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Historia

La reja “expoliada” de la catedral de Valladolid, imagen del Metropolitan de Nueva York para felicitar la Navidad

Así lo denuncia en redes sociales el alcalde la capital vallisoletana, Óscar Puente

Imagen de la felicitación navideña del Metropolitan de Nueva York con la reja "expoliada" de la catedral de Valladolid Metropolitan

No es la primera vez ni será la última. El Museo Metropolitan de Nueva York ha utilizado una antigua reja de la catedral de Valladolid para felicitar las próximas fiestas navideñas. Y lo hace con un Belén barroco napolitano donde se utilizan distintas figuras adheridas a un gigantesco árbol de Navidad, la mayor parte de ellas procedentes de autores italianos del siglo XVIII, entre los que destacan Giuseppe Sanmartino, Salvatore di Franco, Lorenzo Mosca o Giovavanbattista Polidoro, entre otros.

Una imagen que no ha pasado desadvertida por parte del alcalde de Valladolid, Óscar Puente, un habitual en la red social “twitter” y donde a menudo defiende a capa y espada los intereses de su ciudad, sabiendo que se va a encontrar con muchos apoyos, pero también con bastante “palos”. Así Puente, denuncia a través de un tweet, que dicha reja fue “expoliada” en 1929. Y abre un pequeño hilo donde explica la historia de la llegada de dicho “patrimonio” a tierras norteamericanas.

Y una reja que llegó a Nueva York de la mano de William Randolph Hearst, un periodista, inversor y empresario multimillonario, que inspiró a Orson Welles para la película “Ciudadano Kane”. En su tiempo, Hearst compraba todo el arte europeo que se le pusiera al alcance de la mano, donde se incluyen hasta monasterios y claustros al completo.

De esta manera corría el año 1929, cuando los religiosos de la catedral de Valladolid, autorizaban la venta de la reja al representante de Hearst en tierras españolas, según se recoge en la página web “Cvristoria”. Una reja, atribuida de Rafael Amezúa y realizada en el año 1763, que presumiblemente para el arzobispado era un estorbo. Se trataba de una pieza de unos 15 metros de largo por 12 de altura, y con detalles de un valor artístico considerable.

Una maravilla que se vendió al peso, alcanzando un valor de 500 pesetas de entonces y que satisfizo a las dos partes. Al arzobispado por conseguir recursos económicos por “algo desechable” y a Hearst por lograr esta joya a tan bajo precio, aunque al principio no le gustó la adquisición, pero finalmente fue desmontada en toda su totalidad para salir en dirección a Estados Unidos.

Pero a su llegada a Nueva York, el mundo había cambiado por el crack económico de 1929. La reja permaneció olvidada en un almacén hasta que en el año 1956 la Fundación Hearst se la regalaba al museo Metropolitan. Se da la circunstancia que en ese mismo año la reja vallisoletana pudo volver a España en un canje por otras obras españolas, pero no pudo ser.

Al año siguiente se colocaba en el Museo como parte del museo, donde a día de hoy sigue expuesta y sigue de imagen para felicitar la Navidad. Las vueltas que da la vida...

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