
Medio ambiente
Inquietud en Miranda de Ebro por el malo olor y el color marrón del río Bayas una semana después del vertido industrial
El Ayuntamiento expresa su inquietud por los efectos a corto o medio plazo que pueda tener en las aves acuáticas el consumo de agua o los peces muertos

Preocupación en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro por el mal olor que sigue habiendo en la ciudad tras el vertido industrial de hace una semana en el río Bayas.
El Ayuntamiento está a la espera de conocer el resultado de la investigación realizada por la Guardia Civil y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) tras la aparición, el viernes 1 de agosto, de peces muertos en este afluente del Ebro que además mantiene el agua 'marrón' siete días después del vertido, que según las primeras investigaciones fue accidental.
Inquieta especialmente el daño al ecosistema acuático vaya a tener el derrame tóxico, que causó la muerte de peces, aunque no afectó a otra fauna como cangrejos o renacuajos.
Asimismo, hay preocupación por la posible eutrofización de aguas estancadas a lo largo del río" y los efectos a corto o medio plazo que pueda tener en las aves acuáticas el consumo de agua o peces muertos por el vertido.
Desde el Ayuntamiento que preside Aitana Hernnado valoran la investigación realizada por la empresa supuestamente responsable del vertido -Azucarera- para esclarecer lo sucedido y las medidas adoptadas para detenerlo, tiene que ser la Guardia Civil y la Confederación Hidrográfica del Ebro los que determinen las responsabilidades y el alcance.
Agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) recogieron muestras de agua, que han sido remitidas Laboratorio de Calidad Ambiental de la Junta de Castilla y León, así como peces muertos, para someterlos a una necropsia, e iniciaron una investigación sobre lo ocurrido.
Será su informe oficial, que remitirán al juzgado, junto con la investigación realizada por la propia CHE los que determinen cómo se produjo el vertido, la gravedad del mismo y a qué respondió la presencia de peces muertos.
Los primeros datos apuntan a un vertido accidental, y puntual, que quedó controlado, si bien sus efectos se siguen viendo en el río en forma de un agua marrón y con mal olor, como ha denunciado el Ayuntamiento
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