Turismo
¿Dónde se encuentra el pueblo medieval más bonito de España?
Entre sus atractivos cuenta con numerosos símbolos templarios
Son muchos los pueblos medievales de extrema belleza existentes en España. La mayoría de ellos destacan por su riqueza histórica y patrimonial, así como por su magnífico entorno natural. Y es que las ciudades medievales estaban rodeadas de altas murallas para su protección y algunas contaban con una fortaleza construida dentro del recinto de la ciudad conocida como ciudadela. En sus puertas se cobraban los impuestos sobre las mercancías que entraban en la ciudad. Sus edificaciones han pasado a nuestros días, convirtiéndose en referentes turísticos, y uno de los puntos preferidos por los turistas.
Son muchos los ejemplos que existen en nuestro país, pero los internautas han elegido a uno de ellos por su singularidad y los numerosos atractivos. Este pueblo es la villa segoviana de Maderuelo, catalogada como Conjunto Histórico-Arstístico, y situada sobre una gran colina, rodeada por el embalse de Linares. Es el inicio de las Hoces del Río Riaza.
En el siglo X la villa fue repoblada por el conde castellano Fernán González y posteriormente saqueada por ejércitos de Almanzor. Un siglo después, debido a su situación privilegiada se fortifica con un castillo y una muralla, convirtiéndose en cabeza de la Comunidad de Villa y Tierras de Maderuelo, con numerosas aldeas bajo su autoridad, y llegó a reunir una decena de parroquias.
Hacia finales del siglo XI se erige la interesante ermita de la Veracruz, y se encontraron en la localidad restos de trece templos distintos. Como villa de realengo, hasta el siglo XV Maderuelo será intercambiada por las dinastías reales. De doña Leonor de Navarra a don Juan de Aragón y de Sicilia, que nombra regidor a Don Diego de Sandoval. Al subir al trono navarro don Juan realiza el trueque de esta villa por la de Castrogeriz en 1430. Es así como Maderuelo pasa a manos de Don Álvaro de Luna, valido del rey Juan II de Castilla. En el tiempo de los Reyes Católicos era regidor Gabriel Fernández Manrique, conde de Osorno, que cedió su gobierno a don Juan Pacheco, marqués de Villena.
Más adelante, durante el Trienio liberal, por el Real Decreto del 27 de enero de 1822 se anexiona Maderuelo y otras poblaciones segovianas a la provincia de Burgos. Lo derogó Fernando VII un año más tarde. En el año 1951 se inauguró el embalse de Linares, en el río Riaza. Esto sumergió el pueblo de Linares del Arroyo, provocando el práctico despoblamiento de Maderuelo. Esa condición de lugar casi despoblado indujo al naturalista Félix Rodriguez de la Fuente a promover el Refugio de Aves Rapaces de Las Hoces del Riaza, inaugurado en el año 1975.
En estos momentos cuenta con alrededor de 200 habitantes y el turismo y la agricultura son los principales sectores económicos. Rodeada por el embalse de Linares, en Maderuelo se dan cita iglesias románicas, edificaciones con simbología templaria o restos arquitectónicos de la época musulmana, lo que le hacen aún mucho más atractivo. Desde el año 2000 se lleva celebrando el último fin de semana de agosto una «Fiesta Medieval», que pretende mostrar la vida medieval transportándonos al siglo XII con la recreación de pregones, alardes, desfiles, teatro, artesanos, juicios según fuero, escaramuzas, combates, batallas, pasacalles, desafíos con arco y a espada a finales del mes de agosto.
Muchos son los sitios que visitar, pero una visita ideal es la que se inicia observando las murallas, que conserva buena parte de los lienzos y el «Arco de la Villa». Tenía cuatro puertas y el castillo integrado en el extremo oriental; la población tuvo de ocho a diez parroquias y llegó a constituir arrabales, que se despoblaron en el siglo XIV. De estos signos aparentes de prosperidad religiosa se conserva la parroquia de Santa María y las ermitas de San Miguel, Veracruz y Castroboda.
La estructura del caserío es irregular, con predominio de estrechas y alargadas manzanas adosadas a la muralla y su relleno parcelario con tamaños y formas diversas que parecen proceder de alteraciones sucesivas. Se distinguen dos largos ejes longitudinales de perfil alabeado, que convergen en las puertas de los extremos del recinto y que se enlazan por múltiples callejones transversales abiertos a lo largo del tiempo. El conjunto, es un ejemplo representativo de burgo medieval defensivo.
Arco de la Villa: Entrada emblemática que protege el acceso suroeste. Aún conserva los cerrojos, la poterna y unas gruesas puertas de madera acorazada, con adornos y policromía, blindaje del siglo XV. Hasta principios del siglo XX disponía de foso y puente.
Este conjunto defensivo se configura con una entrada abovedada cuya abertura intramuros es un alto arco de medio punto y la exterior un arco apuntado. Adosado al arco exterior hay otro de medio punto, más alto, con un gran hueco central o buhedera y realiza la función de matacán para proteger el acceso.
Torreón del Castillo: Es uno de los últimos vestigios del castillo que protegía el acceso norte y fue habitado por los condes de San Esteban. Sufrió los despiadados efectos de numerosos rayos que han derribado parte de sus muros. Aún se aprecian la disposición cuadrada de este baluarte, en cuyo subsuelo existe un aljibe.
Iglesia-Palacio de San Miguel:Conjunto formado por la antigua parroquia del siglo XII sin culto, y una vivienda adosada, hoy privada. Sus muros formaron parte del conjunto defensivo oeste y ha sufrido profundas remodelaciones. En el siglo XV se adosó una segunda nave rectangular, rematada con una pequeña espadaña.
El campanario-torreón de la primitiva ermita románica de ábside semicircular, se convirtió en vivienda. En su sobrio interior existen varios enterramientos enmarcados en arcos góticos, destacando la lápida de la familia Hermosa. Reconstruida en 1981 gracias a la labor conjunta del Ayuntamiento y la Junta de castilla y León, se ha convertido en un edificio de gran actividad social y cultural.
Ermita de la Veracruz: Nacida como parroquia quedó “reducida a mera ermita en la que se oficiaba misa todas las fiestas de la Cruz y de Apóstol” afirmaba Don Bartolomé de Alba en el siglo XVIII en una visita pastoral. Declarada Monumento Nacional en 1924, esta sencilla ermita templaria sorprendió al mundo por albergar uno de los mejores conjuntos de frescos románicos castellanos.
En 1950 la construcción del embalse dio lugar a su expropiación y obligó a trasladar los frescos al Museo del Prado, quedando unas débiles improntas en los muros, apreciadas como un tesoro por los vecinos. Es el templo más antiguo y parece estar reedificada sobre una ermita visigótica. La tradición habla de que tuvo una cofradía dedicada al enterramiento de los vecinos difuntos y a obras pías y que, según algunos, los templarios custodiaron aquí uno de los «Lignum Crucis» que llegaron a la peninsula.
Ermita de Castroboda: Templo construido a finales del siglo XVIII que los vecinos levantaron con su esfuerzo para albergar a la patrona de Maderuelo. En su edificación se usaron los materiales de la ermita de San Roque, situada en el mismo lugar al lado del cementerio, quizá porque este santo es el protector contra la peste, siendo ahora la Virgen de Castroboda, la que vela por el eterno descanso de los hijos difuntos de la Villa. Interesante edificio construido en estilo neoclásico con interior barroco decorado con yeserías.
También resulta interesante callejear entre los pasajes empedrados, sin rumbo fijo, dejándose envolver por el sonido de la naturaleza. Y así, por arte de magia, podemos disfrutar de unas vistas impresionantes del embalse de Linares o descubrir una catapulta medieval situada en la Bajada Alcacer, justo a espaldas de la iglesia de Santa María.
Maderuelo y el Parque Natural de las Hoces del Río Riaza se han convertido en el paraíso de los aventureros, ya que se puede practicar piragüismo, windsurf, darse un paseo en barca, pescar o bañarse. También se pueden hacer excursiones a caballo, numerosas rutas de senderismo o bicicleta de montaña y observaciones ornitológicas:
- Ruta por las Hoces del Río Riaza: Las hoces del río Riaza, senda 4, es una ruta de 11,4 kilómetros con un desnivel de subida de sólo 275 metros y 387 de bajada; es un recorrido travesía que se puede realizar en tres horas y media. Se puede realizar durante todo el año excepto el invierno. Desde el 1 de enero hasta el 31 de julio hay que solicitar permiso en la Casa del Parque.
- Ruta II por las Hoces del Río Riaza: Es una travesía de 12,72 kilómetros que se pueden recorrer en tres horas y media al ser un recorrido prácticamente llano, con un desnivel de subida de 120 metros y 221 de bajada. La ruta se puede hacer durante todo el año y hay que pedir permiso a la Casa del Parque de Montejo del 1 de enero al 31 de julio.
- Ruta por la Hoz de Valdevernés: Es una travesía de 15,88 kilómetros para recorrer en unas cuatro horas y media; el desnivel de subida es de 321 metros y el de bajada 150; aunque se puede hacer durante todo el año, se recomienda hacerlo en primavera y otoño.
Gastronomía
Uno de los platos estrella de la zona es el jugoso cordero lechal asado. Además, los quesos y el vino también son perfectos para disfrutar de una experiencia gastronómica plena, sin olvidarse de la morcilla y otros productos de la matanza.
Para disfrutar de esta oferta los mejores restaurantes de la zona son:
- La Posada del Medievo: Esta casona románica, ha sido rehabilitada manteniendo los elementos arquitectónicos más destacables, como el arco de dos arquivoltas de la entrada, rematado por un curioso escudo de época posterior perteneciente a una de las familias nobles que en su día habitaron la villa. Entre sus platos estrellas se encuentran el surtido de ibéricos, la sopa castellana, los judiones con pie de cerdo, el bacalao y, como no, las carnes; el solomillo de buey, el entrecot, la perdiz escabechada y el cordero lechal.
- El Mirador de los Templarios: Restaurante de primer nivel situado a unos cuantos metros de la entrada de la puerta grande de Maderuelo. La comida es de primera calidad siendo el plato estrella el lechazo asado.
- Restaurante Veracruz: Este restaurante de estilo rústico situado en el paraje natural de El Molino, a orillas del pantano de Linares, es el lugar ideal para celebrar el banquete de vuestra boda en un lugar rodeado de naturaleza y de encanto. Es famoso por los alrededores por sus platos de cocina al más estilo tradicional segoviano, siempre utilizando materias primas de primera calidad y típicas de la Región.
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