Valladolid
Pretenden acortar los plazos de cinco nuevos proyectos de modernización de regadíos en Castilla y León
Las obras cuentan con un presupuesto de 48,5 millones de euros
Acortar los plazos de cinco nuevos proyectos de modernización de regadíos en Castilla y León. Eso es lo que persigue la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa) con las obras que se llevarán a cabo en el Canal Alto de Villares, Presa de la Tierra y Canal de Velilla, los tres en León; de Pisuerga, en Palencia; y Canal de San José (Zamora).
Esas cinco obras cuentan con un presupuesto de 48,5 millones de euros, que es el 66 por ciento del presupuesto total de las diez modernizaciones que Seiasa va a ejecutar, y que la delegada del Gobierno, Mercedes Martín, y el presidente de este organismos, Alejando Alonso, explicaban a representantes de Ferduereo, del Itacyl y de las cinco zonas regables que se van a modernizar.
Según ha destacado la delegada, estas cinco nuevas modernizaciones objeto de la reunión de esta mañana se suman a las siete que ahora mismo están en marcha, en distintas fases de tramitación, en nuestra comunidad autónoma y que estarían concluidas en los próximos dos o tres años, dependiendo de la complejidad de la actuación.
Mercedes Martín ha destacado que el Gobierno de España, a través de SEIASA, ha colaborado, desde que comenzó el presente siglo, en la modernización de cien mil hectáreas de regadíos en Castilla y León. Han sido 61 actuaciones para 29 comunidades de regantes diferentes que las que se han beneficiado 40.000 comuneros. La inversión total de estas actuaciones rondan los 600 millones de euros.
Martín ha manifestado que este Gobierno “cree firmemente en la modernización de los regadíos como motor de desarrollo y, por tanto, como elemento esencial para combatir la despoblación, el principal problema que azota a nuestra comunidad”.
“La modernización de nuestros regadíos”, ha dicho, “es imprescindible para garantizar la sostenibilidad de la agricultura como motor de desarrollo rural y también como elemento básico de nuestro sistema agroalimentario”.
El regadío conduce, asimismo, a una gestión integradora que fomenta una economía que prima el empleo y, con él, la cohesión social y territorial que es, según Mercedes Martín, “una buena herramienta para luchar contra la despoblación”.
“Es la única forma de conseguir además”, ha concluido, “una gestión sostenible que haga un uso más eficaz de los recursos, no sólo para preservar el medio ambiente, que es esencial, sino también para que nuestros agricultores sean más competitivos”.
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