El obispo de Ávila se suma al llamado del Papa por una comunicación pacífica y esperanzadora

Con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra este domingo 1 de junio, como es costumbre coincidiendo con la solemnidad de la Ascensión del Señor, el obispo de Ávila, Monseñor Jesús Rico, ha lanzado un mensaje centrado en la necesidad urgente de promover una comunicación basada en la esperanza, el respeto y el encuentro.

En su reflexión, titulada «Una comunicación desarmada y desarmante», Monseñor Rico recuerda el mandato de Cristo resucitado —»id al mundo entero y anunciad el Evangelio»— como una vocación universal que convierte a todos los cristianos en comunicadores de la Buena Noticia. Frente a un contexto marcado por la polarización, el ruido y los discursos de odio, el obispo ha hecho un llamado a “desarmar la comunicación” y purificarla de toda agresividad.

“Hoy se usa la palabra como un puñal”, ha citado el obispo, recogiendo palabras del papa Francisco. Por ello, considera que estamos necesitados de «palabras que sanen, que tiendan puentes, que reconozcan el dolor, pero también la belleza escondida en las grietas del mundo». “La verdadera esperanza no es un optimismo superficial, sino una virtud profunda, capaz de transformar vidas”, ha afirmado.

El mensaje también ha puesto en valor el papel de los profesionales de los medios de comunicación, a quienes anima a mirar la realidad “con ojos limpios” y a contar esas historias de bien que no siempre ocupan los titulares, pero que sostienen el entramado social: voluntarios, jóvenes solidarios, familias resilientes, catequistas silenciosos… “Vosotros, comunicadores, sois ‘buscadores de oro’ que encuentran pepitas de esperanza en medio del ruido”, ha señalado.

Desde Ávila, tierra de Santa Teresa —“mujer de palabra encendida por el amor de Dios”—, el obispo ha invitado a todos a ser “comunicadores de esperanza”, capaces de escuchar antes de hablar, de dialogar sin imponer, de construir puentes en lugar de levantar muros.

El mensaje concluye con un deseo expreso de Mons. Rico para todos los que trabajan en el ámbito de la comunicación, en el que les anima a elegir “consciente y valientemente el camino de la comunicación pacífica”, tal como lo expresara León XIV en su encuentro con los periodistas nada más terminar el cónclave.