Sociedad

Este es es el increíble pueblo medieval escenario de numerosos rodajes de películas y series

Se trata de uno de los pueblos más bonitos de España

Pedraza volvió a llenarse de velas y de música
Pedraza volvió a llenarse de velas y de músicaNacho Valverde/Ical

Los productores y directores de cine siempre se fijan en pequeñas localidades para llevar a cabo sus películas. Y cuando uno conoce uno de los rincones más bellos de nuestro país se enamora y siempre quiere volver a realizar sus obras. Por eso, existe un increíble pueblo medieval que se ha convertido en el municipio elegido para desarrollar muchas series y filmes.

Sus calles adoquinadas y antiguas edificaciones, son protagonistas en muchas películas a lo largo de las últimas décadas. La villa ha aparecido en producciones como “Las chicas del cable”, que recrea la ciudad de Madrid durante los años 20; “La sombra de la ley”, donde representa a la Barcelona de la misma época; “El Ministerio del Tiempo”; “La señora”, que aprovecha su atmósfera de principios del siglo XX; “Jara y Sedal”, que resaltó su belleza natural; y , por último, en “30 monedas” la serie del afamado director español Álex de la Iglesia, que utiliza su encanto para añadir realismo a su trama de terror y misterio religioso.

 

Estas son las series más cercanas en el tiempo. Pero ya antes, en su Plaza Mayor se han rodado varias películas como “La Barraca de los Monstruos”en 1924, “La aldea maldita” en 1929, “El escándalo” en 1943, “Jeromín” en 1953 y “La petición” en 1974. Jaime de Armiñán hizo participar como extras a casi la totalidad del pueblo en 1974 con su película “El amor del capitán Brando”. En 1995 se rodó “Así en el cielo como en la tierra”.

De fuera de nuestras fronteras, Orson Welles rodó “Una historia inmortal” en 1968 y “Mister Arcadin” en 1955. Yves Montand y Louis de Funes con “Delirios de grandeza” en 1971. Series españolas también han sido rodadas como son: “Los desastres de la guerra” y “El pícaro”, “Teresa de Jesús”.

 

Este pueblo medieval de película no es otro que el municipio segoviano de Pedraza, que es considerado uno de los rincones más hermosos de España y se cree que la historia de esta villa medieval comenzó en siglo IV antes de cristo, ya que en la explanada del castillo se han encontrado restos de cerámica realizada a mano que podrían ser de poblaciones celtas.

El pueblo vivió su verdadero esplendor durante la Edad Media. Desde mediados del siglo XIV, Pedraza fue un dominio señorial, algo que se mantuvo hasta comienzos del siglo XIX. Durante ese periodo, en la villa se construyeron gran cantidad de casas nobles cubiertas de blasones. Concretamente, entre los siglos XVI y XVII, el pueblo estuvo en su momento de auge, gracias a la exportación de lana. Los talleres segovianos se hicieron famosos en toda España y la lana castellana abastecía talleres de ciudades del Viejo Continente como Brujas y Florencia.

A día de hoy, gracias al trabajo de restauración de muchas de sus casas y al gran cuidado que tienen sus vecinos, Pedraza puede presumir de ser uno de los pueblos medievales mejor conservados de toda España. Además, desde 2014 forma parte de la Asociación de los Pueblos Más Bonitos de España y en 2019 fue elegido el Pueblo Más Bello de Castilla y León. Además, cuenta con la declaración de "Monumento Histórico".

Son muchos sus atractivos turísticos. - Plaza Mayor: Es la quintaesencia de la Villa. Una plaza castellana hasta la médula, que se ha ido formando poco a poco a lo largo de los años. Irregular, algo anárquica y bastante destartalada, es una plaza hecha a retazos, con derribos aprovechados.

Nadie la diseñó y es hermosa, una de las plazas mayores más hermosas de España. El conjunto más llamativo son las casas porticadas frente a la iglesia. Originalmente dos casas del siglo XVI convertidas luego en cuatro viviendas. Los soportales se añadieron con posterioridad una vez que los señores feudales abandonaron el castillo al perder sus privilegios sobre la Villa. De hecho, los fustes y capiteles de las columnas pudieran proceder del propio castillo.

- Castillo: El castillo es una fortaleza edificada en el siglo XIII y reedificada en el siglo XV. De ese siglo es la torre del homenaje. Dentro del castillo, en la escalera que da paso al aljibe, se conserva el escudo de los Herrera, anteriores a los Fernández de Velasco. Los duques de Frías, condestables de Castilla, volvieron a reformarlo en el siglo XVI de donde data la estructura que actualmente se ve. A este castillo se vinculan sucesos históricos como la prisión de los hijos del rey de Francisco I de Francia desde 1525 a 1529 y también alguna que otra leyenda. En 1926, cuando lo adquirió el pintor Ignacio Zuloaga, el interior del castillo estaba arruinado. Restauró una de las torres, donde instaló un taller y pintó paisajes y retratos de las gentes de Pedraza.

 

Los herederos del artista han habilitado una segunda torre como Museo Zuloaga donde se exponen de forma rotatoria obras del pintor y en ocasiones algunas otras obras del patrimonio familiar como un “Cristo” del Greco, un retrato de “La Condesa de Baena” de Goya y algún bodegón flamenco del siglo XVII. El Museo, el patio de armas y el aljibe se pueden visitar en grupos guiados de miércoles a domingo, los días laborales visitas concertadas por teléfono 921 509 825. Actualmente se ha inaugurado un Museo Taurino "Ignacio Zuloaga", instalado en una sala de la hostelería Zuloaga, que muestra auténticas reliquias del pintor eibarrés.

- La Calle Real: Nunca cambio su nombre. Es evidentemente la espina dorsal del pueblo. Conduce hasta la Plaza Mayor y desde allí la calle Mayor apura hasta el castillo. Los edificios más notables están en esta “milla dorada”; enseguida llama la atención una casa con balcón de esquina: es la llamada "Casa de Pilatos", un caserón del siglo XVI que perteneció a la familia Ladrón de Guevara.

Enfrente, obligando a la calle Real a hacer un quiebro, se asienta otra de las casas pedrazanas con más sabor cuyo último de sus tres pisos es un entramado de madera y ladrillo característico del medievo. En el último tramo antes de llegar a la Plaza Mayor y en su lado impar se hallan los escudos de los Pérex, de los Salcedo, de los Velasco y Ladrón de Guevara, familias que lo ocuparon a comienzos del siglo XVIII.

- La Cárcel de la Villa: Edificio medieval del siglo XIII y reconstruido en el siglo XVI propiedad de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza que se abrió al público el 1 de abril de 1994 gracias al esfuerzo de la Fundación Villa de Pedraza, que desde entonces la gestiona y cuyos guías colaboradores se ocupan de mostrarla.

El visitante podrá ver cómo era una mazmorra, el cepo de pies para inmovilizar a los presos, un grillete para el cuello, la gran chimenea con escudo, los retretes de "caída libre", las lóbregas mazmorras de los pisos bajos y las originales celdas de madera, el camastro de los presos y un largo etcétera.

- Puerta o Arco de la Villa: Es la única puerta de acceso al municipio. Portones de álamo negro. Arco con dibujo de ladrillo mudéjar. En la parte superior central, escudo del Señorío de Velasco. En las paredes, a ambos lados de la puerta, esgrafiado.

- Iglesia de San Juan Bautista: Situada en el lado sur de la Plaza Mayor, nos deja apreciar restos de su original estilo románico, como su altiva torre con arquería en su cima y el ábside que ahora se puede apreciar desde la pequeña plaza recuperada para regocijo del visitante a la que se tiene acceso desde la Plaza Mayor a través de un pasadizo situado casi bajo la torre. El antiguo estilo románico sufrió un revestimiento que ha dotado al interior del templo de un singular encanto.La pila bautismal es una notable pieza románica del siglo XIII.

Gastronomía

Pedraza asentó sus inicios gastronómicos en los corderos asados para feriantes y los guisos de la fonda. Hoy ejerce una fascinación casi mágica entre los excursionistas que ofician el rito de los antiguos tratantes; pero también entre los gourmet más avezados que gustan de combinar sabores nuevos en un entorno exquisito, donde lo viejo y lo nuevo se tienden la mano. Por este motivo destaca por las carnes asadas en hornos de leña.

 

En repostería destacan los soplillos, el ponche segoviano y una muy variada bollería, todo elaborado artesanalmente en los hornos de sus tahonas.