
‘Palabrería maña’
Palabras aragonesas: ‘desustanciao’ puede ser cualquiera, pero ‘gorrión’ o ‘pichón’ solo los más ‘pequeñicos’ de la casa
Estos son algunos apelativos cariñosos y no tan cariñosos en Aragón

Gorrión o pichón, apelativos cariñosos que se escuchan principalmente en los pequeños pueblos que dibujan la geografía aragonesa, y también en otros más grandes como Quinto de Ebro de casi 2.000 habitantes, se usan para dirigirse a bebés y niños en vez de llamarles por su nombre. Pero son más los originales calificativos con los que en Aragón se denomina a los más pequeños de la casa.
“El gorrión es un ave que aunque crece se queda siempre pequeñito, y el pichón es como se le llama normalmente a la paloma joven”, explica Luisa Hernández, vecina de Ladruñan, una pequeña pedanía dependiente de Castellote, municipio de la comarca del Maestrazgo en Teruel. Y es que, efectivamente, el segundo recibe ese nombre durante sus cuatro primeras semanas de vida. Aunque, según el aragonés, tiene otra acepción.
Sobre los avispados que van a corderetas
Por un lado, decirle a un niño ‘pichón’ es como pronunciar la palabra ‘cachorro’, que es como se define a todos los animales mamíferos cuando están en su etapa infantil y de crecimiento, pero por otro puede utilizarse para calificar de ingenuo a alguien.
Lo contrario, por cierto, es ‘avispado’. Término habitual en tierras aragonesas para referirse a alguien que destaca por ser muy espabilado. ‘Hay qué ver lo avispado que ha estado José Luis a la hora de salir a tiempo de la casa’.
Pero sobre la semántica aragonesa y el mundo infantil hay muchas más expresiones relacionadas que sacar a relucir. Luisa explica, por ejemplo, qué significa ‘a corderetas’: “Explicado de una forma rápida, ir a corderetas aquí en Teruel es lo mismo que para el resto del país significa ir a caballito”, dice.
¿Qué es ser un zote? ¿Y un dominguillo?
La nutrida lista -casi interminable- de palabras aragonesas no es solo aduladora con los niños, también cuenta con términos con los que recalcar sus defectos. Porque aunque, normalmente, son adorables, también tienen sus cosas… Con ‘dominguillo’, los aragoneses tildan de acusica y chismoso a alguien, también puede ser aplicado en adultos, y con ‘desustancio’ dejan patente que, la persona en cuestión, les parece plana, insulsa, aburrida o con ‘poca sangre’, dicho de otra forma.
Pero aún hay otro adjetivo descalificativo peor que los mencionados y que se sigue utilizando mucho en la actualidad: con ‘zote’ se dice que alguien es mucho más que un ignorante. Es un lerdo.
Palabras estas y otras muchas que, como dice Javier Lambán, expresidente socialista de la Comunidad Autónoma de Aragón, son “el testimonio de que somos parte del todo, pues Aragón y España pertenecen a un mismo proyecto (...) En la conformación del idioma común, Aragón tuvo vocación de contribución”. 750 de estas, incluso, ya están integradas en la RAE desde 2021. ‘Ababol’ o ‘zueca’, son solo algunas.
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