
Curiosidades
¿Sabes por qué El Sardinero se llama así? Esta es su historia
El "barriuco" cambió de nombre cuando se pusieron de moda los "baños de ola"

El Sardinero es para Santander toda una referencia. Así se llama uno de los barrios más exclusivos de la capital y así se llama también su principal playa y el estadio del Real Racing Club de Santander. No se concibe Cantabria sin en sardinero ni menos aún se concibe Santander.
El Sardinero es toda la costa desde la península de la Magdalena hasta la zona de Mataleñas. Su centro neurálgico es la plaza de Italia, y es desde finales del siglo XlX el lugar más visitado por los veraneantes de Santander.
Ir a tomar el sol a El Sardinero y disfrutar de sus olas fue en sus orígenes algo que comenzaron a hacer los burgueses castellanos que elegían esta playa por su cercanía y por su belleza. Esos baños que se daban los burgueses en la playa santanderina por excelencia eran conocidos como "baños de ola". Y se pusieron de moda, además era algo que daba cierto caché a quienes lo hacían. Digamos que en El Sardinero no se bañaba cualquiera.
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Y lo que iniciaron los de fuera lo fueron replicando los de la propia ciudad. Con la llegada de los burgueses castellanos, El Sardinero fue ganando prestigio y se comenzó a urbanizar la zona a partir de 1849.
En El Sardinero están los edificios con más solera de la ciudad, el Gran Hotel (ahora Hotel Sardinero), el Gran Casino, que fue diseñado por el famoso arquitecto Eloy Martínez del Valle, que levantó esta construcción a la imagen y semejanza del Gran Casino de Montecarlo; el Hotel Real, la Casa de Pardo...
Los casi dos kilómetros que tiene de recorrido El Sardinero y que hoy es la imagen del Santander más señorial fue en sus orígenes un caladero de sardinas, peces que quitaron el hambre durante años y años a quienes habitaban esta zona antes de que la burguesía se diese cuenta de la belleza de este enclave. Fueron los burgueses los que, enamorados del entorno, fueron comprando fincas y solares, en los que se levantaron edificaciones ilustres, chalets y casonas.
Pero no sólo los burgueses castellanos se enamoraron de aquel Santander, también lo hizo otra gente, más humilde, que también venían desde Castilla pero que en este caso llegaban a la ciudad para vender sus productos que se guisaban luego en los establecimientos santanderinos.
El antiguo "barriuco" de pescadores
Los pescadores dejaron paso a los burgueses, pero el nombre del paseo, de su playa y de su barrio sigue rindiendo homenaje a los pescadores que sacaban sardinas a diario para dar de comer a sus familias. Era la época en la que de forma coloquial a El Sardinero se le conocía como "el barriuco", pero la construcción masiva en la zona que despuntó a partir de los años 60 transformó por completo aquel barrio marinero, convirtiéndolo en lo que es ahora.
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