Sanidad
«Un pacto de estado no debe basarse en un espíritu recentralizador»
Jon Darpón / Consejero de Salud de País Vasco
«Apostamos por la complementariedad. La colaboración público privada es necesaria». «Los diabéticos dispondrán de un parche transdérmico que facilita la medición de la glucosa»
- Participa en la 2ª Jornada del Pacto de Estado por la Sanidad, organizada por la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, en la que abordará los problemas para mantener la calidad y conseguir la excelencia de la Sanidad pública. ¿Cuáles son los más acuciantes?
-Desde el Gobierno vasco consideramos que un Pacto de Estado por la Sanidad puede ser positivo y beneficioso. Nosotros siempre hemos estado dispuestos a colaborar para mejorar el SNS. Siempre y cuando se respeten las competencias que nos han sido atribuidas por la Constitución y el Estatuto de Autonomía del País Vasco. Pero un pacto de estado en ningún caso debe de basarse en un espíritu recentralizador o de homogeneización. Y también creemos que hay que partir de unos principios contrastados y de consenso, como la universalidad, la financiación a través de impuestos y la descentralización de las competencias. Y, en ese sentido, el mayor escollo es el RD 16/2012, que ha supuesto un retroceso en materia de derechos fundamentales. Por otra parte, la esperanza de vida ha crecido de manera constante en las últimas décadas siendo una de las más altas del mundo; este aumento nos aboca a un cambio de paradigma en la atención sanitaria para hacer frente al envejecimiento y el incremento de las enfermedades crónicas; sin duda, éste es uno de los mayores retos a los que vamos a tener que hacer frente.
-¿Qué papel debe jugar la Sanidad privada en ese Pacto?
-Apostamos por la complementariedad. La colaboración público privada es necesaria. Eso no quiere decir que hay que privatizar el actual sistema de salud. Significa que lo público y lo privado pueden complementarse. Siempre con el liderazgo tractor del público. En Euskadi, Osakidetza es el servicio público mejor valorado por la sociedad vasca y eso, como comprenderá, nos llena de satisfacción pero también nos otorga una gran responsabilidad. Actualmente el porcentaje de recursos que el Departamento de Salud vasco dedica a la sanidad pública supera el 90%, mientras que el destinado a suscribir conciertos sanitarios representa alrededor del 7%.
-¿Cree que se debería incluir el copago o algún otro medio disuasorio para contener la demanda de fármacos?
-Estamos en contra de los copagos, especialmente si afectan a las capas sociales más desfavorecidas o a las personas con mayores necesidades en salud. Creemos firmemente que la salud es un derecho de todas las personas. Y medidas como el copago penalizan a los colectivos más débiles y ahonda las desigualdades sociales. En los últimos cuatro años, el Gobierno vasco puso en marcha unas ayudas sociales para hacer frente al gasto en tratamientos médicos (medicamentos). Desde entonces, hemos invertido 24 millones de euros en estas ayudas para garantizar la adherencia a los tratamientos en los sectores más vulnerables. Acabamos de modificar esa normativa de ayudas económicas para dar cobertura a personas en situación legal de desempleo y perceptores de la renta de garantía de ingresos. Entendemos también que debe fomentarse una mayor responsabilidad individual de cada persona con su salud y con el uso que hace del sistema sanitario, y no estamos hablando de copagos.
-El presupuesto para 2018 ha subido un 3,6%. ¿En qué se va a invertir?
-Nuestras prioridades son fortalecer la sanidad pública vasca, disminuir las desigualdades en salud, hacer frente al envejecimiento y el incremento de enfermedades crónicas, coordinar mejor el sistema sanitario con los servicios sociales, modernizar instalaciones y tecnología, mantener el compromiso y la estabilidad laboral de los profesionales sanitarios y potenciar decididamente la innovación y la investigación en biociencias. En eso vamos a invertir los 3.671 millones de euros con que contamos para 2018, que suponen un tercio del presupuesto total del Gobierno vasco.
-Dice que uno de los mayores retos de futuro es el envejecimiento de la población y las enfermedades crónicas asociadas a ello, ¿cómo van a afrontarlo?
-Necesitamos un cambio de paradigma en la atención sanitaria. El año pasado, del total de pacientes ingresados en los hospitales de Osakidetza casi el 50% tenía más de 65 años, y un 22% eran mayores de 80 años. Para afrontar este cambio sociológico y epidemiológico, desde la legislatura pasada, estamos trabajando en un proceso de reforma de la configuración y organización de los servicios de salud, desde el concepto de «Atención Integrada» para superar la división en la gestión y la provisión entre la atención primaria (AP) y los hospitales que, a lo largo de los años, ha generado visiones contrapuestas de la atención sanitaria, descoordinación y desequilibrio y donde los hospitales han difuminado a la AP. Estamos convencidos de que, desde la integración asistencial, es fundamental fortalecer la AP, el nivel más próximo a las personas, que necesita reforzar sus recursos y desplegar una estrategia específica para asumir la responsabilidad del proceso asistencial.
-Ese envejecimiento ha provocado el incremento de consultas e intervenciones quirúrgicas. ¿En qué consiste su plan para mejorar las listas de espera?
-Debo destacar que los tiempos de espera en Osakidetza se mantienen entre los más reducidos del Estado, tanto para Consultas Externas como para procedimientos quirúrgicos, pese a la dificultad que ello entraña teniendo en cuenta el incremento paulatino de demanda asistencial al que aludía. Aun así, el Plan de Acción que hemos diseñado tiene como objetivo la planificación y racionalización de la demanda y una gestión más eficaz y eficiente de la oferta, de cara a proporcionar una respuesta estable de actividad. Para conseguirlo, contempla acciones de mejora a diferentes niveles; pensamos que la conjunción de inversión en recursos humanos y renovación tecnológica debe completarse con medidas innovadoras que permitan mejorar la gestión y la eficiencia de los procesos sanitarios.
-Acaba de ser el Día Mundial contra la Diabetes; Osakidetza ha implantado un nuevo sistema para esta población.
-Efectivamente, este mes en Euskadi los pacientes con diabetes insulinodependiente menores de 18 años, en lugar de tener que realizar los pinchazos de medición previos a la administración de la insulina, como hasta ahora, dispondrán de un parche transdérmico que facilita la medición del nivel de glucosa en sangre. Euskadi es una de las primeras CC AA en incluir en su cartera de servicios este método, que ya se usa en varios países europeos. Estos dispositivos se distribuirán a través de las consultas de endocrinología y esperamos que en tres meses los pacientes definidos dispongan de este sistema.
-También le han «declarado la guerra» al consumo de sal y azúcar y quieren reducir su ingesta entre la población vasca. ¿Cómo lo conseguirán?
-Pretendemos aumentar en un 20% el número de jóvenes y niños que consumen fruta y verdura diariamente; reducir el consumo de sal y azúcares libres en un 20% y conseguir que al menos el 50% de los agentes comprometidos con la alimentación en Euskadi estén trabajando en red con nuestro proyecto «Iniciativas para una alimentación saludable en Euskadi».
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