Psiquiatría
Devolver la dignidad a los mal llamados «locos»
Los problemas de salud mental afectan al 9% de la población en España y a una cuarta parte del mundo.
Nadie está exento de sufrir un problema de salud mental. De hecho, más de una cuarta parte de la población mundial lo padecerá en algún momento de su vida. Sin embargo, a quienes hoy conviven con uno se les sigue discriminando y tachando de «locos», sin pensar que, tal vez, esos que hoy les rechazan, pueden verse en la misma situación mañana. Los profesionales y afectados reclaman normalización y «que haya más implicación por parte de las instituciones públicas y de los políticos. La salud mental ha evolucionado mucho en los últimos 30 años, pero queda mucho por hacer», explica Vicente, diagnosticado de esquizofrenia paranoide.
En España, la cifra de afectados por esta dolencia es del uno por ciento, esto es, alrededor de 400.000 personas deben enfrentarse como este joven a lo que se ha denominado como una «doble enfermedad». Porque, por un lado, experimentan los síntomas propios de su trastorno, y por otro lado, deben hacer frente a los efectos del estigma. Así lo describe el estudio «Salud mental e inclusión social. Situación actual y recomendaciones contra el estigma» presentado recientemente por La Confederación Salud Mental España.
Vicente sabe mejor que nadie lo que implica desde que fue diagnosticado en 2003, con 32 años. «Comencé con creencias místicas espirituales que fui desarrollando cada vez más. Me dejé llevar y fue derivando hasta que abarcó mucho tiempo de mi vida e ingresé en un hospital psiquiátrico». Vicente no tuvo su primer contacto con un centro de rehabilitación hasta pasados tres años de su diagnóstico. «Solamente el 10 por ciento de la población con trastorno mental tiene acceso. Faltan muchas herramientas. Lo fácil es darte la pastilla y que te vayas a casa, pero no es lo mejor, se requiere un tratamiento más amplio», insiste.
Prejuicios
Inés González, directora técnica del área de proyectos y estudios de la Confederación explica que, mientras hay trastornos como «la depresión y la ansiedad, que han ido calando algo más en la sociedad, ya que la gente se ha ido familiarizando por tenerlos más cerca y piensan que les puede pasar a ellos también, otros como la esquizofrenia y el trastorno bipolar siguen rodeados de prejuicios dañinos, porque se suelen asociar a episodios violentos y a la agresividad, y también porque quien lo sufre no se siente seguro para decirlo abiertamente. A eso se suma el daño que han provocado desde los medios de comunicación».
González explica, al igual que se desprende del estudio, que este rechazo se advierte en los diferentes ámbitos de la vida, «aunque en Servicios Sociales y Sanidad es menor que en otros como el Judicial y Policial».
Vicente matiza que «existe un estigma consciente por parte de las personas que piensan que somos raros y declaran un rechazo evidente. Luego está el estigma inconsciente, ese miedo que sienten a que les hagamos daño, algo plenamente infundado. La agresividad la puede ejercer el mismo porcentaje en población convencional que con trastorno mental. La enfermedad no es relevante para cometer una agresión».
De hecho, en el estudio se aclara que «la asociación de la peligrosidad y la violencia con las personas con trastorno mental no se encuentra sustentada por la realidad (independientemente de que puedan existir episodios violentos esporádicos), sino más bien en la imagen social que, históricamente se ha extendido sobre estas personas».
Psicoterapia
Esa marginación a la que se ven condenados no hace sino alejarles de una rutina que es precisamente el mejor tratamiento. «Si no puedes seguir con tus estudios, mantener relaciones sociales, trabajar y continuar con un proyecto de vida, es más difícil recuperarte».
Vicente también reclama un modelo de terapia de diálogo abierto «como el que hay en otros países de Europa, en los que el tratamiento psicológico (sin necesidad de medicación o empleando esta como último recurso) obtiene unas tasas de éxito del 80 por ciento. Esto aquí no sucede. La psicoterapia es positiva y es necesaria la presencia de psicólogos en las unidades de salud mental y también la atención domiciliaria, porque así pueden tratar al afectado y a la familia».
Por ello, desde la Confederación Salud Mental, González concluye que trabajan «para darles seguridad, para que tomen la palabra y hablen, que vean que pueden llevar una vida normal. Hay que ser capaces de dar un paso más allá y no quedarse en la etiqueta, intentar conocer y superar los miedos, porque cualquiera podemos tener un problema de salud mental y todos, como sociedad, somos responsables de alimentar los prejuicios o destruirlos».
De interés para los afectados:
Confederación Salud Mental España
C/Hernández Más, 20-24,
28053, Madrid
Teléfono: 91 507 92 48
Correo electrónico:
confederacion@consaludmental.org
Web: www.consaludmental.org
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