientras que los lomos y las costillas son adecuados para asar o hacer un guiso.
La grasa de oso también se utiliza, por ejemplo, para cocinar, en ungüentos medicinales o como sustituto de otras grasas animales.
Esta medida llega después de un escándalo tras saberse que un restaurante de los Montes Tatra sirvió de manera ilegal carne de oso, lo que provocó que se impusieran multas tanto al administrador del parque donde fueron abatidos los osos como al establecimiento.
Greenpeace Eslovaquia y otras organizaciones ambientalistas y conservacionistas han criticado con dureza la decisión de priorizar la matanza de osos pardos, señalando que ignora la evidencia científica y pone en riesgo la conservación de la biodiversidad.
Así, aseguran que el sacrificio de osos podría tener un impacto negativo en toda la región de los Cárpatos y que podría entrar en conflicto con la legislación europea. Por ello, han lanzado una recogida de firmas para una carta abierta dirigida al Primer Ministro, Robert Fico, y al Comisario europeo de Medio Ambiente.
Según la organización, el gobierno ha decidido ignorar medidas que han demostrado su eficacia para prevenir conflictos entre osos y personas. "En lugar de priorizar soluciones con base científica, decidió llevar a cabo una matanza masiva de osos", aseguran.
Además, explican que los osos no conocen fronteras y se mueven libremente entre países, por lo que este plan de sacrificio selectivo tendrá consecuencias mucho más allá de su territorio y amenaza directamente a las poblaciones de osos en países vecinos, como Polonia.
"El sacrificio selectivo de osos a gran escala en Eslovaquia podría destruir décadas de trabajo de conservación en los Cárpatos y Europa", ha asegurado Robert Cyglicki, director de la Campaña de Biodiversidad de Greenpeace para Europa Central y Oriental.
El oso pardo juega un papel clave en el ecosistema de los Cárpatos. Como en el resto de Europa, estos animales ayudan a mantener el equilibrio y la salud de los hábitats naturales regulando las poblaciones de presas y contribuyendo a la regeneración de las plantas.
Todas las poblaciones de oso pardo están protegidas en la UE y su uso recreativo está prohibido.