Chequeos anónimos para analizar el riesgo cardiovascular

Cinco millones de chequeos médicos anonimizados serán analizados por los investigadores del CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares), que podrán sacar conclusiones sobre la salud cardiovascular a través los principales indicadores que se recogen y así se conseguirá mejorar el estudio de la prevención de riesgos cardiacos y enfermedades asociadas. Quirónprevención –empresa de riesgos laborales del Grupo Quirónsalud– será la encargada de poner estos datos su disposición, tras sellar recientemente esta colaboración científica con el CNIC.

Fernando Camino Maculet, director general de Quirónprevención, manifiesta que los motivos que les impulsan como compañía a compartir tal conocimiento con una entidad científica como el CNIC y con la sociedad son los avances en la prevención y promoción de la salud cardiovascular. «Los datos están totalmente anonimizados y no hay posibilidad de trazabilidad. Cumplen los máximos niveles de seguridad de la información», recalca Camino. En este sentido, Borja Ibáñez, cardiólogo del Hospital Fundación Jiménez Díaz (FJD) de Madrid y director de Investigación Clínica del CNIC, comenta que «la base de datos que podemos estudiar gracias a este acuerdo es única. No existe ningún estudio que haya podido analizar un tamaño de muestra igual en España, con datos recogidos durante un periodo tan largo, de 2015 a 2018, y con información que nos permite el análisis comparativo por tipo de actividad, dieta e incluso entorno ambiental-regional».

Por ello, Ibáñez no duda en subrayar que «una de las líneas estratégicas del CNIC es poder estudiar la enfermedad arterosclerótica antes de que dé síntomas y así poder mejorar la prevención de la misma. Tener la posibilidad de acceder a una cantidad tan grande de datos como la que nos ofrecen desde Quirónprevención va a permitir tener herramientas claves».

Tras la firma del acuerdo, se han detectado variaciones en las escalas que predicen el riesgo de tener un ataque al corazón de hasta seis veces mayor, según los hábitos y la zona geográfica. Camino explica que «la explotación de datos que hemos comenzado a realizar agregando aquellos de los reconocimientos médicos realizados a trabajadores desde el año 2015, ha consistido agrupar en porcentajes las alteraciones de distintas pruebas, entre las que se encuentran 18 parámetros analíticos (colesterol, glucosa, triglicéridos, ácido úrico...), cuatro parámetros de función pulmonar, tensión arterial, perímetro abdominal, índice de masa muscular... En total más de 40».

Esta cantidad de información, que entra en la categoría de análisis de «big data», permitirá hacer comparativas como ésta con distintas variables y obtener una información de un valor incalculable para poder conocer el estado de la población activa de nuestro país y planificar estrategias de promoción de salud adecuadas. «Una de las cosas a estudiar en este trabajo son las diferencias entre comunidades, pero aunque parece que sí las hay, aún hay que hacer un tratamiento más intensivo de los datos para sacar conclusiones», apunta Ibáñez. El proyecto va a analizar de forma profunda el riesgo cardiovascular de la población española activa teniendo en cuenta una serie de variables diferentes, desde la naturaleza del puesto de trabajo (la actividad es diferente, por ejemplo, en puestos de oficina que en aquéllos dónde se realiza esfuerzo físico), hasta los hábitos de alimentación, consumo de alcohol y tabaco, o el ejercicio físico del trabajador durante todo el día. Camino asegura que «tenemos la responsabilidad de mejorar la salud de los trabajadores con este estudio. Con este acuerdo pretendemos avanzar en cosas para prevenir y cuidar la salud cardiovascular».