
Perro
El error enorme que estás cometiendo cuando tu perro se porta bien según dos expertos
¿Crees que premias bien a tu perro? Un experto desvela un error común que muchos dueños cometen, con sorprendentes implicaciones

Los perros se han integrado plenamente en nuestros hogares y familias. Esta creciente presencia hace que su educación sea fundamental para una convivencia armoniosa y su bienestar. La formación de nuestras mascotas es un proceso continuo que busca moldear comportamientos deseables y fomentar la adaptación a nuestro entorno.
Tradicionalmente, las golosinas han sido la herramienta más popular para recompensar y reforzar los buenos comportamientos caninos. Los dueños las ofrecen como premio inmediato, creyendo firmemente que es la recompensa más efectiva para fijar la conducta deseada, ya sea hacer sus necesidades en el lugar correcto o aprender una nueva orden.
Sin embargo, un análisis experto reciente sugiere que podríamos estar pasando por alto un factor crucial en el adiestramiento. Podríamos estar cometiendo un error habitual al reforzar el comportamiento positivo, afectando lo que realmente impulsa la verdadera motivación canina a largo plazo.
Cuando el elogio supera a la chuche
Una perspectiva novedosa, propuesta por la neurocientífica Sabrina Cohen-Hatton y el entrenador Danny Wells en su libro En qué piensa tu perro, desafía la noción de que las golosinas son siempre la máxima recompensa. Apuntan a que, en muchas ocasiones, la conexión emocional y la interacción con sus dueños pueden ser aún más valiosas, ofreciendo un refuerzo positivo superior al de cualquier alimento.
Según señalan en Infobae, esta hipótesis encuentra respaldo científico en un estudio de 2016 de la Universidad de Emory (EE. UU.), liderado por Gregory S. Berns. Utilizando resonancias magnéticas funcionales en perros, los investigadores analizaron cómo respondían sus cerebros a diferentes recompensas. Los resultados: en la mayoría de animales, el núcleo caudado, asociado al placer, mostraba una actividad cerebral igual o superior ante los elogios e interacción humana que ante la comida.
Pruebas de comportamiento confirmaron estos hallazgos: los perros eligieron la interacción con el dueño sobre la comida. Aquellos con mayor respuesta cerebral a estímulos sociales priorizaban la interacción social, demostrando que el vínculo es, para ellos, una gratificación profunda.
Este descubrimiento resalta la importancia de la interacción social para nuestros perros, sugiriendo un adiestramiento más eficaz y personalizado. Aunque las golosinas son útiles, el poder de un elogio o una caricia puede ser inmensamente más motivador para perpetuar un buen comportamiento.
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