Historia

Este es el imponente Castillo que custodia el Archivo Histórico más importante de España

La fortaleza, construida por Juan de Herrera, fue fundada por Carlos V en 1540

Archivo General de Simancas (Valladolid)
Archivo General de Simancas (Valladolid)Miriam ChacónIcal

Los castillos españoles se caracterizaron por ser unas impresionantes infraestructuras de defensa que hicieron grande a España. Por las contínuas batallas desarrolladas en nuestro país y el descuido de sus dirigentes, muchas de ellas fueorn desaparecieron y se quedaron en ruinas. Esto cambio a partir del siglo XX, en el que las administraciones vieron que las fortalezas se podían convertir en un atractivo por su espectacularidad, y poco a poco, muchas de ellas se fueron rehabilitando y se les fue dando un uso, muy diferente para el que se construyeron.

Museos, paradores, centros culturales o incluso archivos. De este último vamos a hablar al descubrir el imponente castillo que custodia el Archivo Histórico más importante de España. El archivo es el conjunto ordenado de documentos al que se transfieren desde el archivo central los documentos de archivo de conservación permanente, que son conservados por su valor.

En este tipo de centros se desarrollan actividades de organización, conservación, descripción y difusión, del acervo documental, que se realizan con base a normas y técnicas archivísticas internacionales, esto garantiza una buena clasificación, descripción y permanencia de los mismos.

En España existe el Archivo Histórico Nacional, que se creó en 1866, en un contexto en el que ya ha caído el Antiguo Régimen y se ha instaurado el régimen liberal con el concepto de nación, al que se une el carácter científico de la Historia. Su labor primordial era conservar, pero también describir para poder facilitar la recuperación de la información. Así pues, la descripción somera se convierte en primordial hasta la última década del siglo XX. A partir de ahí entramos en la era de la información, en la que la difusión de los fondos adquiere un alto grado de interés. De esta forma, el Archivo Histórico Nacional se plantea como uno de sus objetivos el que sus fondos sean accesibles, no sólo para los investigadores, sino también para todos los ciudadanos.

La finalidad de la Descripción Archivística no es sólo la de informar de los fondos conservados en sus depósitos y ponerlos a disposición del ciudadano, sino también la de facilitar la comprensión del contexto y del contenido de los documentos, su procedencia, las funciones de las que son reflejo, los asuntos de los que tratan, sus características y su volumen.

Pero existen más archivos en nuestro país, y uno de los más importantes se sitúa en un majestuoso castillo. Se trata del Archivo General de la localidad vallisoletana de Simancas. El edificio fue construido por Juan de Herrera y fundado por Carlos V en 1540. El edificio conserva gran parte de la documentación producida por los órganos de gobierno de la Corona de Castilla y posteriormente de la Monarquía Hispánica y del Reino de España hasta Isabel II.

La evolución cronológica de la institución ha estado marcada por el devenir de la Corona de Castilla. Uno de los principales hitos se produjo en 1588, cuando Felipe II otorgó la Instrucción para el Gobierno del Archivo de Simancas, un documento clave para entender la gestión tanto de este archivo como de otros de la península.

Por otro lado, los momentos de pujanza o de retraimiento de la monarquía castellana quedaron reflejados en forma de llegada de documentos o carestía de recursos. También los daños sufridos durante la Guerra de la Independencia tuvieron importantes repercusiones en lo que hoy es la institución. El archivo se emplazó en Simancas, una localidad situada a diez kilómetros de Valladolid. El lugar no fue escogido al azar, sino que se eligió uno fortificado y fácilmente defendible.

Durante el periodo de la Reconquista, la villa de Simancas adquirió importancia como zona fronteriza. Posteriormente, su situación estratégica entre los reinos de León y Castilla le confirió un papel relevante en la política peninsular. Tras la conquista de Toledo y su territorio en 1085, la villa perdió importancia, y en el siglo XIII no era más que una de las muchas ciudades del alfoz vallisoletano.

Sin embargo, pronto dejó de formar parte de la jurisdicción de Valladolid, pues en 1465 el Rey Enrique IV de Castilla recompensó a la ciudad de Simancas por permanecer fiel a la causa real en el marco de las disputas entre dicho Rey y Alfonso de Castilla con el privilegio de nobleza e hidalguía a todos los habitantes de la localidad, así como con la exención de la jurisdicción vallisoletana. Así, entre los siglos XV y XVI se vivieron los «años dorados» de Simancas, en los cuales se enmarca el establecimiento del archivo oficial de Castilla. Entre los primeros documentos que llegaron al castillo se hallan los pertenecientes al Castillo de La Mota de Medina del Campo, en la cual algunos quieren ver otro precedente a Simancas. En 1545 se nombró el primer tenedor del archivo, el licenciado Antonio Catalán, y en este momento ya se puede hablar del centro instituido como tal y no ya como un proyecto.

La primera mitad del siglo XVIII estuvo marcada por el mandato de Francisco Antonio de Ayala, que dirigió el Archivo entre 1698 y 1743. Con él se inaugura una característica que se mantendrá hasta 1818: casi toda la plantilla del archivo pertenecería a la familia de Ayala, incluyendo todo tipo de cargos. En este periodo se produjo la visita de Felipe V, que en 1710 quiso conocer Simancas.

Fue un mandato con luces –ingresaron muchos documentos relacionados con los últimos Austrias– y sombras –se vino abajo una de las torres de la fortaleza, y hubo que destinar muchos recursos a obras de urgencia–. En esta época se registra la entrada de documentos de gran importancia, como el testamento de Carlos II o la renuncia de Felipe V a la Corona francesa.

El siglo XIX estuvo marcado fundamentalmente por el impacto negativo sobre la institución que tuvo la Guerra de Independencia. Durante todo el conflicto, hubo soldados franceses viviendo en la parte del edificio en la que se encontraba el archivo, algo que no solo paralizó su actividad por completo, sino que produjo toda clase de problemas, ya que los soldados incluso comían y cenaban en el mismo edificio.

Además se trasladaron documentos de un lugar a otro sin criterio ni orden alguno, y se destruyeron algunos a raíz de un incendio en la improvisada cocina que se construyó en el edificio.Una parte de los documentos se llevó a Francia, ya que Napoleón deseaba hacer en París un gran archivo europeo centralizado, por lo que previamente había saqueado otros archivos en Alemania, Austria e Italia. Entre los hechos más destacables de la segunda mitad del XIX están la visita del rey Alfonso XII en 1878, la dirección de Claudio Pérez Gredilla en la última década del siglo y la llegada del teléfono en 1894, según informa Wikipedia.

Durante el siglo XX se experimentaron mejoras notables en las instalaciones, de cara a mejorar la labor de los investigadores. La exposición de documentos creció permanentemente, hasta ser considerado en la práctica un aspecto tan importante como la propia investigación.

Así, el Archivo General de Simancas tiene desde este período la consideración de una institución cultural, en la que la conservación de documentos vive de la mano con la investigación y la musealización del edificio, todo ello dependiendo del Ministerio de Cultura de España.

Ya a finales del XX y comienzos del XXI, el centro fue reformado en un periodo de obras que se prolongó entre 1999 y 2007. Tras esta última reforma del Archivo de Simancas se pueden visitar lugares de la institución que antes no eran accesibles al turista, como una de las salas de investigación o la capilla del castillo. Además, anexo a la fortaleza se ha construido un edificio que contiene un salón de actos, un centro de archivística, un departamento de difusión y una sala de exposiciones.

En 2017 la Unesco incluyó al archivo dentro del Programa Memoria del Mundo, convirtiéndose en el segundo patrimonio histórico documental vallisoletano que forma parte de dicho reconocimiento puesto que en 2007 fue incluido el Tratado de Tordesillas. Además esta andadura histórica realmente excepcional del Archivo de Simancas lo convierte en uno de los archivos más importantes para el estudio de la época moderna, ya que sus fondos son muy extensos.

Visitas

Horario de la Sala de Consulta:

Del 1 de septiembre al 31 de julio: de lunes a jueves 8:30 h a 18:00 h. Viernes 8:30 a 14:30

Del 1 de agosto al 31 de agosto: de lunes a viernes 8:30 a 14:30

Horario de visitas: de enero a diciembre, de lunes a domingo de 10:00h a 14:00 horas y de 17:00h a 21 horas

Visitas guiadas: grupos superiores a cinco personas es necesario concertar cita con el Archivo.

Otros atractivos monumentales de Simancas

El Archivo General es el principal monumento del pequeño pero bello pueblo vallisoletano, ya que vivió, sobre todo en la Edad Media, momentos de gran esplendor.

- Puente de Simancas: Se trata de un puente medieval de piedra, construido en sillería con 17 arcos (mayoritariamente ojivales) con tajamares y contrapilares. Ocupa un lugar de gran importancia para las comunicaciones terrestres desde la Antigüedad, ya que se encuentra en el antiguo trazado de la calzada romana entre Augusta Emerita y Caesaraugusta. De hecho, hoy en día, forma parte del trazado del Camino de Santiago de Madrid.

En el vado que forma el Pisuerga en sus inmediaciones tuvo lugar la batalla de Simancas en el año 939. La victoria cristiana en las inmediaciones del puente permitió reafirmar la significación estratégica y militar de Simancas como plaza fortificada de la línea del Duero, puesto que el Pisuerga desemboca con el Duero en Pesqueruela, apenas a unos kilómetros de donde se encuentra el puente.

En 1812, en el transcurso de la Guerra de la Independencia Española, se produjo la voladura de varios ojos del puente por parte de las tropas napoleónicas ante el avance angloespañol bajo las órdenes del Duque de Wellington.

Se encuentra incoado desde 1989 para la declaración futura como Bien de Interés Cultural (BIC) y para evitar su desgaste por el tránsito de los coches.

- Monumento de las Siete Doncellas: Este monumento preside la Plaza de la Cal y fue realizado en bronce por el escultor Gonzalo Coello en el año 2009. Es uno de los monumentos más significativos de la villa ya que representa la leyenda de Simancas, cuya festividad se celebra el 6 de agosto, en la que se realiza una representación teatral (entre otros actos).

Según esta leyenda, el reino de León debía entregar 100 doncellas como tributo al califa musulmán Abderramán II, siete de las cuales eran de Simancas. Éstas prefirieron cortarse sus manos para que el califa las repudiara. Se dice que de ahí viene el nombre de la ciudad: Siete mancas = Simancas, manos que aparecen representadas en el escudo de la villa.

- Iglesia El Salvador: Dentro de este entramado urbano con calles pequeñas, recortadas y estrechas que caracteriza al municipio de Simancas, se levanta otro edificio de relevancia: la Iglesia del Salvador. De estilo gótico tardío con alguna influencia renacentista, mandada construir en el siglo XVI, aunque conserva la torre de otro edificio anterior del siglo XII de estilo románico.

Posee en su interior diversos retablos y piezas de orfebrería de gran valor. Así dispone de cuatro elementos destacados, todos ellos del siglo XVI, como son el retablo mayor de estilo plateresco, otro retablo de estilo renacentista que representa la Resurrección, al igual que un relieve de Llanto sobre Cristo y una cruz procesional labrada en plata.

- Rollo de Justicia: Simancas conserva el rollo jurisdiccional declarado Bien de Interés Cultural dentro de la categoría Rollo de Justicia. El rollo es una columna de piedra que se levantaba en los municipios que tenían capacidad jurisdiccional. Es decir, que podían administrar justicia, pero indicando el poder al que estaba sujeto el pueblo: el señor feudal, la corona, el poder eclesiástico o el régimen concejil. En general, en Castilla los rollos se erigieron en aquellos municipios que tenían alcalde y, por tanto, capacidad para juzgar y condenar.

Gastronomía

Para disfrutar al máximo la visita, Simancas cuenta con una amplia, variada y rica oferta gastronómica. Basado en los platos típicos de la zona, principalmente los asados, el municipio vallisoletano cuenta con numerosos restaurantes entre los que destacan:

- Restaurante Las Tercias: Este establecimiento sin duda, una de las grandes referencias en la provincia de la cocina tradicional. Este mítico establecimiento, trata de un negocio familiar. Sirva de aval sus más de 30 años de antigüedad ofreciendo a sus clientes un gran compromiso de calidad en el producto con su Lechazo Asado por excelencia y otras formas típicas como los pinchos de lechazo y las exquisitas chuletillas a la brasa. Se encuentra en el centro del municipio, en la calle Las Tercias, número 4.

- La Casa del Arte:Este establecimiento se basa en una selecta cocina apuesta por el producto local de temporada de primerísima calidad. Las estaciones marcan la agenda de unos platos elaborados con mimo, siendo los guisos clásicos, los escabeches finos, los pescados frescos y las carnes escogidas nuestras especialidades más celebradas. Se encuentra en la calle Cañuelo, número 1.

- Restaurante La Ceaza: Se trata de un típico mesón castellano que ofrece platos típicos de la cocina castellana y vasca. Está situado en la calle General Arana, número 2.