Patrimonio
El impresionante castro celta que cuenta con el mayor campo de piedras hincadas de Europa
Está considerado como uno de los mejores ejemplos de poblados fortificados
El paso de numerosos pueblos por nuestro país ha posibilitado que España cuente con uno de los mayores patrimonios monumentales del mundo. Nos podríamos centrar en cualquiera de ellos, pero en esta ocasión lo vamos a hacer en el pueblo celta. Y lo hacemos porque un castro de nuestro país cuenta con el privilegio de albergar el mayor campo de piedras hincadas de Europa.
Los celtíberos fueron el pueblo prerromano que habitaban desde finales de la Edad del Bronce (aprox. siglo XIII a. C.), hasta la romanización de Hispania (siglos II-I a. C.), la zona de la península ibérica llamada Celtiberia por las fuentes clásicas.
Es difícil precisar cómo llegaron las influencias celtas a los indígenas durante la Edad del Bronce. La cultura material resultante es claramente distinguible de los modelos celtas centroeuropeos (Cultura de Hallstatt y La Tène).
Hacia el siglo III a. C., comienza un proceso de formación de núcleos urbanos más grandes, en detrimento de los pequeños asentamientos fortificados que los celtíberos habitaban hasta entonces. Poco después, adoptan el silabario íbero, dejando en escritura celtibérica inscripciones en monedas y documentos. Tanto las inscripciones encontradas en escritura celtibérica y escritura latina, documentan la lengua celtibérica como lengua celta, según señala wikipedia.
A comienzos del siglo II a. C. entraron en contacto con las potencias mediterráneas, y fueron descritos por historiadores como Ptolomeo, Estrabón, Marcial o Tito Livio entre otros. Los romanos los consideraban una mezcla de celtas e íberos, diferenciándose así de sus vecinos, tanto de los celtas de la meseta como de los íberos de la costa. Plinio el Viejo afirma que los celtas de Iberia han emigrado desde el territorio de Celtici Lusitania, que él parece considerar como el asiento original de toda la población celta de la península ibérica que incluye los celtíberos, en el terreno de la identidad de los ritos sagrados, el lenguaje y los nombres de las ciudades.
Tras organizar una dura resistencia (guerras celtíberas), los pueblos celtíberos fueron romanizados durante el siglo II y el siglo I a. C. En el marco de las Guerras Sertorianas ocurrieron los últimos episodios formales de rebelión.
Los celtas no practicaban la escritura. Los celtíberos sí, utilizando el alfabeto de los iberos. Sus creencias religiosas estaban vinculadas con las divinidades y los rituales funerarios celtas, como los enterramientos en necrópolis de incineración.
Pues uno de los castros celta más impresionantes de nuestro país cuenta con el privilegio de ser el mayor campo de pidras hincadas de Europa. Este yacimiento es el de "El Castillo", situado en el municipio salmantino de Saldeana. Es uno de tres castros visitables en Salamanca, junto con el castro de las Merchanas, y el castro de Yecla de Yeltes, en el Oeste salmantino, dentro del parque natural de Arribes del Duero.
El de "El Castillo" está situado en la margen derecha del río Huebra, en su confluencia con el Arroyo Grande, en un espigón natural levemente amesetado, y flanqueado al este, sur y oeste por unos importantes barrancos graníticos de corte vertical, de más de un centenar de metros. Situado a pocos kilómetros de la población de Saldeana, se accede a él a través de los caminos de El Sendero de los Molinos y el de los Miradores, y este último circunda el recinto permitiendo apreciar las arribes del Huebra y su inexpugnable ubicación natural.
Con una extensión cercana a las cuatro hectáreas, es fácilmente apreciable sus defensas artificiales junto a las naturales. En primer lugar, cuenta con el campo de piedras hincadas de un ancho cercano al centenar de metros diseñado para impedir el avance tanto a pie como a caballo, algunas de gran altura.
Segundo, se halla protegido por la muralla perimetral de gran espesor y ataludada realizada en mampuesto irregular a hueso sin argamasa adaptada al terreno y sin ángulos y en algunos puntos de una altura considerable. En ella se abren dos puertas en embudo sitas al norte y este del recinto.
Datado en la II Edad de Hierro en torno al siglo V a. C. guarda muchas similitudes con otros cercanos de la provincia como por ejemplo entre otros el vecino de La Saldañuela/El Puerto, o los de Las Merchanas, La Plaza, Lerilla o Irueña. Como estos últimos conserva su continuidad en época romana y visigoda.
El castro permaneció activo hasta época medieval, con intermitencias. Los romanos lo llamaron Saltus Dianae o Santuario de Diana y los cristianos Castillo de Saldeana. Su estado de conservación actual permite su visita y estudio. En el Centro de Visitantes de Lumbrales hay información sobre los castros vetones de la comarca.