
Mascotas
Esta raza de perro pequeño es muy juguetona y perfecta para familias
Del antiguo perro de trineo a la mascota familiar, el Pomerania esconde una historia y unos cuidados que todo dueño debería conocer a fondo

El Pomerania, un can de pequeño tamaño, desciende del Spitz Alemán, siendo su denominación oficial Spitz Alemán Enano. Originario de la región de Pomerania, entre Alemania y Polonia, estos perros fueron antiguamente mucho más grandes, utilizados en tareas de trineo y pastoreo.
Fue en el siglo XVIII cuando la familia Real Británica contribuyó a la popularización de la raza. Gracias a la selección de criadores, evolucionó del perro de trabajo al pequeño compañero doméstico que hoy conocemos.
A pesar de su reducido tamaño, el Pomerania mantiene un carácter audaz y alerta. Entender su verdadera identidad y las atenciones que precisa es fundamental para garantizar su bienestar.
La verdad del Pomerania: estándares y apariencia
Es esencial aclarar que no existen "tipos" de Pomerania como "toy" o "teacup"; son simples apelativos populares sin reconocimiento oficial. La raza se rige por estándares: la FCI indica entre 18 y 22 centímetros a la cruz, mientras el AKC establece un peso ideal de 1,8 a 2,8 kilogramos para exposición, priorizando siempre la calidad del ejemplar sobre su tamaño. En general, son perros muy pequeñitos y de un peso bastante bajo. Si lo queremos como compañero de casa y no para competición, esto realmente no importa.
Las variaciones en apariencia, desde "hocico de zorrito" a "aspecto de osito", se deben a las distintas líneas de sangre y la selección genética. Los criadores han impulsado rasgos como un pelo más abundante, orejas pequeñas y un contorno más redondeado. La raza presenta una amplia variedad de colores, que pueden cambiar del cachorro al adulto, especialmente en tonos naranja o crema.
Claves para el cuidado y bienestar canino
El Pomerania es conocido por su carácter alegre y extrovertido, además de ser un buen guardián. Su esperanza de vida se sitúa entre los 12 y 14 años, con casos puntuales que superan esta media, algo habitual en razas de menor tamaño.
Agua fresca constante y una alimentación adecuada son vitales para su salud. Es crucial vigilar la ingesta del cachorro para prevenir la hipoglucemia; la miel puede ser una ayuda rápida ante la apatía. El pelaje, su protección natural, exige cepillado diario; se desaconseja el corte "Boo" por su riesgo de alopecia, aunque sea muy bonito, la salud de nuestros peludos es lo primero.
La socialización temprana y el seguimiento vacunal son pasos importantes. Al adquirir un cachorro, se recomienda elegir un criador especializado que priorice la salud y el carácter de los padres, ya que el pedigrí no garantiza por sí solo la calidad del futuro animal.
En resumidas cuentas, es un aliado imprescindible si queremos tener un perrito en casa que sea de pequeño tamaño, con un comportamiento amigable, pero a la vez atrevido, audaz y accesible. Se te caerá la baba.
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