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¿Sabías que en la Asturias rural existe una aldea mágica con pasadizos de piedra?

Llegarás a una aldea de treinta casas que están conectadas por pasadizos en altura en medio de un paisaje absolutamente impresionante

¿Sabías que en la Asturias rural existe una aldea mágica con pasadizos de piedra?
¿Sabías que en la Asturias rural existe una aldea mágica con pasadizos de piedra?Turismo de Asturias.

Asturias es todo un paraíso para descubrir, y hay ciento de aldeas y de pueblos que merecen la pena ser conocidos. Pero hay una aldea que es una auténtica maravilla para quienes de verdad disfruten de las curiosidades e ingenios que antes levantaba la gente para poder vivir cómodamente en el pueblo, incluso cuando las condiciones orográficas eran complicadas.

Así, en Argul, en el concejo de Pesoz, encontrarás esta aldea de treinta casas que en su mayoría están unidas por "veiriles", que son pasadizos que conectan a las casas en altura y que permitían el paso de las personas y del ganado por los caminos.

Caminar por este pueblo es una maravilla, desconectarás, podrás ver un paisaje absolutamente virgen y agreste, con campos verdes y bosques frondosos en los que parece que el tiempo se ha quedado parado hace cientos de años. Se trata del pueblo más singular, arquitectónicamente hablando, del occidente de Asturias. Con edificaciones de piedra, tejados de pizarra, y servidumbres de paso que han sido respetadas gracias a los "veiriles", que le otorgan a la localidad un aspecto casi mágico.

Aunque hay constancia de que los Albiones (pueblo astur-galaico) se asentaron en las montañas del del Alto Navia, donde se ubica este pueblo, y de que los romanos del "Conventus Lucensis" dominaron el territorio para controlar la extracción de oro en minas a cielo abierto, Argul no aparece en los archivos históricos hasta el 30 de mayo de 972.

Las familias de esta singular aldea siempre han vivido de la agricultura y la ganadería, y también del cultivo de la vid y de los cereales. Fue a lo largo de la Edad Media cuando se construyeron un total de 30 caserías perfectamente adaptadas a la compleja orografía del terreno y que se mantienen casi perfectas, aunque hoy por hoy el pueblo está prácticamente abandonado.

Aprovecha tu visita a este lugar para acercarte al mirador de A Paicega, un mirador sobre el río Navia que te dejará absolutamente alucinado y en el que tendrás la impresión de que estás volando como un pájaro. Ubicado en el antiguo poblado que se levantó para dar hogar a los cientos de trabajadores para construir en su día en el Embalse de Grandas de Salime, sobre sus vestigios hay una ventana en la que asomarse es un remanso de paz y tranquilidad. Pesoz es uno de esos lugares escondidos y poco promocionados que merece la pena conocer en Asturias.