Estos son los ejemplares que aspiran a ser el mejor árbol de 2023

El moral de la pequeña aldea de Villoviado, en Burgos, de diez metros de altura y entre 500 y 600 años de edad, y el castaño del Tío Trazas, de Los Santos, en Salamanca, de más de 20 metros y 500 años, son los dos ejemplares que desde Castilla y León aspiran a ser el mejor árbol de España en 2023 y a sobrevivir en dos municipios de la España vaciada.

Es especial el caso del moral de Villoviado, candidatura que apoyan los vecinos y la Junta vecinal, que no llegan a 10 personas, que forma parte de esa “España vaciada, donde la despoblación es tan importante que en pocos años el pueblo quedará deshabitado y por lo tanto el cuidado del árbol desaparecerá y puede morir. Es obligación de todos intentar que esto no ocurra”, argumentan los vecinos.

Se trata de un árbol muy antiguo, probablemente uno de los de más edad de España. Ha aparecido en varias publicaciones de árboles singulares y forma parte de los 111 árboles singulares de la provincia de Burgos” , plantean en la candidatura, con ese llamamiento a intentar que el árbol no desaparezca en un municipio de diez vecinos.

El Castaño del Tío Trazas, que recibe el nombre de su antiguo propietario, se encuentra en el municipio de Los Santos, de menos de 600 vecinos, al sureste de la provincia de Salamanca, en la Comarca de Entresierras y dentro de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia.

Para llegar a este singular árbol de más de medio milenio de antigüedad se parte desde la parroquia de San Bartolomé, una iglesia templaria construida en piedra de granito, cuya capilla mayor de estilo románico es del siglo XIII.

Destaca de la candidatura su “valor paisajístico y representatividad, por ser posiblemente uno de los árboles más antiguos de España, por la singularidad de su estructura de crecimiento, que le ha conferido más de 20 metros de altura y otros 20 metros de perímetro en la base, por estar unido a la Cañada Real de la Plata y muy próximo a la iglesia románica con testimonios templarios de la localidad de Los Santos y todo lo que ha aportado al pueblo durante siglos como recurso natural”.

Además, es el “protagonista de la fiesta de las castañas – “La Calbochada” – que cada año, al inicio del otoño, celebran juntos centenares de santeños y forasteros”, según la candidatura.

El concurso es una iniciativa de la ONG Bosques sin fronteras por el que compiten desde Cantabria la encina del monte de la Redonda, en Colindres; el plátano de Biar, en Valencia; el Carballo de Gregorio, de Boquixón, en A Coruña; el pino gordo de Vilaflor de Chasna, en Santa Cruz de Tenerife,; el carballo de Santa Margarita, en Pontevedra; el olmo de montaña de Rasillo de Cameros, en La Rioja, el Carbayón de Cornellana, en Asturias.

A bosques del año optan, por su parte, el hayedo de Montejo de la Sierra, en Madrid, y el bosque de la abundancia en Orea (Guadalajara), de acuerdo a los datos de la web del concurso recogidos por EFE.

”En este concurso, a diferencia de otros concursos, no es importante la belleza, el tamaño o la edad de los árboles o los bosques sino la historia y la relación con las personas y el territorio. Buscamos árboles y bosques que se han convertido en una parte integrante de la comunidad en su sentido más amplio”, plantean desde la ONG.