Tras cerrar el 2024 con unas pérdidas netas de 29 millones de euros, el Grupo Antolín iniciaba una reorganización de su huella industrial, que ha incluido el cierre de instalaciones en España, Alemania y Sudáfrica, como parte de su plan de transformación.

La multinacional burgalesa, proveedor global de soluciones tecnológicas para el interior del automóvil, ha formalizado un préstamo sindicado por valor de 150 millones de euros, con un plazo de vencimiento de siete años y 18 meses de carencia, para impulsar su Plan de Transformación.

La multinacional ha acudido al plan de avales del ICO (Instituto de Crédito Oficial), diseñado para reforzar el acceso a la financiación de las empresas con exposición a aranceles de EEUU, y a cinco bancos con los que opera habitualmente (BBVA, HSBC, Caixabank, Santander y Sabadell), ha informado en nota de prensa.

La operación, en la que PwC ha asesorado a Antolin, permite extender la vida media de la deuda y aumentar la posición de liquidez, lo que refuerza la solidez financiera de la compañía, y proporciona a la compañía un margen operativo adicional.

Este crédito se enmarca en la estrategia de Antolin por optimizar su estructura financiera y consolidar su plan de transformación, con el que busca avanza hacia un modelo de negocio más eficiente, innovador y sostenible.

De cara a 2025, Antolin prevé una facturación de entre 3.800 y 3.900 millones de euros así como mantener la ratio de deuda neta sobre ebitda en el entorno de las tres veces.