Represión en Venezuela
La oposición venezolana
Por Luz Trujillo
Una de las técnicas que los regímenes autoritarios utilizan contra la población civil es hacerle creer su nula capacidad para incidir en la situación política y social que le rodea. Así viene recogido en los manuales de guerra psicológica utilizados a lo largo de la historia con el fin de influir en la conducta de la masa. Uno de los métodos empleados consiste en crear incertidumbre en ellas que da paso al miedo seguido del desaliento y por último la resignación.
Fidel Castro aplicó hábilmente esta forma de actuar, recogida por Hugo Chávez y que su sucedáneo Nicolás Maduro mantiene; recordemos los vínculos que existen entre ambos países y la manera en que Cuba dicta el modus operandi en las medidas opresoras contra la población civil venezolana. El socialismo llamado del siglo XXI del régimen castrochavista es el mismo aplicado en el siglo XX por el tándem Lenin-Stalin y del siglo XIX ideado por el tándem Marx-Engels; el socialismo revolucionario muda su ropa adaptándose a los tiempos pero su desarrollo y desenlace es semejante: miseria moral y material jalonadas por una absoluta represión y falta de libertad.
A la situación de crisis que padece Venezuela se suma la inseguridad. De las siete ciudades con mayor índice de criminalidad tres son venezolanas y los cárteles de la droga es uno más de los elementos criminógenos de una sociedad abocada a la violencia. Los Estados Unidos llevan tiempo investigando los vínculos de altos cargos del régimen Chavista y el narcotráfico con la cada vez más clara convicción de que Venezuela es un narcoestado, una tesis que se ha visto reforzada por la detención en Haití, en una operación conjunta con la DEA, de dos miembros de la familia presidencial cuando intentaban transportar ochocientos kilos de cocaína.
Venezuela actualmente es una bomba de relojería. Los venezolanos no quieren seguir sufriendo el yugo opresor del régimen chavista, por ello haciendo uso del derecho que les da la Constitución reclaman un referéndum revocatorio. Pero el gobierno quiere ganar tiempo, si el referéndum se realiza el 2017 y no en el año en curso, no habrá elección presidencial y el vicepresidente asumiría el poder hasta el final de mandato; lo cual permitiría al régimen chavista organizarse para mantenerse en el poder ya sea con Maduro o sin él.
Los sectores de la oposición lo saben bien, por eso desconfían del papel mediador del ex presidente Rodríguez Zapatero — junto a Martín Torrijos, ex presidente de Panamá, y Leonel Fernández, ex presidente de República Dominicana—, cuya inclinación ideológica es de sobra conocida; una mediación que parece más orientada a los intereses de Nicolás Maduro que al clamor del pueblo venezolano, lo que resta credibilidad a su neutralidad en este proceso.
Las próximas semanas serán vitales para el futuro de Venezuela, el régimen chavista no cesará en mermar la voluntad del pueblo venezolano que tiene por delante todo un desafío: libertad o esclavitud.
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