Corea del Sur

Seis muertos y primer menor contagiado por coronavirus

En Corea del Sur, foco del nuevo contagio por el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV)

El Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) o nuevo coronavirus dejó hoy otro muerto en Corea del Sur, lo que eleva a 6 el número de fallecidos, al tiempo que se confirmaron 23 nuevos casos, lo que deja en casi un centenar el número de contagios.

El nuevo fallecido es un anciano de 80 años de la localidad de Daejeon (en el centro del país) que permanecía hospitalizado desde el pasado día 3 por una neumonía, informó el Ministerio de Sanidad en un comunicado.

La nueva víctima del MERS se contagió a través de un paciente con el que había compartido habitación en el hospital a finales de mayo.

Mientras, el número de portadores confirmados de la enfermedad sigue creciendo y hoy se confirmaron 23 nuevos contagios, el mayor número hasta la fecha en un solo día, lo que deja el número total en 87, según los datos del Ministerio.

Además se ha dado el primer caso de un menor de edad afectado por esta enfermedad, concretamente un joven de 16 años, que se contagió en el Centro Médico Samsung de Seúl.

Este hospital es el que ha acumulado el mayor número de nuevos contagios, con 17 de los 23 casos reportados hoy.

A pesar del incremento de casos el Gobierno mantiene que el brote de coronavirus no está fuera de control, bajo el argumento de que casi todos los nuevos contagios se han producido dentro de los 24 hospitales que albergan a pacientes de esta enfermedad.

En todo caso existe una creciente alarma en Corea del Sur, donde 1.800 centros de enseñanza de todo el país han suspendido las clases temporalmente.

Además, las calles de Seúl y las ciudades de la periferia se observan más vacías, y cada vez más gente usa mascarilla y evita acudir a hospitales o lugares concurridos.

Un total de 2.300 personas que tuvieron contacto directo con pacientes han sido puestas en cuarentena en sus domicilios o en hospitales designados por el Estado.

El MERS, que alcanzó su punto álgido hace aproximadamente un año en varios países de Oriente Medio, tiene una mortalidad del 40 por ciento aproximadamente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y no puede ser combatido con vacunas o tratamientos, aunque su contagio tampoco es fácil y requiere un contacto muy directo.