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«La fecundación in vitro del siglo XXI estará dominada por los avances en genética»

Isidoro Bruna, director médico de HM Fertility Center, grupo HM Hospitales

Isidoro Bruna / Foto: Luis Díaz
Isidoro Bruna / Foto: Luis Díazlarazon

La fecundación in vitro del siglo XXI estará dominada por los avances espectaculares de genética molecular y será muy regenerativa.

- La genética ha revolucionado la Medicina y la reproducción asistida no es ajena a ella. ¿Cómo ha transformado el campo de la fertilidad?

-La fecundación in vitro del siglo XXI estará dominada por los avances espectaculares de genética molecular y será muy regenerativa. En el campo de la reproducción, si la esperanza de vida a finales de este siglo es de 100 o 120 años, y la dinámica social hace que cada vez se retrase más la edad de concepción, la única alternativa será la de criopreservar gametos a edades jóvenes cuando la calidad es buena o, en un momento determinado, lograr generar gametos a partir de células somáticas.

-¿La reproducción asistida acabará siendo una necesidad?

-Sí, sin duda, y se debe a nuestro estilo de vida. La Medicina Reproductiva cada vez se dirige más a la prevención y no a la consecución de embarazos, es decir, al intento y logro de que nazcan niños que no porten determinados tipos de enfermedades genéticas. Eso ya se hace y será rutinario.

-¿Esta tendencia irá a más?

-Seguro, y de ello se derivan dos vertientes: una muy buena porque lograremos controlar determinadas enfermedades, pero también corremos el riesgo de que la Medicina sea cada vez más cara y por tanto menos accesible.

-¿Tendremos bebés de diseño?

-Yo creo que esto no se va a dar. Debemos autorregularnos y no creo que lleguemos ahí porque no tendría mucho sentido. La Medicina está para curar, si se puede, y si no, para aliviar. La ética es clave.

-La realidad es que la reproducción asistida cada vez es más empleada en nuestro país. ¿Por qué?

-El gran problema es el retraso de la edad del primer embarazo, con una media de 32,4 años, sólo superados por Italia. Y la media de edad de las féminas que acuden a una unidad de reproducción en nuestro país es de 38 años. Aquí la edad es decisiva, porque a partir de los 35 años se produce un agotamiento en la capacidad de los ovarios de generar folículos y, por tanto, de producir óvulos susceptibles de poder ser fecundados. El segundo problema es la evidencia de que el esperma de los varones ha ido disminuyendo. En Occidente los varones cada vez son más sedentarios y en España se abusa de agentes tóxicos como tabaco y alcohol, que son muy dañinos para la espermatogénesis. Y a eso se añaden los disruptores endocrinos, que son esas sustancias con las que convivimos a diario pero que añaden un peligroso peaje de pesticidad.

-Ante esto, una de las opciones que entra en juego es la denominada vitrificación de ovocitos. ¿Qué es?

-Se trata de un procedimiento muy contrastado desde el punto de vista científico, sencillo de realizar y muy seguro. No es más que una congelación ultrarrápida de los ovocitos. Lo ideal es tener unos 10 o 15 ovocitos vitrificados entre los 26 y los 34 años de la mujer, pues se ha estudiado a nivel estadístico que eso permite tener una altísima probabilidad de que entre ellos esté su primer hijo e incluso el segundo. Cuanto más jóvenes, existen más ovocitos y de mayor calidad. Se trata de un proceso que no es artificial ni forzado, pues todos los días salen folículos del cuerpo de la mujer. En reproducción asistida no hacemos magia, en este caso sólo rescatamos esos folículos justo en el momento adecuado, antes de que se desarrollen.

-¿Cómo se realiza?

-Es algo muy sencillo, porque sólo implica una inyección durante diez días. Posteriormente, con una intervención realizada con sedación y de forma muy rápida, pues dura entre 5 y 10 minutos, se extraen por vía vaginal los óvulos y a partir de ahí se vitrifican. No duele, ni tiene efectos secundarios en la mujer. Es muy seguro.

-¿Falta concienciación en las mujeres españolas?

-Sí, sin duda. Las mujeres todavía no son conscientes de que la edad lleva aparejada una disminución de su fertilidad y con 30 años no se plantean planificar su maternidad, aunque sea a largo plazo. Sin embargo, si la sociedad no cambia, se trata de la mejor medida preventiva frente a la infertilidad asociada a la edad, pues se convierte en una especie de autodonación en el momento en el que el número y la calidad de los óvulos es bueno, lo que garantiza la maternidad a largo plazo, pero aún se ve como algo lejano y son pocas mujeres las que optan por ella.

-¿Qué cifras de éxito se manejan en fertilidad?

-Todo depende del tipo de patología que condiciona la infertilidad, pero a nivel global, con óvulos propios casi un 70-80% de las parejas van a lograr tener un bebé en el primer, segundo o tercer tratamiento. Si a eso le sumamos las mujeres que optan por la donación de ovocitos, se logran tasas de más de un 90% de éxito de embarazo. Hoy en día todos los abordajes tienen que ser absolutamente individualizados y eso pasa por hacer un buen diagnóstico de la pareja y aplicar el tratamiento específico.

-¿Cómo influye estar dentro del engranaje de un hospital?

-En nuestro caso, la ventaja es que la mujer gana tiempo y comodidad, porque se reducen las visitas. Hemos avanzado en eficacia y en eficiencia, pero la gran diferencia es la capacidad que tenemos de ponernos en la cabeza de la mujer. Nuestro equipo es multidisciplinar, porque necesitamos el concurso de genetistas, urólogos, hematólogos, endocrinos... Y por supuesto el psicólogo especializado, porque el dolor que produce en algunas mujeres el hecho de no lograr el embarazo es equiparable al que siente un paciente al que le diagnostican un cáncer. Por ello, es clave que todo el personal trate al que tiene delante como a él le gustaría que le trataran si estuviera en ese lugar. La empatía es fundamental.

PERFIL

-Especialista en Ginecología y Obstetricia, dirige HM Fertility Center desde 2014.

-Co-director del Master de Reproducción Humana de la Universidad Complutense de Madrid.

-Apasionado de su trabajo, Bruna transpira empatía por todos los poros de su piel, lo que permite confianza y seguridad a sus pacientes.