Cultura
El Museo Patio Herreriano conjuga las miradas sociales de Piedad Isla y Val del Omar
La muestra de la fotógrafa palentina recoge una selección instantáneas de las décadas de los 50 y 60 que retratan un mundo rural en extinción
El Museo Patio Herreriano de Valladolid presentó hoy dos nuevas exposiciones que unen la mirada de la fotógrafa Piedad Isla y su Montaña Palentina, con la del cineasta granadino José Val del Omar, estableciendo genealogías entre dos figuras distantes en el tiempo y en el espacio, la España republicana, en la que tan activo estuvo el cineasta, y la década de los 50 y 60 en el norte de Palencia, donde Isla forjó su carrera.
“Piedad Isla. Un testimonio fotográfico”, que se puede visitar hasta el próximo 19 de septiembre, recoge una selección de 80 instantáneas en la que, según uno de sus comisarios, Maximiliano Barrios, se muestra la vida cotidiana de una sociedad en extinción, ya que mientras en la década de los cincuenta los pueblos de la Montaña Palentina están llenos de gente y las minas están abiertas, a finales de los sesenta comienza un proceso de despoblación que transforma por completo el mundo rural.
Barrios se refirió a Isla como un “altavoz” de la Montaña Palentina, y en los mismo términos se pronunció la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, que aseguró que se trata de una mujer “pionera” que retrató como nadie la mirada social del mundo rural.
Por su parte, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Ana Redondo, destacó el humanismo de la fotógrafa palentina y aseguró que su obra forma parte del patrimonio cultural de Castilla y León. Además, recalcó que tanto la muestra de Isla como la de Val del Omar tienen como hilo conductor que “proyectan el pasado para reconocernos y para permitirnos encarar el futuro con garantías”.
Piedad Isla (Cervera de Pisuerga,1926-Madrid, 2009) dirigió su cámara vitalista y comprometida a la zona norte de Palencia desde los años 50 del siglo XX. Su dedicación a la fotografía le valió numerosos reconocimientos a lo largo de su trayectoria profesional, en la que fue pionera. Estudió fotografía en Oviedo y fue corresponsal de la Agencia Efe, además de ejercer como corresponsal en la zona norte de Palencia para el diario ‘El Norte de Castilla’, trabajando bajo las directrices de Miguel Delibes.
También desplegó una intensa actividad como dinamizadora social, filántropa, defensora del patrimonio y de la naturaleza. En el año 1980 abrió un Museo Etnográfico en su casa, un edificio del siglo XVI, donde se recogían a través de más de 2.000 piezas los usos y costumbres de la Montaña Palentina. Su legado se conserva en la Fundación que lleva su nombre, en la localidad de Cervera de Pisuerga.
Por su parte, la exposición “Trascendencia de Val del Omar” está formada por cuatro películas pertenecientes a dos de los periodos más relevantes de la producción del cineasta granadino, o ‘cinemista’, como él prefería denominarse. Estos dos periodos son la década de los treinta y la de los cincuenta, dos momentos en los que se fraguaron sus filmes más relevantes.
A la primera etapa pertenecen ‘Fiestas cristianas/Fiestas paganas’ y ‘Película familiar’, que se pueden ver en la misma sala que la muestra de Isla, así como Vibración de Granada’. Estos trabajos fueron realizados hacia mediados de la década de los treinta y en el entorno de las Misiones Pedagógicas, en las que Val del Omar participó activamente. En la segunda etapa, ya en los cincuenta, Val del Omar rodó ‘Aguaespejo granadino’, una de sus obras legendarias, que a la postre integraría el Tríptico Elemental de España del que también formarían parte ‘Fuego en Castilla’, rodada en el Museo Nacional de Escultura, con sede en Valladolid.
A la presentación asistió la directora del archivo Val del Omar, Piluca Vaquero, que anunció que la obra del cineasta granadino se podrá ver en breve en Nueva York gracias a una exposición.
“Proceso Horten”
Por último, el Patio Herreriano también presentó ‘Proceso Horten’, del vallisoletano Eduardo Alonso. La muestra toma como referencia a los hermanos Horten, dos ingenieros aeronáuticos alemanes que, entre las décadas de los años 30 y 40, idearon modelos de aeronaves de alas volantes sin fuselaje hasta llegar a desarrollar en 1945 la primera ala volante propulsada por dos motores a reacción, mejorando la eficiencia de la aeronave.
En la exposición se reúnen piezas desde 2015 a 2021, fruto de más de seis años de trabajo empleando un proceso analítico basado en la exploración del campo de la aviación y el concepto de ala volante desde la mirada de un artista. Esta exposición supone la quinta muestra de artistas locales tras la última convocatoria lanzada por el Ayuntamiento de Valladolid a través de la Fundación Municipal de Cultura, en la que se presentaron 32 propuestas y se seleccionaron siete.
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