Las llamas llegaron a arrasar hasta mil hectáreas a la hora el 15 de agosto

El gran incendio de este verano en Castilla y León, que se inició el 14 de agosto en la Sierra abulense de la Paramera y se prolongó durante trece días, lo tuvo todo en contra para intentar sofocarlo rápidamente, según ha desvelado este lunes el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, durante su comparecencia en las Cortes a petición propia para dar cuenta de la gestión de este fuego que, en las horas centrales del 15 agosto, llegó a quemar y calcinar mil hectáreas cada hora de media.

Y es que a las condiciones meteorológicas extremas que había ese sábado 14 de agosto el vehículo que echó a arder en la carretera N-502, a la altura del municipio de Cepeda de la Mora provocando el incendio, eran propicias para que se extendiera rápidamente y sin control. “En ese momento la humedad en la zona era escasa, ya que no llegaba al dos por ciento, mientras que las temperaturas eran de casi 39 grados con unas rachas de viento de hasta 70 kilómetros por hora; cualquiera que sepa un poco de esto ya preveía que el fuego de Cepeda de la Mora y Navalacruz iba a ser un gran incendio”, explica el consejero, quien, además, apunta a la simultaneidad de otros fuegos -los profesionales tuvieron que afrontar hasta 58 en la Comunidad en ese momento, de los cuales ocho se registraban en la provincia abulense- lo que complicaron aún más si cabe las labores de extinción de este incendio que, finalmente, se llevó por delante más de 22.000 hectáreas. De ellas, más de 2.700, superficie arbolada (12 por ciento) mientras que el resto, 18.400 hectáreas de superficie forestal, y 900 no forestal.

Un incendio que superó los 36 kilómetros de longitud del frente de llama a primera hora de la tarde del domingo 15 de agosto, que concentro columnas de humo y viento que lanzaba las pavesas a zonas muy adelantadas respecto al frente, originando múltiples incendios secundarios que hacía el avance del incendio extraordinario.

Sobre el momento inicial del fuego, el consejero relata que desde la primera llamada al 112 del conductor del vehículo pidiendo ayuda a las 10:27 pero sin indicar que las llamas se hubieran extendido al monte pasaron 13 minutos hasta que un comunicante informa de que el fuego se propaga y pide un helicóptero para extinguirlo, “Desde entonces pasaron tres minutos hasta que fue alertado el Centro Provincial de Mando (CPM) y es en ese momento cuando el 112 reclasifica el suceso de incendio de vehículo a incendio forestal y se despacha inmediatamente” -un minuto más tarde- el helicóptero ALFA3 y su correspondiente cuadrilla helitransportada para que acudan a la zona”, señala Suárez-Quiñones.

Diez minutos más tarde, a las 10:54 horas, cuenta el consejero que el personal del helicóptero comunica que sale hacia el incendio, aunque la normativa establece que requieren al menos de 10 minutos para comprobaciones técnicas de seguridad, y llega al lugar del incendio a las 11:10 horas, para permanecer allí hasta las 12:32 horas, cuando hace su parada técnica, mientras que la cuadrilla helitransportada se mantuvo por tierra en el incendio.

“Los miembros del servicio de extinción salieron lo más rápido que permite la normativa existente, sin perder ni un minuto”, apunta Suárez-Quiñones mientras señala que durante este primer periodo operativo el medio aéreo realizó 20 descargas de agua.

En total participaron 1.220 personasen la extinción del fuego que se saldó “sólo” con un único herido y que evoluciona favorablemente.

Respecto a las causas que llevaron a estas más de 22.000 hectáreas calcinadas, el consejero apunta que en el momento que se empiezan a ver amenazadas las poblaciones, primero La Hija de Dios, después Robledillo y así hasta 16 localidades de las caras norte y sur de la Sierra de la Paramera, se priorizó la defensa de estos núcleos, con lo que se desplazaron los medios disponibles. De hecho, explica Suárez-Quiñones que a partir del amanecer del día 15, el operativo abandonó el combate de las llamas en el monte “para defender una a una todas las poblaciones afectadas”.

De hecho, relata que cuando la carretera AV-900, de Ávila a Burgohondo por el Puerto de Navalmoral, fue superada por las llamas “sin posibilidad alguna de detener su avance”,el operativo se trasladó al siguiente punto de ataque, la N-403, que “fue donde lograron detener el avance de la cabeza”.

Mirar al futuro

Durante su intervención el consejero ha pedido también “mirar al futuro” y “proponer alternativas” ante el nuevo tipo de incendios que percibe a nivel global, con la mejora del operativo contra los fuegos centrada en una mayor dotación de medios y unas mejores condiciones para el personal, entre otras iniciativas.

Al respecto, Suárez-Quiñones recuerda las consecuencias que han tenido otros grandes incendios declarados a nivel mundial, “lo que pone de manifiesto la amenaza que suponen para la vida de las personas y el daño que hacen al Medio Ambiente”.

El consejero llama a debatir sobre la educación ambiental, la concienciación social, el cambio climático y sus líneas de mitigación, cuestiones que suponen un “problema global que no depende de opciones políticas en el momento de una catástrofe, ni siquiera del país en el que se produce, y que requiere de soluciones a largo plazo, consensuadas y viables”.

Así, propone la creación de una ponencia, en el seno de la Comisión de Fomento y Medio ambiente, al amparo del artículo 42 del Reglamento de las Cortes, para poder debatir con los grupos parlamentarios, “fuera de sesiones esquematizadas en tiempo y forma, y buscar las mejores soluciones a un problema de todos”.

Y avanza cinco líneas fundamentales en las que se deben basar las actuaciones de futuro:

• -La mejora del operativo de lucha contra incendios forestales, a través de diversas líneas orientadas a su mayor dotación de medios, mejor equipamiento logístico y de infraestructuras, mejor condición de su personal (estabilidad, formación, especialización y profesionalización), modernización, digitalización y apoyo experto.
• -Consolidación del modelo de gestión forestal que permita tener paisajes forestales “más resilientes”
• -Ratificar un modelo de gestión de la ganadería extensiva que permita mantener los terrenos agroforestales con menores densidades de combustible que en la actualidad
• -Puesta en marcha, con el “apoyo público necesario”, de los planes de defensa de los municipios, especialmente los de zonas forestales de alto riesgo de incendios, así como de un plan de mantenimiento de franjas de seguridad en infraestructuras básicas (carreteras, vías férrea o redes de energía
• -El apoyo a las administraciones locales para que, en el marco de sus competencias, se doten de los medios necesarios para la lucha contra los incendios.

También ha anunciado que la Consejería incrementará las plantillas de agentes medioambientales, para las que ya hay convocadas un centenar de plazas y otras cien para una próxima convocatoria. Se reforzarán las estructuras de técnicos a través de las nuevas RPT que están en elaboración, a la vez que se convocarán las plazas vacantes.

Respaldo de PP y Ciudadanos

Los grupos parlamentarios del PP y Cs han apoyado este lunes la gestión realizada por la Junta de Castilla y León para afrontar el incendio. Tras escuchar al consejero durante su comparecencia ante la comisión parlamentaria competente en esta materia, la procuradora de Cs, Inmaculada Gómez, ha agradecido al consejero su “detallada, coherente y amplia” intervención y ha rechazado que el problema de este incendio estuviera en la falta de medios de extinción, sino que ha vinculado su gravedad con las condiciones en que se produjo y al abandono de las zonas rurales de la Comunidad, informa Efe.

Gómez ha defendido que al plan de recuperación de esta zona tras el incendio debe ser “una oportunidad” que debe contar con la visión de los pobladores de esta comarca, a la vez que ha pedido al consejero que actualice el mapa de riesgos forestales, al entender que está “bastante anticuado”.

Por su parte, el procurador del PP, Vidal Galicia, ha defendido la gestión de Suárez-Quiñones, a quien ha trasladado la “total tranquilidad” de su partido ante la actuación realizada por la Junta ante este incendio, frente una oposición a la que ve “con la opinión tomada, decidida y anticipada”, con independencia de lo que fuera a comentar hoy el consejero.

”No van a cambiar el guión por mucho que lo intente”, ha lamentado el representante del PP, convencido de que el problema no está en la “falta de medios o en la forma de actuar”, sino que la Consejería y el operativo actuaron “diligentemente”, mientras que los partidos de la oposición tratan de “sacar rédito”.

Comisión de investigación

El Grupo Parlamentario Socialista, por su parte, considera que las consecuencias del incendio “pudieron y debieron ser mitigadas” de haber tener un operativo “bien dotado y coordinado”. Así lo apuntaba el procurador por Ávila, Miguel Hernández, quien insistía en que el PSOE “lleva años advirtiendo de la necesidad” de que Castilla y León cuente con un operativo de emergencias y prevención y extinción de incendios “coordinado, suficientemente dotado y durante todo el año”. En este sentido, recogía el guante al ofrecimiento del consejero de crear una ponencia para elaborar un plan consensuado con todos los grupos y todo el sector aunque dejaba claro que ello “no debe excluir” la constitución de la comisión de investigación solicitada para esclarecer lo ocurrido, presentada Por Ávila y respaldada por PSOE, Podemos, UPL y la procuradora no adscrita María Montero.

Por su parte, el portavoz del Grupo Mixto, Pedro José Pascual (en representación de Por Ávila), lamentaba, en declaraciones recogidas por Ical, que aún “no se haya pedido perdón” y abogaba por ser “humildes para no repetir los errores”.

También criticaba al consejero que “saque pecho” por la gestión de un incendio que “acabó en pocas horas con 22.000 hectáreas y las ilusiones de muchos abulenses” y le trasladaba a Suárez-Quiñones que la comisión de investigación solicitada “no va contra” él “ni la Junta”.