
Cultura
David Arranz desnuda a vista de pájaro la geometría secreta oculta en el trazado paisajista de Castilla y León
El fotoperiodista de Ical, con más de una década de experiencia como piloto de drones, descubre en una exposición, que mañana se estrena en el Museo de Salamanca, un punto de vista diferente del entorno autóctono

El fotoperiodista de la Agencia Ical David Arranz desnuda a vista de pájaro la geometría secreta que oculta el trazado paisajista de Castilla y León mediante una exposición, que mañana se estrena en el Museo de Salamanca, y que reúne un conjunto inédito de imágenes tomadas a con dron entre los años 2017 y 2025, que reflejan la evolución del paisaje autóctono durante las últimas dos décadas.
Con más de una década de experiencia como piloto de drones, titulado desde 2014, David Arranz atesora una singular colección de tomas áreas que descubren un nuevo punto de vista del espacio, la toma cenital. “Para un fotógrafo, no tener gravedad te da unas posibilidades increíbles porque tienes encuadres que no puedes tener habitualmente, porque la gravedad te los impide. Eso me enganchó”, explica a Ical el reportero gráfico durante la víspera de la inauguración de la muestra, que tendrá lugar este viernes a las 19.00 horas.
La mirada cenital de las cámaras instaladas en los drones pone al descubierto sorprendentes contrapuntos entre naturaleza y cultura a través del orden geométrico, unas veces buscado y otras encontrado, que regula la composición de todas las imágenes. “Las tomas cenitales te ofrecen un mundo nuevo y diferente al que ves habitualmente. Como esas sombras que dan sentido a un paisaje o todos los patrones que se repiten y que, desde el aire, te dan una visión nueva”, reflexiona al respecto.
Para la realización de este proyecto, aparte de su talento y experiencia como fotógrafo y fotoperiodista, se ha servido de diferentes drones, como un Phantom 4 Pro +, un Inspire 1, un DJI Mavic 2, un DJI Mavic 3 y un Mavic 3 Pro, cada uno con su respectiva cámara. “Llevo muchos años haciendo fotos para mí, más por gusto que por nada, y me he ido dando cuenta de que había unas composiciones que funcionaban muy bien. Son paisajes planos, que al ir de arriba a abajo, no suelen tener fuga y ofrecen visiones diferentes, muy chulas”, recalca.
La muestra, primera de estas características de Arranz, que cuenta con otras colecciones fotoperidísticas a lo largo de su carrera, permanecerá abierta en el Museo de Salamanca del 30 de mayo al 6 de julio de 2025. “Tenía muchas ganas. Es algo que llevo atesorando mucho tiempo, lo tenía ahí y me quemaba. Y es verdad que ahora está más complicado exponer que antes, seguramente, porque hay menos dinero para las producciones”, señala el reportero gráfico, quien confió en el director de Servicios Culturales de la Universidad de Salamanca, Javier Panera, para ejercer como comisario.
Apariencia pictórica
Según el propio Panera, en este caso, “el tamaño sí importa, y mucho” en las monumentales fotografías que reúne el Museo de Salamanca y que “enfrentan la mirada del espectador a vistas a menudo insólitas de los paisajes agrarios y naturales hasta el punto de darles una apariencia pictórica”. “Tan pronto nos recuerda al rigor compositivo de la abstracción geométrica, como las texturas rugosas del informalismo matérico o las caprichosas curvas y contracurvas de la pintura ‘all-over’, reflexiona el comisario.
En ‘Geometría secreta’, que es título de la exposición, se presenta el paisaje castellano y leonés como “un mosaico cambiante en el tiempo y el espacio, con lugares donde se producen todo tipo de encuentros, desplazamientos, e interacciones entre fuerzas físicas, bióticas, sociales y culturales”, lo cual permite, según Panera, “detectar los efectos del clima, pero también las marcas de maquinaria agrícola sobre los campos, las roderas de los carruajes, elementos urbanísticos como plazas, rotondas, parkings o carreteras y caminos rodeados de arboledas y campos de diferentes tonalidades y texturas”.
David Arranz propone en este sentido interpretar el significado de la geometría y el paisaje a partir del tradicional debate entre “lo sensible y lo racional, lo conocido y lo intuido”. En otras palabras, “su geometría secreta no quiere anular la naturaleza, sino fusionarse con ella, apelando, probablemente, a esa organización natural registrada por la ciencia”. Los drones, finalizó, ponen en evidencia eso que “la realidad tiene algo de construcción mental que supera con mucho lo que alcanzan a percibir los sentidos”.
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