Economía
BBVA prevé que Castilla y León crezca un 2,9% en 2022 y un 2,1% en 2023
La reducción del riesgo sanitario, la utilización del ahorro acumulado durante la pandemia y el impulso en la ejecución de los fondos europeos Next Generation EU (NGEU) favorecerán la recuperación, según la entidad financiera
Según las previsiones de BBVA Research, la economía de Castilla y León podría crecer un 2,9 por ciento en 2022, lo que permitiría recuperar el nivel de Producto Interior Bruto (PIB) per cápita previo a la pandemia a finales de este año. En 2023 el avance de la actividad se podría moderar hasta el 2,1 por ciento.
La reducción del riesgo sanitario, la utilización del ahorro acumulado durante la pandemia y el impulso en la ejecución de los fondos europeos Next Generation EU (NGEU) favorecerán la recuperación. De cumplirse estas previsiones, la comunidad crearía, en promedio, unos 13.800 nuevos empleos entre 2021 y 2023, lo que permitiría reducir la tasa de paro hasta el 8,7 por ciento. En todo caso, la invasión en Ucrania y las consecuencias de las sanciones sobre la economía rusa, así como el aumento del coste de la energía tendrán un efecto negativo. El impacto final dependerá de las medidas que se tomen y del tiempo que se prolongue el conflicto en Europa del Este. También aumenta la importancia de los riesgos asociados a una mayor inflación.
Así lo indica el último informe “Situación Castilla y León”, presentado hoy por Pep Ruiz, responsable de análisis regional de España en BBVA Research, y Marta Alonso, directora de la Territorial Noroeste de BBVA, la economía castellano y leonesa en 2021 habría crecido un 4,8 por ciento.
La mejora de las exportaciones regionales de bienes, así como la aceleración del consumo y del empleo habrían apoyado este crecimiento. Aunque los cuellos de botella han dificultado la recuperación del sector industrial, lo que habría condicionado a sectores clave de la economía regional como el del automóvil.
El fin del estado de alarma y el levantamiento de las restricciones impulsaron el gasto en ocio, restauración, transporte y alojamiento. También favorecieron el turismo nacional. Así, como muestra el gasto con tarjeta de crédito o débito de BBVA o en TPV de BBVA, en Castilla y León el gasto de turistas del resto de España superó, ya en mayo del pasado año, el nivel de 2019.
En concreto, Ávila y Soria se habrían visto más favorecidas. Además, los principales destinos de los castellano y leoneses dentro de la comunidad habrían sido Ávila, León, Palencia y Salamanca. Sin embargo, a finales del pasado año, la sexta ola de la pandemia frenó este avance.
Por su parte, el gasto de extranjeros en la región mostró en 2021 una evolución similar a la media nacional. Con todo, el consumo privado en Castilla y León creció el pasado año, aunque por debajo del conjunto de España. El mercado residencial también habría favorecido la recuperación de la Comunidad, ya que la venta de viviendas fue un 36,6 por ciento superior a la de 2020 y los visados de obra nueva aumentaron un 51 por ciento respecto al año anterior.
Además, en 2021 las exportaciones castellano y leonesas de bienes habrían crecido un 11 por viento, en términos nominales, apoyadas principalmente por las manufacturas de consumo y las ventas a Europa. Sin embargo, los problemas de suministro en la industria, y en particular la automotriz, habrían limitado el avance de las 4, mayo, 2022 exportaciones, por lo que se aceleraron menos que el conjunto de España y no recuperaron los niveles precovid.
Por su parte, el mercado laboral en la región se habría visto favorecido por la especialización sectorial en industria. Esto permitió una menor caída del empleo durante la crisis en todas las provincias, aunque la recuperación está siendo algo más débil por el menor impulso del turismo. Con todo, la afiliación a la Seguridad Social en Castilla y León habría recuperado el nivel precrisis en todas las provincias excepto Palencia, por el efecto de los cuellos de botella y en el sector automotriz.
Castilla y León recupera el nivel de PIB per cápita precrisis antes que España
En el inicio de 2022, la actividad en Castilla y León y en España se habría desacelerado por diversos factores. Por un lado, el deterioro de los indicadores sanitarios debido a la aparición de la variante Ómicron habría frenado el avance del consumo y del turismo extranjero (particularmente en diciembre), debido a las nuevas restricciones.
Por otro lado, los cuellos de botella, la interrupción de las cadenas de suministro y el incremento de los costes de producción debido al aumento del precio de la energía habrían condicionado la recuperación de la actividad industrial. Todo ello estaría impactando especialmente en el sector del automóvil, estratégico para la economía castellano y leonesa.
Así, en el inicio de 2022 las matriculaciones de turismos en Castilla y León se habrían situado un 40 por ciento por debajo del nivel precrisis. Por su parte, la menor incertidumbre sanitaria favorece la aceleración del consumo y del turismo, aunque menos que en el conjunto nacional. En concreto, las provincias castellano y leonesas más cercanas a Madrid lideran el aumento del gasto en la comunidad.
Además, el crecimiento del turismo extranjero en Ávila, Segovia y Soria estaría en línea con los principales destinos turísticos. Las convocatorias del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de Europa previstas para el primer semestre de 2022 doblan el importe de 2021, lo que supone una oportunidad para las comunidades con empresas más capaces de gestionar los fondos y mayor capital humano.
En Castilla y León, la asignación de los fondos europeos se ha destinado principalmente a programas para impulsar la transición verde y el turismo en la región. En este contexto, el Servicio de Estudios de BBVA prevé que el crecimiento del PIB de Castilla y León continúe en los próximos trimestres aunque estaría condicionado por las dificultades en el sector industrial. Así, en 2022 la actividad podría crecer un 2,9 por ciento, lo que permitiría a la comunidad recuperar este año el nivel del PIB per cápita precrisis, mientras que España lo alcanzaría el próximo año.
En 2023 las previsiones apuntan a un menor dinamismo, con un crecimiento del PIB del 2,1%. De cumplirse estas previsiones, la economía castellano y leonesa crearía, en promedio, unos 13.800 nuevos empleos entre 2021 y 2023 y la tasa de paro se podría reducir hasta el 8,7 por ciento.
Factores de incertidumbre
El escenario de recuperación previsto para los próximos trimestres podría verse afectado por el aumento de 4, mayo, 2022 la inflación, debido en parte, al elevado coste de la energía. En este sentido, en Castilla y León, con un peso del gasto en energía respecto al gasto total de los hogares por encima de la media de España, el efecto sobre la renta disponible de las familias podría ser mayor.
El encarecimiento de los combustibles y de las materias primas también podría afectar a la competitividad exportadora, ya que suponen un aumento de los precios de exportación. Asimismo, aunque el impacto directo de la caída de la demanda en las economías de Rusia y Ucrania es limitado, el incremento en el precio de la energía afecta intensamente a la capacidad de recuperación de las zonas industriales y a su inversión. Estos efectos se añaden a los cuellos de botella ya existentes, que dificultan la recuperación de la producción de bienes industriales.
En particular, en el sector del automóvil la invasión de Ucrania y la política COVID 0 en China podrían agravar las restricciones, por lo que el crecimiento esperado se reduciría notablemente. Todo ello podría condicionar el avance de la actividad en Castilla y León. Además, se mantiene la incertidumbre respecto a las inversiones asociadas a la ejecución de los Fondos NGEU.
El reparto de los fondos europeos en buenos proyectos transformadores y su uso son esenciales para alcanzar una recuperación inclusiva. En Castilla y León la distribución de fondos a programas de protección social y digitalización ha sido algo menor que en el conjunto de España.
Por su parte, los riesgos debidos a la COVID-19 son menores, pero aún persisten y no se puede descartar que surjan nuevas cepas, que podrían afectar negativamente. En todo caso, el sesgo sobre estas previsiones dependerá de las medidas públicas para paliar los efectos del conflicto en Europa del Este sobre empresas y familias, así como del tiempo que se prolongue este contexto.
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