Sanidad
El Centro para la Excelencia en la Docencia en Optometría (CEDO), un salto cualitativo en la formación de los futuros profesionales
El Grado de la Universidad de Valladolid completa su nuevo plan de estudios con la puesta en marcha de esta iniciativa que permite a los alumnos adquirir competencias prácticas con la atención real de pacientes
“Desde el Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León (COOCYL) estamos muy orgullosos de que nuestros futuros colegiados salgan, actualmente, bastante más preparados para desarrollar su labor profesional que en años anteriores”. Con estas palabras, la vicedecana de COOCYL, Ana Belén Cisneros, quiere resaltar la importante iniciativa que se ha estrenado en este curso académico en el Grado en Óptica y Optometría de la Universidad de Valladolid: la creación del Centro para la Excelencia en la Docencia en Optometría (CEDO) para completar la formación práctica de los estudiantes.
“Con este nuevo plan de estudios y la docencia en un centro donde los estudiantes atienden a pacientes reales para realizar un examen visual completo (supervisados por un profesor óptico-optometrista) se consigue que el alumno este suficientemente preparado para salir al mundo laboral y trabajar con seguridad, desde el primer día, tanto en un establecimiento sanitario de óptica como en una clínica oftalmológica”, añade la vicedecana.
Tras completarse la implantación del plan de estudios renovado hace cuatro años, el CEDO es una apuesta del Grado en Óptica y Optometría que ha contado con la colaboración de diferentes empresas del sector para la instalación de completos gabinetes optométricos en la Facultad (Fundación Alain Afflelou, Federópticos, General Óptica, GrandVisión, Multiópticas, CentroStyle, Conoptica, Coopervision, Disop-Markennovy y Visionary), ya que ha iniciado su actividad en un momento de enorme dificultad económica para la Universidad de Valladolid.
En este curso 2023/24, los estudiantes del Grado en Óptica y Optometría han atendido a más de 200 pacientes/voluntarios en el CEDO bajo la supervisión de un profesor óptico-optometrista colegiado y cualificado. Esta docencia es imprescindible para la formación de profesionales sanitarios y permite que los estudiantes adquieran las competencias para atender a sus futuros pacientes con garantías. Además, persigue garantizar la máxima calidad docente y la mejor formación para los estudiantes que serán los futuros ópticos-optometristas.
Imprescindible para la formación de profesionales sanitarios
“La incorporación de docencia clínica es una exigencia para garantizar la formación de profesionales sanitarios. Todo el mundo entiende este tipo de formación en los Grados de Medicina o Enfermería, pero tiene que aplicarse a todas las profesiones sanitarias, como lo son los ópticos-optometristas, y debe ser una apuesta firme de la Universidad para avanzar en la excelencia en la formación de nuestros estudiantes”, asegura al respecto al coordinador del Grado de Óptica y Optometría de la UVa, Raúl Martín Herranz.
Lo cierto es que las prácticas clínicas bajo la supervisión de profesorado cualificado son imprescindibles en las profesiones sanitarias, por lo que, como insiste el profesor y también vocal de COOCYL, “hay que seguir incorporando estas metodologías docentes en todos planes de estudio de grados sanitarios, como lo es el Grado en Óptica y Optometría”.
La iniciativa, además, ha tenido una excelente acogida tanto entre los estudiantes como entre los voluntarios que han acudido al CEDO, a los que se les ha realizado un examen visual completo, con lo que, por un lado, se contribuye a la mejora de la salud visual de la población, derivando a los especialistas cuando sea necesario, y por otro, a la preparación real de los futuros profesionales ópticos-optometristas.
Desde el estudiantado, Marina Sánchez asegura que “aunque al inicio tenía pocas expectativas sobre las prácticas por la incertidumbre que tuvimos a lo largo del curso, ahora puedo decir que mi experiencia en el CEDO me ha encantado. Poder tomar decisiones con los pacientes, con la ayuda de mis compañeros y profesores, me ha permitido aprender mucho y confiar más en mí”. En la misma línea, Pablo Diago considera que “es muy buena oportunidad para enfrentarte a la realidad de estar con el paciente, de poner en práctica todo lo aprendido durante la carrera de manera autónoma y de sentirte como un verdadero profesional en ciencias de la visión”.
Apoyo para el que el CEDO siga adelante
Nada Bounou reconoce que afrontaron esta experiencia con “mucho miedo y muchas dudas en torno a las prácticas”, pero cuando conoció el CEDO se quedó “con la boca abierta”. “Me ha gustado como los tutores han organizado las consultas, la cantidad de voluntarios interesados en las revisiones y el buen ambiente entre compañeros, profesores y pacientes”, añade.
Considera que ha sido una “experiencia muy interesante, donde he aprendido muchísimo: poder atender a los voluntarios y comprobar todo lo que se hace en una completa revisión —la graduación, la visión binocular, la PIO—, intentar resolver el problema de cada paciente, enfrentarse a casos reales, en algunos casos muy especiales, aprender a tratar a la gente, explicarles los resultados y, en definitiva, llevar a cabo una consulta exitosa y real ha sido increíble”. “Espero que el CEDO siga adelante, que incluso pueda abrirse al público y que logremos nueva tecnología para practicar y aprender más todavía”, concluye.
Los ciudadanos voluntarios que han acudido al centro han salido, igualmente, muy satisfechos con la atención. Así lo demuestra Montse: “Estoy muy contenta, los estudiantes lo hacen muy bien, contad conmigo para el próximo curso”; o Rosa: “Ha sido fantástico y maravilloso”.
Elvira considera que “la experiencia ha sido muy buena, los estudiantes sabían manejar muy bien el equipamiento y lo que tenían que hacer, y veo que están muy bien formados”. Y lo corrobora Ana Isabel: “Nos han mirado de forma espléndida, si fuera siempre así sería estupendo, los profesores pueden estar muy orgullosos”.
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