Cultura

Este es el impresionante pueblo medieval que parece sacado de una película de Disney

Cuenta con uno de los conjuntos histórico-artísticos mejor conservados de España

Localidad burgalesa de Lerma
La localidad burgalesa de LermaSodebur

Los pueblos medievales de España destacan por su espectacularidad. Tal es así que alguno de ellos parece de cuento, incluso sacado de una película de Walt Disney. Es el caso de esta villa ducal de la provincia de Burgos, que cuenta con numerosos atractivos entre los que destacan su gastronomía, su conjunto histórico-artístico, así como su naturaleza.

Y es que no es fácil que un municipio le digan que parece sacado de una película de Disney, que tanto a niños como mayores, nos han enamorado de siempre. Y es que este tipo de filmes resaltan por su espectacularidad y por cuidar todos los detalles. La magia de Disney hacen que hasta lo imposible es posible y eso es lo que se puede observar en este municipio de fundación prerromana, de tribus celtibéricas (vacceos). Tierra de paso, situada en lugar estratégico que domina el río Arlanza, vivió diferentes culturas: romanos, suevos, visigodos, árabes, etc. Este pueblo no es otro que el burgalés de Lerma.

Desde el año 900, el avance cristiano sitúa su frontera en el río Arlanza, iniciándose su repoblación, e instalando a lo largo del río una serie de posiciones fuertes y castillos, entre los que se encontraba el de Lerma. El lugar elegido para emplazar Lerma no pudo ser más adecuado, encrucijada de caminos y con unas inmejorables condiciones físicas y topográficas. Muy pronto el pequeño caserío se amuralla, disponiendo de cuatro puertas de entrada, de las que se conserva el llamado «Arco de la Cárcel», puerta principal de la antigua muralla medieval, destaca la web del portal de turismo de la villa.

A finales del siglo X, del territorio o distrito de Lerma fueron segregados varios lugares que pasaron a depender del infantado de Doña Urraca en Covarrubias. Cerca de Lerma, Almanzor vence al Conde Sancho García en las peñas de Cervera, momento en que Lerma sufre por última vez los efectos del castigo musulmán.

En el siglo XI empieza a vivir los tiempos de los señoríos, pasando a formar parte de los reinos leonés y aragonés. Tienen lugar las luchas entre los Castro y los Lara, nobles belicosos, que se enfrentarán en repetidas ocasiones a los reyes castellanos en sus luchas dinásticas (Fernando III el Santo y Alfonso XI, el del Salado, sitiaron en varias ocasiones la Villa de Lerma).

Extinguido el linaje de los Lara, la villa pasó a formar parte de las propiedades del Rey, continuando como realenga hasta 1414, en que Fernando de Antequera hizo donación de la villa y sus propiedades con todos sus términos a Diego Gómez de Sandoval y Rojas por su apoyo en la batalla de Antequera y las luchas contra el Conde de Urgel.

Poco a poco Lerma abandona el espíritu guerrero y la vida turbulenta y agitada de sus antecesores, convirtiéndose en fiel servidora de la familia real. En 1574 Don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas recibió el mayorazgo de la Casa, como IV Conde de Lerma y V Marqués de Denia.

El primer paso fue convertir en ducado el título de Conde, llevando a segundo término el marquesado de Denia y fijando en Lerma la cabeza de sus estados. El traslado de la Corte española a Valladolid en enero de 1601 fue decisivo para que el Duque de Lerma concibiera la idea de crear una corte propia en su villa, para restringir aún más el núcleo cortesano alrededor de Felipe III, que mostraba escaso interés y poca capacidad por los asuntos políticos y de gobierno. Veinte años se mantuvo el Duque de Lerma como privado del rey. Durante este período Lerma se vio engrandecida y favorecida.

Bajo su patrocinio, entre 1600 y 1617, se erigió uno de los conjuntos histórico-artísticos mejor conservados de España, de estilo herreriano. En él intervinieron los mejores arquitectos reales de la época, Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora y Fray Alberto de la Madre de Dios. Lerma se convirtió en Corte de Recreo, adonde acudían personajes relevantes y artistas (Góngora, Lope de Vega, etc.), y se celebraban fiestas y banquetes en honor de los Reyes de España. En Lerma nació el séptimo hijo de Felipe III, la Infanta Margarita, que fue bautizada con toda pompa y solemnidad en el Convento de las Clarisas.

Obtuvo el Duque exorbitantes concesiones reales, en títulos y riquezas. El ducado de Lerma comprendía 40 villas y lugares de señorío y seis de behetría, que con sus impuestos engrosaron las arcas ducales. Alejado de la Corte en 1620, los últimos días de su vida transcurrieron entre Lerma y Valladolid, obligado a devolver las enormes sumas que había defraudado. Murió en Valladolid el 18 de mayo de 1625

Durante la Guerra de la Independencia fue ocupada por las tropas francesas, al ser paso obligado y punto de apoyo necesario en las rutas de correos y convoyes, y, a pesar de la casi continua guarnición extranjera, centro de operaciones de grupos guerrilleros. La retirada de las tropas imperiales trajo consecuencias nefastas: incendiaron el Palacio y saquearon los conventos, perdiéndose joyas y obras de arte de un valor incalculable.

Durante las guerras carlistas, los soldados liberales convivieron en armonía pacífica con los religiosos de la villa. El Decreto desamortizador de Mendizábal supuso un duro golpe para la vida monástica. Se abandonaron propiedades y de los seis monasterios, tres quedaron deshabitados.

En el abril de 2003 se inauguró el Parador Nacional de Turismo en lo que fuera el Palacio Ducal, siendo un revulsivo económico para la villa y la comarca del Arlanza, junto al campo de golf, inaugurado años atrás. Un turismo constante durante todo el año, que hizo crear nuevos restaurantes, casas rurales….

En la actualidad la villa cuenta con una población cercana a los 2.600 habitantes que viven del sector servicios, cada vez menos de la agricultura y de las empresas del polígono industrial existente.

Atractivos turísticos

- Puente medieval: La villa ducal da la bienvenida a sus visitantes a través de un espectacular puente medieval construido durante la fortificación de la localidad y una vez asegurada su firme posición amurallada. Se construyó con recios sillares de piedra y estaba provisto de sus correspondientes pilares tajamares y estribos.

El Duque creó en la vega del río un precioso jardín, con huerta y coto privado de caza. Los jardines lo componían estanques con cisnes, cenadores, fuentes de alabastro, paseos cubiertos… Además el Duque construyó siete ermitas que añadían devoción a la hermosura del parque. El Papa Paulo V en 1609 concedió a los fieles que orasen en cada una de estas ermitas, las mismas indulgencias que gozaban los que visitaban las siete Iglesias de Roma. En la actualidad se puede contemplar la del Humilladero, como único vestigio de la fastuosidad de los jardines.

- Arco de la cárcel: Se trata de la entrada principal del pueblo. Protegida antiguamente por una muralla que rodeaba el primitivo caserío, hasta ser destruida por Alfonso XI en 1336, tras seis meses de asedio. De la muralla medieval levantada de nuevo por los Sandoval entre los siglos XV y XVI y que rodeaba la villa, solamente quedan estos dos cubos defensivos de la entrada, muy transformados, pero todavía con sus saeteras, y una esquina en el Arco de Pajares, cerca del convento de Santo Domingo, que también era una de las entradas de Lerma, de la que aún se conservan unos pocos restos. En la actualidad, alberga la sede del Consejo Regulador de los vinos de la Denominación de Origen Arlanza.

- Plaza Mayor: Se trata de un espacio de planta trapezoidal, cerrada en sus otros lados por tres «cuerpos de edificios». Tiene 75 columnas de trozos de cantería con sus pedestales. Sobre las columnas, edificado en ladrillo, corre el segundo cuerpo con 72 balcones.

La plaza era el marco ideal para las fiestas privadas, no en vano está diseñada como escenario festivo; corral de comedias, lidia de toros a caballo, juego de cañas, luminarias, mogigangas…. Lope de Vega o Góngora acudieron a Lerma a representar sus obras teatrales en la Plaza. Una de las actividades más celebradas, fue una variante taurina consistente en, una vez cansado el animal, era incitado hacia un balcón volado, el cual, viéndose libre, corría hacia el precipicio que al otro lado se encuentra, cayendo por él hasta el canal inferior.

De 6.862 metros cuadrados, sin contar el espacio de los soportales, es una de las plazas más grandes de España, siendo el orgullo del Duque en la época.

- Palacio Ducal: Aprovechando el emplazamiento del antiguo castillo del siglo XV y realizado según las trazas de Francisco de Mora, fue concebido como morada ducal. Al mismo tiempo debía cumplir como regio aposento para la corte de Felipe III, asiduo invitado del Duque de Lerma.

La disposición busca las características de los palacios castellanos: un patio central rodeado de galerías columnadas, alternando dos cuerpos: el primero, de 20 columnas de orden toscano con arcos de medio punto y el segundo de 20 columnas de orden jónico; siendo las columnas de una sola pieza. Arranca de este patio una suntuosa y amplia escalera claustral.

La fachada principal está fabricada con recios sillares, portada sobre pedestal, columna y capitel a cada lado, que soportan un frontispicio semicircular, con labores de arquitrabe. Toda la fachada queda rematada por una fuerte cornisa de piedra y por encima se elevan las cubiertas de pizarra, con sus buhardillas. Sobre aquellas cornisas y en las cuatro esquinas, arrancan los cuatro torreones rematados por chapiteles también cubiertos de pizarra, con gran bola, veleta y cruz.

Todo el Palacio estaba compuesto por 210 balcones de hierro y 135 ventanas entre buhardas y rejas. El Palacio fue utilizado como cuartel general durante la invasión napoleónica e incendiado en su huida, perdiendo sus cuatro chapiteles. Ha sido rehabilitado como Parador de Turismo, inaugurado en 2003, recobrando su aspecto original y el encanto perdido en siglos pasados.

- Plaza de Santa Clara: Recoleta plaza, entre los Monasterios de Santa Teresa y Monasterio de la Ascensión del Señor. En el centro de sus jardines, se encuentra el sepulcro-monumento del famoso héroe y guerrillero de la Guerra de la Independencia, D. Jerónimo Merino Cob: «El Cura Merino».

En 1808 los ejércitos franceses saqueaban los pueblos de la comarca para aprovisionarse de víveres; él, perfecto conocedor de toda la zona, les hizo frente con una partida de 2.000 hombres, controlando el Camino Real, apresando convoyes y correos de los franceses. Por sus acciones victoriosas fue nombrado Capitán y Teniente Coronel sucesivamente. Ganó 58 batallas a las tropas franceses destacando la toma de Roa, el rescate de Burgos, Ezcaray, Hontoria del Pinar, Quintana del Puente y la brillantísima intervención en la batalla de Vitoria. De él dijo Napoleón que «prefería la cabeza de ese cura a la conquista de cinco ciudades españolas». Fue nombrado Mariscal de Campo por Fernando VII. Posteriormente luchó al lado del bando carlista al mando de 11.000 hombres. Falleció exiliado en Alençon (Francia) en 1844; y desde mayo de 1968 descansan sus restos junto al «Balcón de Arlanza».

Además, en el siglo XVIII fue restaurado por el Duque del Infantado, Don Pedro de Alcántara y de Toledo, cuyo escudo en piedra aparece en el centro. Estos arcos abren una magnífica perspectiva visual sobre la vega del río Arlanza. Actualmente el pasadizo ducal está rehabilitado y abierto a las visitas.

- Casas Medievales: En los alrededores de la Plaza Mayor se dispone el casco antiguo, al que se accede a través del Arco de la Cárcel, antigua puerta de muralla. La típica arquitectura medieval de las casas con soportales y su trazado urbano puede verse paseando por las calles Mayor, del Reventón, la Paloma, de Santa Caliopa y José Zorrilla, entre la Plaza Mayor y la Plaza de San Pedro.

Recursos naturales

Lerma no es solo monumentos, también cuenta con un impresionante patrimonio natural, lo que permite contar con numerosas rutas para los amantes del senderismo. Entre ellas destacan:

- La ruta de los “Sabinares del Arlanza y el Río Mataviejas”: En las Peñas de Cervera el río Mataviejas comienza un sinuoso recorrido hacia su confluencia con el Arlanza. En estas tierras, entre valles cerealistas y zonas de montaña pobladas por sabinas, encontraremos bellos parajes y conjuntos rurales.

Desde Lerma se comienza esta ruta circular que discurre por tranquilas carreteras. En torno a Revilla-Cabriada, que resalta por la portada de su iglesia, se extienden varios viñedos. La iglesia de la cercana población de Castrillo de Solarana presenta un original ábside románico.

Entre las sabinas del monte de Solarana existe un castro, un tramo de calzada y una fuente que confirman una temprana ocupación. El conjunto destaca por la iglesia, su crucero, su caserío y sus bodegas. El caserío y las iglesias de Nebreda y Cebrecos se rodean de viñedos, cultivos, encinas, y sabinas que conforman un armonioso paisaje. En las proximidades del conjunto rural de Quintanilla del Coco se encuentra el paraje del Churrión y el desfiladero del río Mataviejas.

En el ascenso de Santibañez del Val al bello núcleo rural de Barriosuso, enclavado en la Sierra de Cervera, se alza, aislada en una loma la Ermita mozárabe de Santa cecilia. También se puede pasear por Mecerreyes pasear y descubrir los barrios de bodegas y tenadas de su cercana dehesa.

Un puente medieval atraviesa el Arlanza y nos acerca al bello conjunto de Puentedura, que resalta por sus tradicionales casas. Una carretera local nos conduce a Tordueles, un pequeño núcleo que nos sorprenderá por su encanto y sus casas soportaladas. Quintanilla del Agua y Santa inés, con sus casas tradicionales, serán la siguientes paradas antes de llegar a Villalmanzo. Regresamos a Lerma.

- “Bosque del Arlanza”: Esta ruta circular BTT de ‘Los Bosques del Arlanza’ transcurre por el interior de los Sabinares del Arlanza, a los pies de la Sierra y enlazando las localidades de Nebreda, Castroceniza y Cebrecos. A lo largo del camino, perfectamente señalizado, se suceden diferentes paisajes, desde mosaicos de tierras de labor, a cerrados bosques de encinas, quejigos y sabinas.

El relieve y los fuertes desniveles forman parte del recorrido, aspecto característico de los Sabinares del Arlanza, donde los pliegues naturales forman espectaculares fortalezas, ocupadas en tiempos por asentamientos humanos. Los bosques por los que discurre el sendero han sido utilizados durante siglos para la obtención de materias primas, desde maderas para la construcción a pastos para el ganado. La dificultad y los aspectos técnicos, unidos al precioso paisaje, hacen del sendero un lugar muy interesante para la practica del cicloturismo.

- Ruta del “Bajo Arlanzón y de los Campos de Muñó”: La zona del bajo Arlanzón posee un interesante repertorio de iglesias, torres y palacios. El Campo de Muñó, cerca de la ciudad de Burgos destaca por haber sido el lugar donde ricas familias de Burgos edificaron sus castillos.

El recorrido comienza en la localidad de Albillos, a la que se llega desde la ciudad de Burgos por la carretera que pasa por Villagonzalo Pedernales. En Cayuela destaca su Iglesia parroquial que posee un bello ábside románico y una interesante pila bautismal de la misma época en su interior.

Ya a orillas del Arlanzón, en Cavia destaca la Casa-Fuerte de los Rojas. Tomaremos aquí la autovía que se dirige a Valladolid y tomar la salida a Celada del Camino para visitar su Iglesia parroquial. De nuevo en la autovía tomaremos la salida a Villaquirán de los Infantes; desde este pueblo llegaremos a Los Balbases con su caserío dividido en dos barrios, en torno a sus magníficas Iglesias: la de San Millán y la de San Esteban.

Desde Los Balbases tomaremos la carretera que se dirige al río Arlanzón para llegar a Villaverde Mogina donde destaca el Palacio de los Barahona, del siglo XVII, con grandes escudos en su fachada. Siguiendo la carretera que acompaña al río Arlanzón llegaremos a Pampliega.

Pampliega dispone su caserío en la ladera de un cerro y ofrece una bella imagen desde el Arlanzón. La joya de la localidad es la Iglesia de San Pedro. Seguiremos la carretera que, por la ribera del Arlanzón se dirige a Santiuste y visitaremos Torrepadierne, con su magnífica torre. Las laderas de los páramos que rodean la granja de Torrepadierne se encuentran cubiertas por un denso y bien conservado encinar.

De nuevo en Pampliega se toma la carretera que por Olmillos de Muñó y Mazuela llega a Presencio con interesante conjunto urbano e Iglesia gótica dedicada a San Andrés. Desde Presencio podemos visitar en la vecina Ciadoncha la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Desde Presencio el visitante se dirige a Arenillas de Muñó donde se encuentra la Iglesia de San Pero Protomártir y el Torreón de la Familia Padilla. En Mazuelo de Muñó se conserva un espléndido Torreón Medieval del siglo XV.

Por Pedrosa de Muñó se llega a Arcos de la Llana, final de nuestro itinerario, que conserva una antigua Puerta de la muralla con escudo real, casas solariegas y un antiguo palacio arzobispal. Su Iglesia de San Miguel tiene Torre mudéjar, uno de los escasos ejemplos de este estilo en la provincia.

Gastronomía

Otra de las “joyas” de la villa ducal es su gastronomía. Es reconocida por sus sabores tradicionales que conquistan los paladares. En esta región, se pueden encontrar platos típicos que reflejan la cultura y tradición culinaria local. Uno de los platos más destacados es el Lechazo asado, un cordero joven, que sólo ha tomado leche. Una carne tierna y jugosa que se cocina al horno con leña de encina. Este plato se ha convertido en todo un símbolo.

Además, no se puede hablar de la gastronomía lermeña sin mencionar losVinos de la Denominación de Origen Arlanza. La DO Arlanza nace en el año 2007 con una tradición vinícola que se remonta al siglo X. Las bodegas elaboran vinos principalmente tintos, pero también hay rosados y en menor medida blancos.

También cuenta con una gran tradición de elaboración de bizcochos, con varias fábricas, con más de 80 años de antigüedad, que elaboran bizcochos de huevo, soletilla, rosquillas…

Otro plato tradicional es la Morcilla de Lerma, un embutido elaborado con arroz, cebolla, manteca de cerdo y especias. Esta morcilla tiene un sabor único y se puede disfrutar tanto en tapas como en platos principales.

Las legumbres Arlanza, es un nuevo proyecto nacido en Lerma, que apuesta por la comercialización de legumbres sembradas en nuestros campos. «Lenteja pardina», «garbanzo castellano» o «pedrosillano», alubias blancas, pintas, rojas… se hacen hueco en los mercados por su alta calidad.