Centros de Salud
Sanidad civil y militar ensayan con éxito la actuación de urgencia
El primer simulacro de las Escuelas Prácticas de Sanidad pone de manifiesto la capacidad de respuesta de las diferentes fuerzas y cuerpos del país ante emergencias de diferente naturaleza
El primer simulacro de las Escuelas Prácticas de Sanidad pone de manifiesto la capacidad de respuesta de las diferentes fuerzas y cuerpos del país ante emergencias de diferente naturaleza
Supongamos que, un día cualquiera, se producen sendas explosiones en el sótano de un edificio y en la terraza de otro (dejando ambos víctimas atrapadas), tiene lugar un accidente aéreo y, además, se detecta un incidente con riesgo biológico en un tren que, por si todo lo anterior fuera poco, está ocupado por un grupo de discapacitados visuales. Pues esta situación, que parece el argumento de una mala película de acción llevada al extremo, es a la que hicieron frente las diferentes unidades sanitarias de urgencias civiles y del ejército españoles. Porque, por desgracia, la realidad muchas veces supera la ficción, y hay que estar preparados.
El macrosimulacro –que tuvo lugar durante cinco días en la base aérea de Torrejón hace algunas semanas, y fue liderado por la Unidad Militar de Emergencias (UME), cuyo jefe es el teniente general Miguel Alcañiz Comas– tenía como objetivo poner en común los distintos procedimientos de asistencia sanitaria, así como posibilitar el conocimiento entre organismos, la actuación conjunta y los apoyos mutuos con el fin de ampliar el conocimiento de las capacidades de los diferentes organismos y unidades sanitarios.
Porque, como destacan desde el Summa112 (que participó activamente en el mismo), este tipo de ejercicios «nos sirven para aprender cómo trabajar e integrar procedimientos tanto de ellos como nuestros, ya que la forma de actuar civil y militar es diferente. Por eso, siguiendo la política de coordinación de la Consejería y que iniciamos con Samur, es tan importante unificar estos procedimientos». Y es que, dada la creciente incidencia de atentados terroristas, así como ante la posibilidad de utilización de armas biológicas, «se hace necesario conocer profundamente los equipos con los que cada institución equipa a sus unidades y trabajar el momento más delicado de esta cadena asistencial, el de la transferencia de los pacientes», explica Jesús Manuel Peraza, comandante médico jefe de Sanidad de la UME y coordinador del ejercicio.
Lecciones aprendidas
En cuanto a las lecciones aprendidas, Peraza destaca como principales la necesidad de «definir un procedimiento organizativo asistencial conjunto multidisciplinar para dar una respuesta inmediata y eficaz sobre el terreno a una pluripatología extrahospitalaria demandante de personal y recursos sanitarios de forma urgente, procedimiento que debería gestionarse a nivel de cada CC AA con las consejerías de Sanidad pertinentes en relación a las unidades de sanidad de los servicios sanitarios correspondientes». También unificar la logística de los llamados puestos móviles de fácil despliegue.
Otra de las enseñanzas apuntada por Valeriano Ortega Miravalles, de la dirección general de Protección Civil (que acudió al simulacro en calidad de observador), sería la conveniencia de seguir trabajando sobre el aspecto de las tarjetas de triaje y unificarlas, al presentar «diferencias muy notables, perfectamente justificables por las características del trabajo, de cada una de las unidades participantes». Lo que parece que ha quedado claro es que las prácticas «han conseguido su finalidad pues el diseño del programa se adaptaba perfectamente al objeto perseguido y han posibilitado el conocimiento mutuo de las diferentes instituciones, de sus capacidades y de sus procedimientos», concluye Ortega Miravalles.
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