TOLEDO
La playa en Toledo, el fenómeno natural de arena blanca que el Tajo ha devuelto a la ciudad
Han sido muchas las personas que se han acercado a lo largo de la semana la orilla a tomar el sol o simplemente disfrutar del paisaje
Los toledanos vuelven a tener playa. Las borrascas de marzo que han provocado el desbordamiento del río Tajo han causado diversos efectos en la región castellanomanchega. El más impactante se encuentra en la provincia de Toledo. Se trata de una playa natural de arena fina y blanca que ha aparecido repentinamente en la ribera del Tajo, en el barrio de la Cornisa, a la altura de los restos árabes de Las Tenerías.
Este fenómeno ha transformado lo que antes era un parque, en el que el Ayuntamiento de Toledo estaba efectuando un proyecto de renovación presupuestado en 400.000 euros, en un nuevo atractivo turístico. Lo cierto es que pese a que este recurso natural haya cautivado tanto a toledanos como visitantes, su acceso continúa manteniéndose restringido al baño, exactamente desde 1972, debido a la contaminación del agua, originada por los vertidos del río Jarama.
Esta playa natural, de 7.000 metros cuadrados, se ha convertido en un punto de reunión para familiares y amigos. Tanto es así que han sido muchas las personas que se han acercado durante la semana a la orilla a tomar el sol o simplemente a disfrutar del paisaje, una imagen que ha traído recuerdos a quienes pudieron conocer la playa del Tajo de 1970, antes de que restringiera su baño.
Cómo surge
Según la explicación científica de la Cátedra del Tajo, de la Universidad de Castilla-La Mancha, esta playa surge de las continuas y abundantes lluvias de marzo -con las que el caudal llegó a alcanzar los 500 metros cúbicos por segundo- que han arrastrado toneladas de sedimentos del fondo al superar la corriente del agua la cota de los azudes.
Al superar el nivel de los azudes,estos sedimentos no quedaron retenidos en los embalses y fueron depositados en las orillas del Tajo. Cuando el caudal comenzó a bajar emergió este fenómeno, una recuperación temporal de la dinámica natural del río, donde los sedimentos han vuelto a desplazarse como lo harían en su curso original.