Medio Ambiente

Los espectaculares jardines que están considerados como los "Versalles" españoles

La primavera es el momento ideal del año para disfrutar de esta maravilla natural

Real Sitio de La Granja de San Ildefonso
Jardines del Real Sitio de La Granja de San IldefonsoCedida

Nos encontramos en los últimos días de la primavera y con ellos, una de las últimas oportunidades de disfrutar al máximo de unos espectaculares jardines considerados como el "Versalles" español. Además se trata de un año muy especial para conocer a fondo este paraíso natural, ya que en este 2024 celebra su 300 Aniversario, y aunque desde su creación no se tomaron nunca de base las instalaciones francesas, su espectacularidad ha provocado su comparación.

El Palacio de Versalles es una antigua residencia real construida por el rey Luis XIV situada en Versalles, a unos 19 kilómetros al oeste de París (Francia). El palacio es propiedad de la República Francesa y desde 1995 está gestionado, bajo la dirección del Ministerio de Cultura francés, por el Establecimiento Público del Palacio, Museo y Dominio Nacional de Versalles.Alrededor de 15 millones de personas visitan cada año el palacio, el parque o los jardines de Versalles, lo que lo convierte en una de las atracciones turísticas más populares del mundo.

Luis XIII construyó un sencillo pabellón de caza en el emplazamiento del Palacio de Versalles en 1623. Tras su muerte llegó Luis XIV, que amplió el castillo hasta convertirlo en los inicios de un palacio que pasó por varios cambios y fases desde 1661 hasta 1715. Fue la residencia favorita de ambos reyes y, en 1682, Luis XIV trasladó la sede de su corte y gobierno a Versalles, convirtiendo el palacio en la capital de facto de Francia. Esta situación se mantuvo con los reyes Luis XV y Luis XVI, que principalmente realizaron reformas interiores en el palacio, pero en 1789 la familia real y la capital de Francia regresaron a París. Durante el resto de la Revolución Francesa, el Palacio de Versalles fue abandonado en gran parte y despojado de sus bienes, y la población de la ciudad circundante cayó en picado.

Napoleón I, tras su coronación, utilizó Versalles como residencia de verano de 1810 a 1814, pero únicamente restauró el Gran Trianón. Tras la Restauración borbónica, cuando el rey volvió al trono, residió en París y no fue hasta la década de 1830 cuando se volvió a restaurar una parte importante del palacio. En su interior se instaló un museo de historia de Francia que sustituyó a los aposentos del ala sur.

El palacio y el parque fueron designados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979 por su importancia como centro del poder, el arte y la ciencia en Francia durante los siglos XVII y XVIII. El Ministerio de Cultura francés ha incluido el palacio, sus jardines y algunas de sus estructuras subsidiarias en su lista de monumentos de importancia cultural, según asegura Wikipedia.

Los jardines españoles que se comparan con los franceses, son los de la localidad segoviana de El Real Sitio de San Ildefonso. La creación del Real Sitio de La Granja fue, sin duda, la contribución más importante del reinado de Felipe V a la historia de los jardines españoles. Son el mejor ejemplo en España de jardín a la formal a la francesa, una modalidad que empezó a difundirse por toda Europa a finales del XVII, a raíz de la popularidad de las creaciones que el jardinero francés, André Le Nôtre, realizó para Luis XIV, el famoso “Rey Sol”.

El Palacio de Versalles es el ejemplo más conocido y admirado del jardín formal del Barroco, pero Felipe V nunca pretendió emular en La Granja la vasta escenografía monárquica de su abuelo, Luis XIV. Siempre tuvo claro que su lugar de retiro se parecería a otro jardín menos conocido que Versalles, ya que la Revolución lo desmanteló: el de Marly, donde el Rey Sol pasaba sus jornadas de descanso.

El trazado de los jardines de La Granja se debe al arquitecto francés René Carlier quien los dejó enteramente diseñados y en gran parte realizados antes de su temprana muerte en 1722. La ejecución de sus planes fue continuada bajo la dirección de los escultores René Fremin y Jean Thierry y del jardinero Esteban Boutelou, todos franceses, que consiguieron dar notable coherencia a este trazado formal característico del estilo final de Luis XIV y de la Regencia.

La abundancia de agua, procedente de la montaña, fue uno de los mayores atractivos del lugar para Felipe V, pues le permitió llenar el jardín de fuentes con juegos de agua espectaculares. Los surtidores de la fuente “La Fama”, por ejemplo, consiguen elevar el agua a más de 40 metros de altura.

Las fuentes, realizadas en plomo para ser pintadas imitando bronce y mármol, y las estatuas de mármol, forman el conjunto escultórico de mayor riqueza y el mejor conservado de su época. El sistema hidráulico original se conserva, además, a la perfección, tanto es así, que sigue en funcionamiento hoy en día, según explica la página web de patrimonio nacional.

El horario de visitas de las fuentes son:

GRUPO 1 DE FUENTES: Canastillo, Ranas, Baños de Diana y Fama.

MARZO

Días 28, 29 y 30. Horario 17.30 h.

Día 31. Horario 12.00 h.

ABRIL

Días 10, 13, 23, 24 y 27. Horario 17.30 h.

Días 14 y 28. Horario 12.00 h.

MAYO

Días 8, 11, 22 y 25. Horario 17.30 h.

Días 12 y 26. Horario 12.00 h.

JUNIO

Días 5, 8, 19 y 22. Horario 17.30 h.

Días 9 y 23. Horario 12.00 h.

JULIO

Días 3 y 6. Horario 17.30 h.

Día 7. Horario 12.00 h.

GRUPO 2 DE FUENTES: Canastillo, Ocho Calles, Ranas y Fama.

ABRIL

Días 3, 6, 17 y 20. Horario 17.30 h.

Días 7 y 21. Horario 12.00 h.

MAYO

Días 1, 4, 15, 18 y 29. Horario 17.30 h.

Días 5 y 19. Horario 12.00 h.

JUNIO

Días 1, 12, 15, 26 y 29. Horario 17.30 h.

Días 2, 16 y 30. Horario 12.00 h.

GRUPO 3 DE FUENTES: La Selva, Carrera de Caballos, Canastillo, Ocho Calles, Ranas,

Baños de Diana y Fama.

MAYO: Día 30. 17.30 h.

JULIO: Día 25. 17.30 h.

AGOSTO: Día 25. 17.30 h.

GRUPO 4 DE FUENTES: Baños de Diana en horario nocturno.

JULIO: 6, 13, 20 y 27. Horario 22.00 h.

AGOSTO: 3, 10, 17 y 24. Horario 22.00 h.

Los jardines de La Granja son excepcionales todo el año, pero es en primavera, sin duda, cuando ofrecen su mejor aspecto. El visitante puede disfrutar de una manera espacial de espacios tan llamativos como los Jardines de Medio Punto, donde no dejan de impresionar las imponentes sequoias.

Además de contar con una amplia variedad de especies vegetales, éste es uno de los jardines más llamativos que se pueden encontrar en España. Y es debido, sin lugar a dudas, a su exquisita ornamentación.

Los hermosos jardines de La Granja de San Ildefonso abarcan 146 hectáreas, y albergan más de 60 variedades de árboles, plantas y arbustos distribuidos en bosques, zonas ajardinadas y áreas reservadas. En ellos destaca el impresionante conjunto de las fuentes monumentales, que vale la pena presenciar en funcionamiento.

Como es habitual en todos los jardines de la realeza, su estado de preservación es siempre impecable. De hecho, Patrimonio Nacional, encargado de la administración de estos jardines junto a los de Aranjuez y Campo del Moro.

Los jardines los preside un espectacular Palacio, que es un conjunto arquitectónico del palacio resulta muy italiano y de una gran densidad debido a todas estas fases construidas en tan poco tiempo.

Las salas del palacio abiertas actualmente al público corresponden a los antiguos apartamentos reales, situados en las dos plantas que abren a la fachada oriental. Aunque el palacio sufrió un devastador incendio en 1918 conserva aún casi todas las decoraciones al fresco de la época de Felipe V.

En la planta principal se encuentran las habitaciones privadas de los Reyes entre las que destacan la Galería de Retratos, el Dormitorio de Sus Majestades, el Salón de Lacas o el Gabinete de Espejos.

A diferencia de la planta alta, más íntima, las estancias de la planta baja del palacio te llamarán la atención por su decoración más representativa y fastuosa. Cada una de ellas recibe el nombre de la pintura al fresco que decora su bóveda. Tenemos la Sala de Hércules, la de la Justicia, la Fuente de la Galatea o la espectacular Sala de Mármoles o de Europa.

Otros atractivos de El Real Sitio de San Ildefonso

- Real Fábrica de Cristales: La Real Fábrica de Cristales se establece en 1727 bajo los auspicios del Estado español. Gracias al espionaje industrial se incorporaron un buen número de especialistas europeos conocedores de las técnicas del vidrio más novedosas. De acuerdo a sus procedencias, se establecieron hasta tres fábricas de cristales: españoles, franceses y alemanes, además de distintos obradores y un almacén general en Madrid.

Debido a la Guerra de la Independencia española se apagan los hornos en 1808. Fernando VII reanuda los trabajos en 1815, hasta la regencia de María Cristina, cuando en 1833 se arriendan los espacios a particulares. Al finalizar el último arriendo, en 1970, se constituye diez años después la Fundación Centro Nacional del Vidrio, con el fin de reformar el antiguo edificio de la Real Fábrica y dotarle de un museo, una escuela y un centro de producción, con miras a conservar y dar a conocer las tradicionales técnicas del vidrio.

El Museo Tecnológico del Vidrio se ubica en la antigua Real Fábrica de Cristales, el único edificio fabril que se conserva en la actualidad en el Real Sitio, diseñado en 1770 por el aparejador del Real Sitio, Joseph Díaz Gamones, y construido extramuros del recinto de La Granja, con planta basilical orientada al Mediodía y dos grandes y novedosas cúpulas de ladrillo sobre los hornos de fusión, en lugar de las antiguas armaduras de madera que provocaron incendios.

Se trata de uno de los edificios industriales europeos más relevantes del siglo XVIII, declarado Bien de Interés Cultural. Alberga en su interior distintas exposiciones temáticas sobre la tecnología del vidrio, con maquinaria, herramientas y demostración de la técnica del soplado en vivo, además de exposiciones temáticas sobre vidrieras del conocido taller Maumejean, Cristal de La Granja, vidrio centro europeo, vidrio de diseño y vidrio artístico contemporáneo.

- Museo de los Tapices:Se sitúa en las antiguas dependencias destinadas a los infantes y se extiende hasta el edificio conocido como Casa de Damas, un anexo situado en el ala derecha del conjunto. Durante el siglo XIX, la Casa de Damas albergó las habitaciones privadas de los reyes, hasta su completa destrucción por el devastador incendio que sufrió el palacio en 1918.

La recuperación de este espacio se realizó ya pensando en conservar la Colección Real de Tapices. Las grandes dimensiones de estas obras de arte obligan a colocarlos en paredes ligeramente inclinadas, evitando así que su propio peso afecte a la calidad de su manufactura. Por esta misma razón de conservación, los paños se exponen, bajo una luz tenue.

Los tapices aquí expuestos fueron tejidos antes de la creación por Felipe V de la Real Fábricas de Tapices de Madrid. Se trata, por tanto, de obras flamencas. Los más antiguos datan del siglo XVI, cuando su uso se puso de moda para vestir de lujo los palacios reales.

Entre las series principales que alberga el museo destaca “Los Honores”, tejida por Pierre van Aelst sobre cartones atribuidos a diversos pintores, principalmente Van Orley y Gossaert de Mabuse. La forman nueve paños alegóricos: “Fortuna”, “Prudencia”, “Sabiduría”, “Justicia”, “Vicio”, “Fama”, “Honor”, “Fe” y “Nobleza”. En su conjunto, esta serie de tapices, creada en 1520 para conmemorar la coronación de Carlos V como Emperador del Sacro Imperio Romano, nos recuerda las virtudes necesarias para gobernar, los vicios que un rey debe evitar… y la recompensa a una buena gestión: el honor y la fama.

De gran importancia es también la serie “El Apocalipsis”, compuesta por ocho paños tejidos antes de 1561 para Felipe II por Wilhelm Pannemaker y Jan Gheteels sobre cartones atribuidos a Van Orley.

Otras tapicerías del siglo XVI que merecen una mención especial son “Los trabajos de Hércules”, por Gheteels, y tres paños de “Las fábulas de Ovidio”, por Pannemaker. En la planta baja del museo encontrarás, además, la serie de La creación del hombre, sobre cartones de Michael Coxcie.

- La Real Colegiata: Fue construida por orden de Felipe V. El edificio original fue de Teodoro Ardemans quien inicialmente construyó una Capilla Real que poco después se erigió como Real Colegiata de la Santísima Trinidad. Fue ampliada por los italianos Andrea Procaccini y Sepronio Subissati, a quién se deben las torres y la cabecera actual en la que se alojan la Sacristía y la Sala Capitular. Interiormente destaca el retablo del altar mayor, obra de Teodoro Ardemans, ocupado por un gran cuadro al óleo que representa la Santísima Trinidad, obra de Francisco Solimena. También destacan la sillería del coro y la tribuna real que comunica con el Palacio Real, y que permitía a los Reyes asistir a las celebraciones religiosas.

El elemento más significativo de la Real Colegiata es la Capilla de las Reliquias, recibe este nombre porque inicialmente estaba destinada a guardar las reliquias de los santos mártires pero tras la muerte de Felipe V, en 1746, su viuda, Isabel de Farnesio, decidió levantar en aquel lugar un mausoleo, cumpliendo así con la voluntad del rey difunto. Actualmente yacen en este templo los cuerpos de Felipe V e Isabel de Farnesio.

- Fuente del Mallo:Construida hacia 1728 y adosada a la tapia del Jardín del Mallo, sitio donde se practicaba el juego del Mallo, muy practicado por Felipe V; era un juego que consistía en empujar y dirigir una bola de madera haciéndola pasar al final por un arco de hierro. La Fuente del Mallo es una de las más antiguas del casco histórico, se dice que su agua es templada en invierno y fresca en verano y procede de dos manantiales de los Jardines.

- Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores: Es un templo barroco proyectado en 1764 para alojar a la Hermandad de los Dolores. Conserva en su interior la imagen de la patrona, la Virgen de los Dolores, realizada por el gran escultor Luis Salvador Carmona.

En el interior, de planta rectangular y nave única, con capillas laterales, dos a dos. En su cabecera tiene un amplio crucero que no sobresale de la línea de los muros laterales de planta elíptica, forma que vuelve a repetirse en su bóveda, al cual se abre un nicho semicircular para el alta mayor.

En el exterior un sencillo pórtico, una obra de sillería, conformado por seis pilastras con bases y capiteles, las cuales servirían de jambas para las tres puertas, dos laterales y una mayor central, todas ellas dinteladas. Está labrado en liso, sin perfiles ni molduras y en pilastras de una pieza.