Agroalimentación

Esta es la zona que elabora vinos "únicos" con uvas de viñedos centenarios

Una Asociación se encarga desde hace unos años de preservar este legado y peculiaridades de estas viñas marcadas por el clima, el suelo y la altitud

Los vinos de las Viñas Viejas de Soria siguen al alza
Los vinos de las Viñas Viejas de Soria siguen al alzaBertrand Sourdais/Viñas Viejas SoriaLa Razón

La Denominación de Origen Ribera de Duero engloba a las provincias de Valladolid, Burgos, Soria y Segovia, aunque el número de hectáreas de viñedos plantadas en cada territorio es muy desigual. De hecho, prima la zona burgalesa, que acapara más del 70 por ciento, seguida de la vallisoletana, con el 22, y la soriana, con apenas un 5 por ciento. solo por delante de Segovia, donde apenas hay doscientas hectáreas de viñedos plantados que pertenecen a esta DO, considerada como una de las mejores del mundo.

Pero a pesar de ello, los vinos sorianos de la Ribera del Duero siguen cotizando al alza cada año debido a su apuesta por la calidad en detrimento de la cantidad, pero también y sobre todo a la peculiaridad del terruño y de las viñas centenarias con uvas tinto fino, garnachas y albillo que se recogen y que, tras un proceso de elaboración crianza, terminan en una copa para deleitar al amante de este mundo.

Unos vinos que cuentan ya con el reconocimiento internacional y premios que los avalan y son la seña de identidad de un territorio que, a pesar de su despoblación, ha sabido trasladar a sus barricas los ritmos que marca la naturaleza y que permite plasmar el ecosistema y la biodiversidad en cada botella.

De hecho, se estima que en la provincia de Soria hay cerca de un millar de hectáreas de viñedos que tienen más de 70 años, a las que hay que sumar más de trescientas con cien e incluso 120 años, lo que en opinión de los expertos está permitiendo la elaboración de un vino tinto fino de la zona muy apreciado y de gran calidad.

Para proteger esta tradición enológica de las tierras sorianas así como la calidad de vinos nacía hace unos años la Asociación Viñas Viejas de Soria, formada por más de una docena de bodegas de la DO Ribera de Duero, además de otra de Tierra de Castilla y León. Al frente de ella se sitúa el enólogo y propietario de Dominio de ES y bodegas Antídoto, el francés Bertrand Sourdais, en donde se han marcado como reto también reivindicar la calidad de los viñedos sorianos, la esencia de su historia y el clima de esta provincia, frío, que da a las uvas un toque diferente y único

De hecho, los viñedos sorianos se sitúan en altitud, próximos al nacimiento del río Duero, y la situación geográfica, encajada entre Sistema Ibérico y el Sistema Central hace que tenga un impacto directo sobre el clima frío que caracteriza a los vinos sorianos.

La asociación se encuentra ya inscrita como tal en la Junta de Castilla y León y engloba a bodegas pioneras en la provincia como DO5 Hispanobodegas SL (Bodegas Gormaz), junto a otras bodegas de San Esteban de Gormaz como Antídoto, Dominio de ES SL, Bodegas y Viñedos Aceña (Terrasesteban), Taruguín, junto a otras del municipio como Tierras El Guijarral (Rudeles), Bodegas y viñedos Señorío de Aldea, Dominio de Atauta y Señorío de Villálvaro, junto a las de nueva creación como Bodega Aranda-DeVries de Ines, a las que se suman otras clásicas de la provincia de Soria como Bodegas Castillejo de Robledo, Bodegas Valdeviñas de Langa de Duero, junto a otras dos bodegas sorianas como La Quinta Vendimia y Lunas de Castromoro.

Las características de estas bodegas es que sus cepas son viejas, están situadas en un suelo rico, la altitud, el clima extremo o unas variedades de uva de gran calidad.

Desde la asociación destacan que la herencia de los vinos de Soria, de entre 100 y 150 años, es algo que ha desaparecido en el resto del mundo pero en la provincia se mantiene intacto y por ello llaman a preservar este patrimonio genético que no existe en ningún otro lugar. En esta zona presumen de elaborar vinos con uvas de Soria exclusivamente y por ello reivindican la pureza del terruño soriano que, al igual que sucede en Francia, les permite construir una identidad propia y cristalina.