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¿Qué es la ansiedad por separación? Esto está poniendo muy triste a tu perro y quizás no lo sabes

Conductas destructivas, aullidos e incluso autolesiones, la ansiedad por separación es un grave trastorno que se origina por una dependencia obsesiva y cuyo tratamiento empieza mucho antes de que el dueño coja las llaves para salir

¿Qué es la ansiedad por separación? Esto está poniendo muy triste a tu perro y quizás no lo sabes
¿Qué es la ansiedad por separación? Esto está poniendo muy triste a tu perro y quizás no lo sabesPexels

Encontrar la casa destrozada al volver del trabajo es una escena que muchos dueños conocen. La primera reacción, a menudo de enfado, suele ser la equivocada. Castigar al perro por los muebles mordidos o los ladridos que han molestado a los vecinos no solo es inútil, sino que puede agravar un problema mucho más profundo: la ansiedad por separación. Este trastorno no es una simple rabieta, sino la manifestación de un vínculo de dependencia obsesiva con su cuidador.

De hecho, el animal no actúa por despecho. Su conducta es el reflejo de una angustia real que, en muchos casos, comienza mucho antes de que la puerta se cierre. El perro empieza a mostrar nerviosismo entre veinte y treinta minutos antes de la partida, al identificar las señales —coger las llaves, ponerse el abrigo— que anuncian el temido momento de quedarse solo.

En este sentido, los destrozos o los ladridos incesantes son solo la punta del iceberg. Este trastorno puede derivar en problemas mucho más serios para la salud del animal, como autolesiones, anorexia o alteraciones gastrointestinales. La gestión del problema, como señalan desde Anicura, pasa por entender que el tratamiento se aplica con la persona presente, no en su ausencia, desmintiendo así muchas creencias populares.

Por tanto, la clave para empezar a corregir esta conducta reside en la naturalidad. Los expertos aconsejan evitar los rituales de despedida y los saludos efusivos al regresar. Ignorar al perro hasta que recupere la calma al volver a casa es una de las pautas más efectivas, ya que ayuda a que el animal no asocie el regreso de su dueño con un pico de excitación incontrolable. De la misma forma, es crucial saber cómo premiar los momentos de calma, ya que muchos dueños cometen un error enorme al felicitar a su perro cuando se porta bien, lo que puede reforzar la ansiedad sin querer.

Cómo actuar para corregir el problema

Asimismo, es fundamental desensibilizar al perro frente a los estímulos que predicen la marcha. Esto implica realizar acciones como coger las llaves o ponerse el abrigo en momentos aleatorios del día, sin llegar a salir de casa. El objetivo es que el perro deje de asociar estas señales con el trauma de la soledad, rompiendo así el ciclo de la ansiedad anticipatoria. Otra estrategia ambiental que algunos dueños intentan es dejar estímulos sonoros para enmascarar la soledad, aunque es clave entender que la televisión puede tanto tranquilizar a una mascota como ponerla nerviosa dependiendo del contexto.

No obstante, cuando la situación es compleja o no mejora con los cambios de rutina, es imprescindible acudir a un veterinario o a un etólogo. Un profesional podrá evaluar la gravedad del caso y, si fuera necesario, recomendar tratamientos de apoyo adicionales. Estos pueden ir desde el uso de feromonas sintéticas que inducen a la calma hasta, en los escenarios más extremos, la prescripción de fármacos específicos para controlar la ansiedad del animal.