Azcona, que estás en los ...

Que «Mitad y mitad» se presente –no de forma oficial, pero blanco y en botella– como la versión actualizada de «El pisito» no deja de ser un tremendo signo de los tiempos. Hemos dado tantas vueltas para, al final, apenas cambiar. Si Azcona y Ferreri convertían la desdicha de una pareja en metáfora de la pobreza del régimen, en «Mitad y mitad», Pep Antón Gómez, autor y director, y Jordi Sánchez, coautor, nos hunden en la miseria de la España sin un euro. López Vázquez y Mary Carrillo, o sea, Rodolfo y Petrita, son aquí Fernando Tejero y Pepón Nieto, muy divertidos como hermanastros ficticios en plena rapiña de la herencia de una madre que no acaba de morirse, cada uno con sus problemas y en otro pisito cochambroso. Ya sabemos que «Spain is different»: picaresca, hipotecas, deudas, el sueño caribeño de Curro llevado a Lanzarote, caraduras con gracejo –se le dan bien a Tejero, pero luego que no diga que le encajonan–, pusilánimes torpones y algo cándidos –ídem Nieto–...

Al cabo, en cualquier caso, hablamos de una España que no tiene donde caerse viva. Se agradece y aplaude que el teatro más comercial –éste no esconde su naturaleza– le eche un pulso a la actualidad social. Pero hombre, podrían haberse apartado un poco de la alargada sombra de Azcona, que estás en los cielos. En ese sentido, lo que en «El pisito» era ingenio y situaciones retorcidas, aquí se apoya en personajes estereotipados y diálogos de «sitcom» a lo «Aída». Eso sí, el final es un soplo de aire fresco incorrecto y negrísimo.