Festival de Música
Festival La Sagra Suena 2025: música indie, cerveza y un ambiente que ya es tradición en Toledo
La tercera edición del festival reunió a Xoel López, Cupido y Mafalda Cardenal como cita imprescindible del final del verano
El sábado 27 de septiembre, la fábrica de cerveza La Sagra volvió a convertirse en epicentro musical con la tercera edición de La Sagra Suena. Desde la salida 40 de la CM-4004, tanto quienes llegaban desde Toledo como desde Madrid podían distinguir a lo lejos el recinto, señal inequívoca de que el festival ya estaba en marcha.
El ambiente se respiraba desde primera hora con público joven, familias y grupos de amigos fueron ocupando el espacio entre barras, food trucks y zonas de descanso. Un detalle que marcó la jornada fue la caseta de tatuajes gratuitos, que atrajo largas colas durante horas. El diseño estrella, el botellín de La Sagra, garantizaba cerveza gratis a quien se lo tatuara, y se convirtió en uno de los símbolos del día.
Primeros compases: DJs, guitarras y energía
El arranque llegó a las 15:30 h con Gordo Dejota, encargado de abrir el escenario con un repaso al mejor indie. Después fue el turno de Mauri, que con su power pop directo y sin artificios prendió la chispa entre los asistentes.
Entre cambios de grupo, Bite Me DJ sostuvo el ritmo con sesiones que mezclaban indie, electrónica y rock, demostrando oficio y manteniendo al público en movimiento.
Folk luminoso y el despegue de Mafalda Cardenal
Con el sol todavía presente, Club del Río desplegó un directo folk de armonías cálidas, perfecto para un ambiente de tarde. Su concierto invitó a disfrutar sin prisas, casi como en una reunión entre amigos.
El momento de la revelación llegó a las 19:00 h, con Mafalda Cardenal. La joven artista, aclamada por la Generación Z, ofreció un repertorio cargado de sinceridad y frescura. Sus letras y su voz encontraron un eco inmediato en la audiencia, con móviles en alto grabando cada instante para redes sociales.
Cupido: la fiesta del electropop romántico
Con el atardecer llegó uno de los nombres más esperados: Cupido. Su romanticismo millennial, envuelto en autotune y melodías pegadizas, convirtió el recinto en una pista de baile colectiva. “La Pared”, "Tu foto" y “Autoestima” fueron los momentos más coreados, reforzando esa conexión festiva que distingue a la banda.
Entre concierto y concierto, las transiciones de Bite Me DJ devolvieron al público al terreno del baile, manteniendo la intensidad de la tarde.
Xoel López, el broche de calidad
La noche se reservaba para el plato fuerte con Xoel López. Con un directo sólido y lleno de matices, repasó distintas etapas de su carrera y regaló momentos de complicidad con el público. “Atlántico”, “Tierra” o “Lodo” sonaron con la fuerza de himnos compartidos, demostrando por qué sigue siendo uno de los grandes referentes del indie español.
El cierre de la jornada llegó de la mano de Virginia Díaz, que desde la cabina firmó una sesión impecable hasta casi las dos de la madrugada. Su mezcla de indie, pop y rock puso el broche a una edición marcada por la cercanía y la buena sintonía entre escenario y público.
Gastronomía y ambiente sin prisas
La música no fue el único reclamo. Entre concierto y concierto, los asistentes podían recorrer una variada oferta gastronómica en los food trucks, desde hamburguesas hasta opciones vegetarianas, siempre acompañadas por las distintas variedades de cerveza de La Sagra.
El resultado fue un festival con un ambiente relajado, casi familiar, que logró diferenciarse de las grandes citas masivas al apostar por la calidad y la proximidad.
Un festival que crece sin perder su esencia
La edición 2025 confirmó que La Sagra Suena ha dejado de ser una promesa para convertirse en tradición. Con un cartel equilibrado, una organización cuidada y un ambiente en el que la música y la experiencia cervecera se complementan, el festival cerró su tercera edición con la sensación de haber encontrado una fórmula propia.
La fábrica de La Sagra despidió la noche con la vista puesta en 2026, cuando este encuentro indie volverá a ser cita obligatoria para quienes buscan un final de verano distinto en el corazón de Toledo.