Salud

Enfermedad arterial periférica

Algunos estudios sugieren un aumento de eventos adversos tras los procedimientos de revascularización

Enfermedad arterial periférica
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Algunos estudios sugieren un aumento de eventos adversos tras los procedimientos de revascularización

La enfermedad de la arteria periférica (EAP) de la extremidad inferior es una epidemia creciente que afecta aproximadamente a 8-12 millones de personas en los EE UU y más de 200 millones de personas en todo el mundo. Su prevalencia en mujeres ha sido tradicionalmente considerada menor o igual que en los hombres. Sin embargo, estudios recientes demuestran recientemente un aumento de esta patología en la población total femenina. Podemos decir que todavía permanece infradiagnosticada en mujeres. Los factores de riesgo tradicionales para el desarrollo de esta enfermedad incluyen diabetes, tabaquismo, edad avanzada, dislipidemia e hipertensión. Aunque estos factores de riesgo convencionales inciden en el desarrollo de EAP en mujeres de manera similar a como lo hacen en hombres, se han demostrado otros posibles vínculos que prevalecen en mujeres con EAP, como la depresión y la inflamación. Tales factores de riesgo no son evaluados rutinariamente en las pruebas diagnósticas y son necesarios futuros ensayos para determinar si existe una asociación entre estos factores de riesgo “novedosos” y el desarrollo de la enfermedad. La claudicación intermitente, es decir el dolor asociado a la marcha, se considera el síntoma más significativo de EAP, pero en mujeres a menudo puede ser asintomático o confundirse con síntomas atípicos y así atribuirse a otras posibles enfermedades. Se ha demostrado que el calibre de todos los vasos en la parte inferior de las extremidades de las mujeres es significativamente más pequeño que en las de los hombres. Después de la cirugía de bypass en las arterias de las extremidades inferiores, las mujeres tienen una mayor tasa de fracaso del injerto y complicaciones de la herida quirúrgica en comparación con los hombres. Esto sugiere una posible interacción entre el sexo y la inflamación en la respuesta curativa de los injertos venosos después de una intervención en las piernas. No parece, sin embargo, haber diferencia en la mortalidad entre hombres y mujeres después del tratamiento endovascular para la EAP. Algunos estudios sugieren un aumento de eventos adversos tras los procedimientos de revascularización, incluyendo complicaciones vasculares como sangrado, transfusiones y embolia en mujeres. Estos hallazgos argumentan potencialmente el necesario seguimiento clínico más agresivo en las pacientes femeninas. En definitiva, se necesita más investigación para determinar si las mujeres y los hombres tienen resultados similares después de una angioplastia o tras una cirugía de bypass abierto y para identificar el subgrupo potencial de mujeres que pueden requerir un seguimiento más agresivo. El conocimiento de estas diferencias o de factores de riesgo ligados a inflamación puede ayudar a identificar a más mujeres que puedan estar en riesgo de enfermedad arterial periférica, y plantear en ellas una intervención mas temprana.