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Legumbres, escudo saludable frente al cáncer y la diabetes de tipo 2

Hoy se celebra, por primera vez, el Día Mundial de las Legumbres, declarado por la ONU. Un reciente estudio español confirma que las personas que las consumen de forma habitual tienen menos riesgo de mortalidad que por quien no las toma

Composición de la legumbre
Composición de la legumbrelarazon

Aunque el 10 de febrero parezca un día más en el calendario, los expertos en Nutrición ahora pueden destacarlo como una fecha clave, ya que la Asamblea General de la ONU acaba de declararla Día Mundial de las Legumbres. La razón no es otra más que promover el desarrollo de este cultivo que presume de unas características nutricionales muy completas, a la vez que ayuda a mantener la sostenibilidad del planeta.

Las estadísticas confirman que comemos menos legumbres de las que deberíamos, ya que el consumo medio de este alimento en nuestro país apenas llega a una ración semanal, muy lejos de los tres o cuatro platos a la semana que recomiendan los especialistas. Sin embargo, por primera vez en los últimos 40 años, el consumo de legumbres se incrementó en los hogares españoles un 4,4% durante 2017, al alcanzar los 3,13 kg por persona, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Sobran las razones para incluir las leguminosas en nuestra dieta habitual. De hecho, científicos españoles del Ciber-OBN han logrado demostrar que el consumo de legumbres, especialmente las lentejas, se asocia con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Así lo han confirmado resultados recientes del estudio Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea), después de más de cuatro años de seguimiento a 3.349 personas con alto riesgo cardiovascular. La clave está en que «tienen grandes cantidades de potasio y magnesio, los cuales se han asociado de forma inversa con la diabetes en grandes estudios. Además, contienen importantes cantidades de polifenoles, como el ácido fenólico y los flavonoides, los cuales poseen propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias», asegura Nerea Becerra-Tomás, investigadora de la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y encargada de liderar el estudio.

Pero eso no es todo, ya que las legumbres también destacan por su alto contenido en fibra, algo fundamental, ya que su consumo se ha asociado a una mayor saciedad, un mejor control del peso corporal y de los niveles de glucosa en sangre. «Esta última característica va relacionada con otro posible mecanismo protector frente a la diabetes: el índice glucémico, ya que las legumbres generan una elevación de los niveles de glucosa en sangre lentos y progresivos. En consecuencia, tras su ingesta se produce una mitigación de la secreción de insulina por parte de las células beta-pancreáticas», detalla Jordi Salas-Salvadó, investigador principal del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberOBN) y jefe de la Unidad de Nutrición y jefe clínico del Hospital Universitario Sant Joan de Reus. Así, el secreto del efecto antidiabético de las legumbres se explica por su alto contenido en vitaminas, minerales, fibra y su bajo índice glucémico.

En este sentido, María José Ibáñez, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas del País Vasco, añade que «también parecen estar relacionadas con el control de la presión arterial y el colesterol malo, de ahí que su consumo esté incluido en las guías de prevención de múltiples enfermedades, desde la diabetes hasta el cáncer, pasando por la enfermedad cardiovascular». De hecho, el estudio Predimed también ha confirmado recientemente que las leguminosas protegen frente a diferentes tipos de tumores, ya que aquellos individuos que tienen un consumo más alto tenían hasta un 49% menos de riesgo de mortalidad por cáncer después de más de seis años de seguimiento de 7.212 participantes con alto riesgo cardiovascular.

A todo ello se suma que, tal y como destaca Ibáñez, «se trata de un alimento beneficioso a nivel medioambiental, pues no emiten gases de efecto invernadero, necesitan poco agua y menos fertilizantes que otro tipo de cultivos. Sin olvidar su bajo precio y las múltiples opciones existentes para aprovechar las sobras de un día para otro».