Bilbao
Barraquer Moner: «Opero gratis a siete de cada quince pacientes»
El oftalmólogo Joaquim Barraquer Moner, en activo a sus 87 años, afirma que el 50 por ciento de los pacientes que atiende su prestigioso centro de Barcelona son «gente modesta, que paga poco o nada».
El oftalmólogo Joaquim Barraquer Moner, en activo a sus 87 años, ha afirmado hoy que el 50 por ciento de los pacientes que atiende su prestigioso centro de Barcelona son “gente modesta, que paga poco o nada” y que de las quince operaciones de cataratas que practica a la semana, siete son gratuitas.
“No importa la capacidad adquisitiva de las personas; siento un gran placer por poder hacer las cosas así e intento educar a los alumnos de esta manera”, ha resaltado el famoso oftalmólogo en una entrevista a Efe, en la que ha puntualizado que “hay que atender siempre al paciente”.
Barraquer Moner (Barcelona, 1927), tercera generación de oftalmólogos y con dos hijos en la misma especialidad, se encuentra en Bilbao para participar en el 90 Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología, que finaliza hoy tras cuatro días de sesiones.
También catedrático de la Universidad de Barcelona, mantiene su actividad médica y docente, en la creencia de que “el trato al paciente es fundamental” y debe enseñarse a los nuevos médicos.
“Hay que ser siempre amable y sonriente; escuchar al paciente, que se sienta atendido, y contestar a todas sus preguntas, aunque nos resulten obvias, porque para él es importante”, ha detallado.
Según ha resumido, el paciente tiene que salir de la consulta con la idea de que ha tenido mucha suerte por ser atendido por ese médico.
Ha resaltado que no le gusta la tendencia actual de los sistemas sanitarios hacia la atención a través de plataformas digitales porque, en su opinión, el paciente “quiere conocer a su médico y quiere que le hables”.
“Se puede atender sin prisas en diez minutos”, ha mantenido.
Respecto a su especialidad médica y a los avances conseguidos desde que empezó en esta profesión, Barraquer ha señalado el uso de lentes intraoculares en la cirugía de cataratas y ha recordado que primero su padre, con la utilización de un ventosa, y después él con la administración de unas gotas consiguieron sacar cataratas “con un mínimo de traumatismo”.
Ha citado como otro gran avance la posibilidad de extender los trasplantes de córnea a casi todos los casos y “con buenos resultados”.
El futuro de la especialidad pasa por solucionar los problemas derivados de un nervio óptico dañado y ha comentado que, en la actualidad, se puede introducir un chip en el ojo que manda la señal al cerebro a través de un cable que pasa por el propio nervio óptico.
“El cerebro es el que tiene la capacidad de ver, no el ojo”, ha destacado.
Como “idea” de futuro ha explicado que, también en los casos de nervio óptico y retina inservibles, se podría colocar un chip con una pila de larga duración unido a un sombrero o unas gafas que portasen “camaritas”.
“Mejoramos en relación al tratamiento de la ceguera”, ha dicho, aunque ha puntualizado, que algunas causas todavía no se pueden tratar.
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