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¿Qué es lo que hace que no podamos beber solo una copa de vino?

La revista Time en su edición digital se hace eco de un curioso estudio sobre el hecho de que no seamos capaces de tomar tan solo una copa de vino en un restaurante.

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La revista Time en su edición digital se hace eco de un curioso estudio sobre el hecho de que no seamos capaces de tomar tan solo una copa de vino en un restaurante. Así que la próxima vez que tengas problemas para restringir tu consumo a una copa, la culpa será del vaso. Sí, del vaso. Un nuevo estudio publicado en la revista BMC Public Health encuentra que la gente bebe sustancialmente más vino cuando este se sirve en una copa grande.

Investigadores de la Universidad de Cambridge en Inglaterra estudiaron las ventas de vinos en un pub local, La Pinta Shop, durante unos cinco meses en 2015. Cada dos semanas, los dueños de los bares cambiaron los vasos/copas entre el tamaño del restaurante estándar (300 ml), copas de mayor tamaño (370 ml) y otras más pequeñas (250 ml).

Ofreciendo exactamente la misma cantidad de vino, pero en una copa más grande, parecía tener un gran efecto sobre las ventas. Cuando las copas estándar fueron cambiadas por otras más grandes, las ventas de vino subieron 14,4% en la zona del bar y el 8,2% en el restaurante de La Pinta Shop.

Este no es el primer estudio que demuestra que los recipientes juegan con nuestro cerebro. Un estudio 2015 encontró que a mayor tamaño de las vajillas, mayor cantidad de consumo, también de comida. Y aunque el estudio que hoy nos ocupa sí ha sido el primero en analizar el alcohol, los investigadores tienen algunas conjeturas interesantes sobre por qué un vaso/copa grande conduce a más rondas.

“Hay cierta evidencia que sugiere que las personas consumen más rápidamente cuando perciben que hay menos”, dice el profesor Teresa Marteau, director de la Unidad de Investigación de Salud de Comportamiento y de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio. La ilusión de hay menos cantidad vertida en una copa más grande, podría llevar a la gente a beber más rápido.

Otra teoría es que las personas consumen alimentos y bebidas en unidades de uno. “La gente piensa, voy a tomar solo ‘un vaso de vino, una rebanada de pan, una taza de café,’” dice Marteau. Cuando vemos menos líquido en una copa puede parecernos menor cantidad, escasa, así que ahí tenemos la justificación perfecta para pedir otra ronda.

Lo que está claro es que la gente prefiere los vasos grandes, por consumo, comodidad o porque como dicen los expertos, “la gente cree que la nariz o el bouquet del vino son mayores o mejores en un vaso grande,” dice Marteau.

Para salir de dudas, el equipo está haciendo un seguimiento con los experimentos de beber más vino en diferentes tamaños de recipientes en el que están filmando la gente que bebe el vino para comparar la velocidad y la satisfacción.

Al igual que muchas otras preguntas de la vida, parece que la respuesta a este estudio también se encuentra en el fondo de un vaso de vino.