Sociedad

El III Congreso sobre Control Interno Local de Palencia propone reformular las medidas sobre el control interno e incrementar el personal de la administración local

El consejero Carlos Fernández Carriedo apuesta, en la clausura del encuentro, por una mejor coordinación para exista un control financiero en las administraciones

El consejero de economía de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, junto a la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, y al interventor general del Estado, Pablo Arellano, clausuran el Congreso
El consejero de economía de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, junto a la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, y al interventor general del Estado, Pablo Arellano, clausuran el CongresoBrágimoIcal

“Durante estos dos días de intensas discusiones y presentaciones, hemos compartido valiosos conocimientos y experiencias que, sin duda, enriquecerán nuestras prácticas y estrategias en este ámbito fundamental. Además, hemos identificado tendencias emergentes y áreas de enforque clave para el fortalecimiento de los procesos de control interno en las entidades locales”, anuncióla subdirectora general de Estudios y Coordinación de la Intervención General de la Administración del Estado, Mercedes Vega García, en el marco de las conclusiones que se han alcanzado en el III Congreso sobre Control Interno Local que se ha presentado bajo el lema ‘Consolidando el modelo, fortaleciendo la profesión’ y que se ha venido desarrollando desde ayer en el Teatro Ortega de Palencia.

Un simposio nacional, coorganizado por la IGAE) y la Diputación de Palencia, que ha atraído ha atraído a 450 profesionales de la administración local, récord de participación, y que obtenido un éxito rotundo según todos los protagonistas del evento.

Las medidas incorporadas en el Real Decreto de Control Interno Local “están bien orientadas a los fines perseguidos, aunque aún hay mucho camino por recorrer, no sólo en su aplicación, sino, a la vista de la experiencia acumulada o los resultados del control externo, en su ajuste o reformulación para adaptarlos a la realidad actual de la gestión local, con una especial mención de los ponentes en este punto a las limitaciones derivadas de la escasez de recursos humanos que está atravesando la administración”, subrayó Vega.

Y añadió: “En un entorno de avances tecnológicos vertiginosos en la gestión de datos y la aparición de herramientas, como la Inteligencia Artificial (IA), las administraciones no pueden quedarse al margen y, en consecuencia, tampoco el control interno, sin perjuicio de que no resulten herramientas fácilmente incorporables en nuestro día a día.

En este punto los ponentes destacaron también la importancia que adquiere en este contexto la disponibilidad de datos de calidad que permitan los cruces y análisis necesarios, algo que no siempre ocurre, por lo que es importante trabajar en la mejora de estos aspectos”.

En la presentación de estas recapitulaciones también participó la interventora general de la Diputación de Girona, Núria Josa Arbonès, quien señaló que “el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación ha pasado de ser un elemento auxiliar en la tarea del interventor a convertirse en un factor determinante en la implantación exitosa de un modelo de control eficaz”.

Jaime Porquet Colomina, interventor de la Diputación de Huesca, también intervino en la lectura de las conclusiones. “La búsqueda de la calidad de los trabajos de auditoría es irrenunciable y debe ser el objetivo de las organizaciones, sean públicas o privadas, por profesionalidad y reputación, desde la mejora de los procesos de supervisión hasta la implantación de sistemas más sofisticados con departamentos de calidad siguiendo de forma estricta las normas internacionales”.

La última intervención en este epílogo corrió a cargo de la interventora general de la Diputación de Palencia, Mª Inmaculada Grajal Caballero, que habló sobre la discutible existencia de un cambio de cultura del control en las entidades locales. “Hay aspectos que apuntan hacia cambios de fondo, como en el avance en la sistematización del control posterior, en el desarrollo de la sistemática antifraude y del control posterior, que abre la posibilidad a una evaluación de las políticas públicas, facilitando formas de participación y opinión ciudadanas, en la aplicación de técnicas de análisis de datos que se generan en la gestión para obtener de ellos información para el mejor ejercicio de sus funciones de control y en las tendencias internacionales en lo referente a la implementación de sistemas de control integral”.

Perfil del Interventor

“El perfil profesional del interventor local en el siglo XXI” arrancó hoy, 6 de octubre, la segunda jornada de este simposio nacional, coorganizado por la IGAE y la Diputación de Palencia. En esta mesa redonda han participado el jefe de servicios de organización administrativa de la Universidad de Oviedo, Antonio Arias Rodríguez; la interventora general del Ayuntamiento de Sevilla, Sara Hernández Ibabe; la titular del órgano de contabilidad de Pozuelo de Alarcón, Elena Garrido Ortega; y el vicepresidente del Consejo General de Secretarios, Interventores y Tesoreros (Cosital) e interventor general del Ayuntamiento de Caldas de Reis, José Antonio Rueda de Valenzuela, como moderador. Este último indicó: “La lista de funciones de un interventor parece que no se acaba nunca. El día a día nos abruma y no hay tiempo para formarse”.

Antonio Arias apuntó, como la mayoría de los participantes en este foro, que la labor del interventor era solitaria, difícil “y exige una cierta solidez emocional; estáis solos ante el peligro. No obstante, sois unos de los profesionales de la administración pública más cualificados. La faceta auditora del interventor es inconcebible sin la tecnología. La Inteligencia Artificial será vuestro colaborador más inmediato y os librará de muchas tareas que os dará resueltas”. En lo concerniente a las habilidades sociales (pensamiento crítico/solución de problemas, creatividad, curiosidades…), subrayó que este profesional debería mejorar en este tipo de capacidades. “El interventor es un tecnólogo, pero debe formar parte de la organización, participar en equipos y relacionarse socialmente”.

“Es una necesidad absoluta que se produzcan cambios que puedan contribuir a la mejora de la profesión”, resaltó Sara Hernández. “La tecnología nos impulsa a los cambios, pero el verdadero motor de esos cambios es la evolución de la profesión. El perfil controlador del interventor debe ceder paso al rol de colaborador, aunque no como facilitador. Hay que introducir nuevos ámbitos de conocimiento en la profesión para optimizarla, así como someterla a un reciclaje. Somos directivos públicos profesionales; nos falta introducir la ética y la integridad y dar a conocer nuestras funciones. Hay futuro. Es una profesión atractiva para la gente que quiera hacer algo por el bien común”.

En relación a los procesos selectivos de personal, Elena Garrido fue clara: “Todos defendemos el sistema de oposición, aunque debería adaptarse a las nuevas necesidades e introducir en el ejercicio práctico del examen el control financiero y la fiscalización y en el curso selectivo, las habilidades sociales. Nosotros no somos gestores, eso hay que dejarlo claro, no decidimos”. En su alocución habló también de la crisis vocacional. “Es un trabajo bonito y transversal y tenemos que formar parte de la organización. Aunque hay que hacerlo más atractivo para que los jóvenes muestren interés por unos puestos de trabajo con tanto empaque”.

Ponencias

Dos ponencias se han expuesto de forma paralela en la segunda mitad de la mañana: “El control de la legalidad en los pequeños municipios: la superposición de funciones de secretaria e intervención” ha sido conducida por la secretaria-interventora de la localidad pacense de Medina de las Torres y la jefa del Servicio de Atención a Municipios de la Diputación de Burgos, Mónica Mediavilla Pascual, y ha sido expuesta por la secretaria-interventora del Ayuntamiento de Medina de las Torres, Inmaculada Jiménez Llanos. Mientras, en otra de las salas del citado coliseo palentino, se ha hablado al mismo tiempo de la gestión de la calidad de una auditoría de estados financieros, conversación vertebrada por el director de la Oficina Nacional de Auditoría de la Intervención General del Estado, Jorge Castejón González, y el auditor nacional director del Área de la Oficina Nacional de Auditoría de este mismo organismo, Cándido Gutiérrez García.

Nueva cultura del control

La última mesa redonda de este encuentro bienal momentos antes de la presentación de las conclusiones y en ella reflexionaron sobre la evolución de la cultura del control en las entidades locales. El director de Fiscalización del Consejo de Cuentas de Castilla y León, Santiago Martín Nájera, ejerció como moderador de este coloquio que contó con la presencia del auditor del Consello de Contas de Galicia, Eloy Morán Méndez; el interventor del Ayuntamiento de Valladolid, Rafael Salgado Gimeno; el auditor de la Sindicatura de Comptes de la Comunidad Valenciana, Joaquín Izquierdo Peris, y el viceinterventor de la Diputación de Girona, Ernest Ruiz García.

“Al nuevo modelo de gestión del control interno de las entidades locales aún le queda mucho camino por recorrer”, aseveró Eloy Morán.

Por su parte, Rafael Salgado apuntó: “Estamos en un mundo cambiante y todos los profesionales, incluidos los que nos dedicamos al control interno, debemos ser parte activa de esa transformación”. “Hay que ser transparentes en los indicadores de resultados de las políticas públicas. El contribuyente espera esa respuesta de los que trabajamos en este ámbito”, aclaró Joaquín Izquierdo.

“El cambio de cultura en el modelo del control financiero es un proceso lento, pero necesario, y debe ser integral. El control interno y el externo deben coordinarse para garantizar una mayor eficacia y eficiencia en nuestra profesión”, reclamó Ernest Ruiz.

Tras otorgar el Premio CCIL a la Mejor Trayectoria Profesional en materia de Control Interno Local en un emotivo y aplaudido acto a José Fernando Chicano Jávega, interventor del Ayuntamiento de Tarragona, se dio paso a la clausura de este foro bienal que corrió a cargo de la presidenta de la Diputación de Palencia, Mª Ángeles Armisén Pedrejón; del interventor general del Estado, Pablo Arellano Pardo; y del consejero de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo.

El representante del Gobierno regional apostó por mejorar la coordinación entre las administraciones. “Castilla y León tiene 2.248 municipios. Ninguna otra comunidad tiene tantos como tenemos nosotros y por eso aquí es fundamental la coordinación en el ámbito de la fiscalización interna para que exista un control financiero en las miles de corporaciones locales”.

Fernández Carriedo quiso resaltar la figura de los interventores cuyo desempeño se puso sobre la mesa durante la celebración de este simposio de carácter nacional que reunió a 450 profesionales de las administraciones para intercambiar experiencias, aprovechar sinergias e insistir en la necesidad de reforzar el control interno en las administraciones como "garantía de transparencia".

“Los interventores son los que tienen que certificar que las administraciones cumplen con la ley y los estatutos financieros como, por ejemplo, que se ajustan al periodo medio de pago de proveedores o todo lo relativo al nivel de endeudamiento”, aseguró el consejero.

Para Fernández Carriedo es fundamental que los interventores puedan desarrollar su labor con “independencia de la administración local”. “Siento respeto, admiración y es cierto que siempre se siente cierto temor por parte de todo gestor público hacia los propios interventores pero es importante trabajar para mejorar”, insistió, que quiso recordar también que la figura de los interventores es sinónimo de “garantía de la efectiva gestión de los fondos públicos”. “Son base fundamental para el ejercicio de la democracia en nuestro país”, finalizó.