Sociedad

El monte en disputa desde hace siglo y medio que cambió el mapa entre Castilla-La Mancha y Aragón

La reasignación de El Entredicho marca la primera modificación oficial de los límites autonómicos desde 1978

Vista de Albarracín (Teruel)
Vista de Albarracín (Teruel) iStock

Desde mediados del siglo XIX, una disputa territorial ha enfrentado a la localidad de Albarracín, en Teruel (Aragón), y a la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha), un conflicto histórico que recientemente ha modificado los límites autonómicos tras más de un siglo de controversias. El protagonista silencioso de esta pugna es el río Tajo, que tradicionalmente ha servido como línea divisoria natural, geográfica y política entre ambas provincias.

El problema surgió por un terreno conocido como El Entredicho, un monte de unas 2.000 hectáreas que atraviesa el cauce del Tajo y que ha sido reclamado durante años por ambas regiones. Mientras Albarracín ha defendido que los límites deben adaptarse al curso natural del río, Cuenca sostiene que la frontera legítima es la del cauce original, lo que dejaría el terreno dentro de Castilla-La Mancha.

La zona tiene un alto valor económico y ambiental. En ella, además, se desarrollan actividades forestales, agrícolas, ganaderas y micológicas, y su control es importante tanto por los recursos que ofrece como por las normativas que rigen en cada comunidad autónoma.

Durante más de un siglo, Albarracín ha gestionado el monte sin oposición efectiva por parte de Cuenca, lo que ha sido determinante para la resolución del conflicto. Un informe del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en 2024 concluyó que Aragón ha ejercido jurisdicción real sobre el terreno. Posteriormente, el Consejo de Estado respaldó esta visión, y la resolución fue publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), dando la razón a Albarracín.

Esta decisión supone la primera modificación oficial de los límites autonómicos en España desde la aprobación de la Constitución de 1978. Castilla-La Mancha pierde así una porción de territorio en favor de Aragón. Sin embargo, el conflicto no ha terminado del todo.

La provincia de Cuenca podría recurrir la decisión ante la Audiencia Nacional. Además, todavía está pendiente aclarar la situación de una parte del terreno, conocida como la "zona problemática", que no fue incluida en la resolución oficial y sigue generando debate.

Desde Albarracín se insiste en mantener la gestión del terreno para proteger los intereses de los agricultores y ganaderos locales. Cuenca, por su parte, sigue defendiendo el cauce original del Tajo como frontera natural y su derecho histórico sobre la tierra.

Este caso muestra cómo un accidente geográfico como un río puede ser mucho más que un elemento del paisaje: puede alterar mapas, competencias y relaciones entre territorios.