Economía

El presidente de Vitartis apuesta por “regular” a los migrantes que vengan a trabajar en la industria agroalimentaria para acabar con la falta de mano de obra

Santiago Miguel Casado considera el salario emocional “casi tanto o más importante” que el económico para atraer y mantener el talento en el sector

El presidente de Vitartis participa en "Los Desayunos de Ical"
El presidente de Vitartis participa en "Los Desayunos de Ical"Leticia Pérez/Ical

El nuevo presidente de Vitartis, Santiago Miguel Casado, apuesta por “regular” a los migrantes que vengan a trabajar en la industria agroalimentaria de Castilla y León para acabar con la falta de mano de obra en un sector “muy intensivo” y que, por ubicarse en el medio rural, cuenta con un “hándicap” ante una realidad en la que “la población no tiene atractivo para vivir en ese medio”.

Por ello, y debido a esa necesidad de mano de obra de las empresas del sector agroalimentario y la existencia de “personas que quieren trabajar” y que proceden de otros países, el nuevo responsable del clúster de la industria agroalimentaria de Castilla y León abogó por “regular que las personas que vengan, lo hagan con la capacidad y la autorización de hacer el trabajo que se está demandando”.

Y es que, según el propio Santiago Miguel Casado, “hay determinadas actividades que los nacionales no estamos dispuestos a hacer”, por lo que sugirió acabar con la situación por la que “si tú tienes una persona que quiere trabajar y hay una empresa que necesita de esa mano de obra y no la puede contratar porque estaría incurriendo en una irregularidad, no se cubre la necesidad que tiene ninguna de las dos partes”.

No obstante, esta es solo una de las apuestas que el presidente de Vitartis enarboló, durante su participación en ‘Los desayunos de Ical’, para hacer más atractivo el sector de cara a atraer trabajadores, tras revelarse esta como la primera preocupación de los responsables de la industria agroalimentaria en la última encuesta realizada por el clúster del sector en Castilla y León.

Es, de hecho, el problema de máxima gravedad para el sector según el 21 por ciento de los encuestados por Vitartis. Un dato que se dobla en el medio plazo, ya que el 42 por ciento de los participantes en la encuesta considera que la formación y capacidad de los empleados será el principal problema del sector en un horizonte de cinco años.

Un temor, superior al del marco regulatorio como principal problema actual para el 18 por ciento de los encuestados, que se llevará al III congreso de la Industria Alimentaria de Castilla y León que, bajo el nombre ‘Crecer haciendo crecer’, se celebra en el Fórum Evolución de Burgos los próximos 23 y 24 de mayo. Allí, dos mesas redondas abordarán esta cuestión de manera directa: ‘Creciendo en las personas’ y ‘Creciendo en creatividad’, donde se trazarán diferentes estrategias para la atracción y retención del talento en el sector.

En ese sentido, y durante ‘Los desayunos de Ical’, Santiago Miguel Casado puso sobre la mesa el proyecto ‘Retina’, impulsado por Vitartis, para “identificar” y conocer las preferencias de los profesionales, optimizar la gestión de recursos humanos y afrontar ‘científicamente’ la fidelización y atracción del talento a través de una herramienta de la inteligencia artificial (DATHUM) que trabaja sobre modelos matemáticos para convertir en datos el comportamiento de las personas.

La participación de más de 2.500 personas de 17 empresas que operan en diez subsectores agroalimentarios distintos permitió discernir que el trabajo y el sentido de pertenencia son las mayores fortalezas de la industria, aunque su atractivo es mayor para los profesionales mayores de 50 años y, por ello, recomienda modificar el estilo de gestión para atraer perfiles de talento joven e innovador.

“Hoy las personas cada vez valoran más la libertad y el encorsetamiento en el trabajo no es bueno”, señaló al respecto Santiago Miguel Casado, que tras conocer que “la flexibilidad y poder conciliar es también algo muy importante”, llamó a las empresas del sector a irse adaptando a lo que “verdaderamente valoran” sus colaboradores para “minimizar el impacto” de la dificultad para encontrar mano de obra y talento.

Todo ello teniendo en cuenta que, aunque “es importante tener una retribución adecuada, el salario emocional es casi tanto o más importante que el salario económico” para el perfil del trabajador cualificado que necesita la industria agroalimentaria para dar su siguiente salto.

De hecho, el proyecto ‘Retina’ reveló que el tiempo o la estabilidad están por encima del salario, las instalaciones o la posición entre los factores más importantes para los profesionales del sector, por ser personas cuyo foco está “más centrado en su vida personal y en la necesidad de un entorno que le permita conciliar”, según reveló la dirección de Vitartis a Ical.

Valor de la FP Dual

No obstante, este estudio no solo sirve para los propios empresarios del sector agroalimentario, sino que también emite una serie de sugerencias a la Administración autonómica y nacional, entre las que se encuentran potenciar los servicios básicos en el medio rural, incentivos para fijar población, apoyar el desarrollo tecnológico y adaptar la oferta formativa a las necesidades de las empresas.

En ese sentido, Santiago Miguel Casado valoró el “muy interesante acercamiento” que entre las empresas y la formación se ha producido gracias a la FP Dual, dado que es “ventajoso para el alumno, el centro de formación y la empresa”. El primero por su contacto con el mundo laboral, los centros por ofrecer una formación práctica que “muchas veces no se puede dar” en sus propias instalaciones, y las empresas por “tener personas formadas casi ‘ad hoc’ para lo que necesitan”.

En cuanto al vínculo con la formación avanzada, que se establece desde la propia Vitartis como espacio de unión entre centros tecnológicos, empresas y universidades, el nuevo presidente del clúster señala que está permitiendo “conocer de primera mano las necesidades que se tienen en las empresas” como forma de que las universidades den “la formación que se demanda”.

No obstante, por el momento reconoce que Vitartis no incluye a las universidades entre sus socios como posible “fuente de mano de obra”, sino más bien por el “conocimiento” innovador que se genera en estas instituciones para que después pueda ser transferido a la industria.

Por otra parte, el clúster de la industria agroalimentaria de Castilla y León, Vitartis, contempla el desarrollo de la inteligencia artificial como un “buen hilo del que tirar” para “meter lo máximo posible” y aprovechar la tecnología en el sector. “Trabajamos en ver cómo arrimamos ese ascua a nuestra sardina”, explica su presidente, Santiago Miguel Casado.

Una reflexión que realizó en ‘Los desayunos de Ical’, donde el nuevo máximo responsable del clúster recordó que el “radar” de Vitartis está “siempre puesto en cómo avanza la tecnología”, bajo la premisa de que esta, “al final, no deja de ser una palanca importante para la innovación”.

La innovación es, precisamente, uno de los pilares del funcionamiento de Vitartis, como establece su último plan estratégico, y que el nuevo presidente del clúster pretende seguir potenciando. Porque el trabajo de Vitartis, como lugar de encuentro de empresas, centros tecnológicos y universidades de Castilla y León en relación a la industria agroalimentaria “a veces es, simplemente, poner en contacto” a varios de estos vectores, de lo que “surge una idea, de una necesidad, y se trabaja sobre esa cuestión”.

Un ejemplo de esa labor conectiva es el foro InnovAcción, celebrado el pasado mes de octubre, en el que Vitartis consiguió que 70 socios mantuvieran hasta 130 reuniones bilaterales para explicar su trabajo y poder conectar las ideas en desarrollo de universidades y centros tecnológicos con las empresas.

“Salieron proyectos, y ahí es donde se expresa la verdadera fortaleza de Vitartis como conjunto”, apuntó Santiago Miguel Casado, para quien “una empresa que quiera tener futuro, tiene que estar permanentemente innovando”, aunque algo diferente es “que lo haga de manera consciente y regulada, con un departamento y unos recursos presupuestados”.