Láser uroginecológico (I)

Artículo de opinión de François Peinado sobre los láseres uroginecólogos

Hace pocos días fui invitado a una jornada de actualización sobre los diferentes usos del láser Gynelase en las patologías uro-ginecológicas de la mujer: la incontinencia urinaria, la atrofia vaginal y la cirugía plástica íntima. El evento fue organizado por la empresa Intermedic, convertida en referente mundial por su continua investigación, y con amplia experiencia y trayectoria en el desarrollo de láseres de alta tecnología para uso médico y estético. Xavier Arcusa, ingeniero biomédico con más de 30 años de experiencia en la investigación de estos láseres y uno de los directores de la empresa, comenzó exponiendo la evolución de los sistemas láser aplicados al tratamiento de las patologías de la piel y de la mujer. El primer Láser de CO2 fue inventado por Kumar Patel en 1964 y desde entonces ha sufrido una evolución continua. El láser CO2 es una luz extremadamente concentrada que tiene el agua como principal molécula de absorción. La piel está compuesta de un 70% de agua y las mucosas (como por ejemplo la vagina), de un 90%, por lo que son los tejidos ideales para su acción. Este láser permite realizar cortes y la coagulación con una precisión extrema. Las ventajas de la utilización del láser CO2 son: una cirugía sin sangrado, no hay contacto con el tejido puesto que este instrumento se dispara desde un dispositivo específico, la energía láser es estéril, produce menos edema y dolor postoperatorio, tiene una velocidad de cicatrización más rápida frente a otras técnicas tradicionales ofreciendo buenos resultados estéticos.

Debido a estas características técnicas, esta herramienta se utiliza también en la cirugía oftalmológica como son las blefaroplastias, en Dermatología, y en la cirugía uro-ginecológica de la mujer como son la atrofia vaginal, el síndrome de relajación vaginal, las incontinencias urinarias leves-medias o patologías específicas como el liquen escleroatrófico.