
Historia y cultura
El único lenguaje silbado del mundo que aún se utiliza y se enseña en las escuelas
Su función principal ha sido siempre facilitar la comunicación entre personas separadas por largas distancias en un territorio abrupto y montañoso

En un mundo cada vez más dominado por la inmediatez de la tecnología, La Gomera guarda con orgullo un tesoro del patrimonio inmaterial: el Silbo Gomero, un lenguaje silbado único en el mundo que ha sobrevivido siglos como vehículo de comunicación a larga distancia entre los habitantes de esta isla canaria.
El Silbo Gomero no es un sistema de señales limitado ni un simple código con significados preestablecidos. Se trata de un lenguaje articulado, capaz de transmitir mensajes complejos, reproducido exclusivamente mediante silbidos. Lo que lo convierte en un fenómeno lingüístico singular es su capacidad para adaptar fonéticamente una lengua hablada al silbido, valiéndose únicamente de variaciones de frecuencia dentro de un tono continuo.
Según el Gobierno de Canarias, su función principal ha sido siempre facilitar la comunicación entre personas separadas por largas distancias en un territorio abrupto y montañoso como el gomero. Para lograrlo, el silbador debe dominar una técnica compleja, que sustituye los sonidos que emitimos con la boca, lengua y cuerdas vocales por modulaciones de tono generadas al silbar. Es un proceso que requiere años de práctica y que ha sido perfeccionado y transmitido de generación en generación.
Origen
El origen del Silbo se remonta al periodo prehispánico, utilizado originalmente por los aborígenes gomeros -los antiguos gomeros o guanches-. Su supervivencia, a pesar de la colonización, las transformaciones sociales y el impacto del turismo, lo ha convertido en una de las expresiones culturales más representativas de la identidad canaria. La UNESCO lo reconoció en 2009 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un reconocimiento internacional que impulsó su revitalización.
Más allá de su carácter funcional, el Silbo Gomero tiene también un fuerte componente social y comunitario. Por su naturaleza sonora, los mensajes transmitidos son fácilmente audibles por otras personas ajenas a la conversación, lo que lo hace ideal para contextos colectivos, pero poco útil para la comunicación privada. De hecho, durante la historia se ha utilizado ocasionalmente como lenguaje secreto, por ejemplo, durante conflictos o en actividades clandestinas, como el contrabando.
El siglo XX marcó un punto crítico para la supervivencia del silbo. La emigración, los cambios económicos y el crecimiento de nuevas tecnologías lo empujaron al borde de la desaparición. A finales de los años 70, solo unos pocos ancianos mantenían viva la tradición. Fue entonces cuando comenzaron los esfuerzos institucionales para salvar y enseñar el Silbo Gomero, integrándolo en el currículo escolar de la isla desde el año 1999. Hoy, todos los estudiantes gomeros lo aprenden como asignatura obligatoria en la escuela.
Este renacer no solo ha permitido conservar un legado milenario, sino también fortalecer el sentimiento de pertenencia entre los jóvenes de La Gomera. En palabras de varios docentes locales, el silbo no solo se enseña como técnica, sino como símbolo de identidad, resiliencia y respeto por la herencia cultural.
El Silbo Gomero, lejos de ser una reliquia del pasado, sigue resonando con fuerza entre los barrancos y montañas de La Gomera. Es un testimonio vivo de la creatividad humana y de cómo las comunidades pueden preservar su historia frente a los desafíos del tiempo. Una melodía silbada que no se apaga, sino que sigue siendo, en pleno siglo XXI, voz del paisaje y eco de la memoria.
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