Sociedad

El proyecto se completa con un espacio cultural en la zona exterior, conocida como Huerto de Dios

Los protagonistas de la mascarada vuelven a perseguir a los niños por las calles del pueblo

Celebración de los Zarramaches de Casavieja
Celebración de los Zarramaches de CasaviejaMiriam ChacónIcal

Los Zarramaches, una antigua celebración recuperada hace más de 30 años, volvió a celebrarse este sábado 3 de febrero en Casavieja (Ávila), coincidiendo con la festividad de San Blas. Estos personajes, encarnados por los quintos, asistieron a la tradicional misa y después corrieron por las calles de la localidad para perseguir a los niños con su vara de mimbre y una naranja.

Tiene su origen en una mascarada que se realizaba el día de San Sebastián y que fue prohibida por el obispo de Ávila en 1731. Este sábado, siglos después y bajo un reluciente sol, los Zarramaches volvieron a recorrer las calles de Casavieja en lo que es ya una fiesta declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial.

La tradición indica que los Zarramaches deben asustar a los diablos, que son los niños. Durante la procesión alrededor del templo, encabezan el desfile sin quitarse ni máscara ni cencerros. Terminada la ceremonia religiosa, vuelven a perseguir a los más pequeños, que mañana domingo participarán en un desfile infantil a partir de las 11 horas.

Los Zarramaches, quintos del pueblo, se visten con pantalones de sábana blanca y con una tela del mismo color y con agujeros en ojos y nariz se cubren la cara, a modo de capucha. También llevan una estera de esparto en la espalda y anudada a la garganta para protegerse del golpeteo de los tres cencerros, que se cuelgan de un cinturón de cuero, y un gorro cónico de mimbre recubierto de tela blanca y vistosas cintas de colores, junto a una vara de mimbre y una naranja, informa Ical.